Extra .2

308 43 8
                                    

Gogol cocinaba pancakes de frutilla tranquilamente mientras bailaba "Pajaritos a Bailar" por cuarta vez en el día.

—¡Pajaritos, a bailar! Cuando acabas de nacer, tu colita remover chu chu chu—Movió sus caderas en el "Chu Chu Chu" al ritmo y siguió—Para un pajarito ser, este baile has de bailar, y a todo el mundo alegrar Chu Chu Chu.

El de pelo bicolor abrió la puerta y dejo las llaves en la mesa del living, y cuando iba a ir a la cocina paro en seco antes de entrar.

—Oh no... La granja de Zenón no...

—El piquito remover y las plumas sacudir, ¡la colita remover! Chu Chu Chu—Volvió a hacer ése movimiento raro de caderas mientras batía la masa.

Sigma entro cuidadosamente hacía lo cocina sin hacer mucho ruido, lastimosamente el baño estaba del otro lado y quería urgentemente acomodarse el cabello; pero llego en la peor parte.

—Las rodillas doblaras, dos saltitos tú darás, y volaraaaaaaas—Hizo exactamente lo que la canción dijo, cosa que hizo reír a Sig.

Oh, lo hizo reír...

—¡Sigmi! Qué manjar escuchar tu risa, la verdad que prefiero eso en vez de un "hola" amargado—Gogol lo volteó a ver, sonriente.

—Me parece que alguien escucho mil veces Pajaritos a Bailar, ¿Eh?—Le sonrió.

—¡Alguien está de buen humor! ¿Escuchaste María Elena Walsh en el camino?

—¿Q-qué? ¿Cómo? Nooo...—Sacudió la mano, fingiendo que no pero sí.

—¡No te sale mentirme! Qué tierno.

—Ahg, sigue con tu música, payaso—Sigma camino hasta el baño, frunciendo en ceño.

-¡No estás despeinado! Estás muy lindooo—Le grito desde la cocina, y se escuchó una puerta cerrarse (señal para poder seguir cantando).—Pajaritos, a bailar, el más jóven saltará, el mayor se moverá (Chu Chu Chu) no hemos terminado aún, bailaremos sin parar, hasta la noche acabar (Chu Chu Chu)

Sintió como unas manos rodearon su cintura, abrazándolo.

Rojo, Rojo, Rojo, y Rojo.

Automáticamente rojo.

Le ponía raro que Sigma hiciera eso... Pero no era incómodo.

—Eh... Ahsjsjajsk, q-que..—Y entro en pánico.

—Tengo hambre.—Apoyó su mentón en el hombro del otro. Gogol pudo llegar a oler el olor a menta que provenía de la ropa de su pareja, ¡¿En serio tenía que usar ese aromatizante para ropa?!

—B-bueno... Yo... E-espera... ¡Lo estás haciendo a propósito! No estás ciego, cookie- ¡HEY! no tocar abdomen.—Se quejo Gogol.

Hay veces que cambian de roles porque se les pega la personalidad del otro... Demasiada convivencia.

Sig empezó a hacer circulitos en el abdomen del otro, y oliendo detenidamente los pancakes.

—S-sig, si me dejas terminaré los pancakes más rápido.

—¿No puedes hacer dos cosas al mismo tiempo?

—Lastimosamente no, sweet. Me tensa que me toques-

—Y esa es mí señal para alejarme.—Rápidamente lo soltó, y caminó hacía el living.

—Me tientas más que los pancakes.—Le guiño un ojo, y dejo la panquequera en el lavavajillas.

—¡Tengo tarea!

—¡Patrañas! Estuve específicamente 20hrs sin ti, ¡Haciendo pancakes para freezar! Necesito atención, te extrañé mucho.—Se quejó, desatandose el delantal de cocina.

Sigma suspiro, y paro su andar.

—Bueno, yo también te extrañé. ¡Pero eso no va a evitar que tenga que entregar diez trabajos!—Dijo rabioso y lo miro a los ojos.—T-traere los libros y ya vengo.

¡Victoria para Gogol!

Esa mirada significa «Sofá, regazo, libros, pancakes, y mimos

¡No hay de qué temer! GogolxSigmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora