Un mexicano y un gringo están discutiendo sobre quién es el dueño de un pato. Al cabo de un rato de bronca infructuosa, dice el mexicano:
- Mira, lo que podemos hacer es una apuesta: aquél de nosotros que le pegue al otro la patada más fuerte en los huevos al otro se queda con el pato.
- Ok, de acuerdo, empieza tú. El mexicano le pega una patada que no quieras ver, a mi me duele sólo de decirlo. Pero cuando el gringo se ha recuperado del percance y le va a dar su versión al mexicano, este le dice:
- Tú ganas, ten el pato.