Capitulo 2

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Personalmente escuchabas mi nombre y al instante sabías que todo eran problemas en mi vida.

Derek.

Desde que mi hermano murió no me sentí ni más ni menos que sola. El era mi calmante para todos mis dolores y sufrimientos, solo él sabía como tranquilizarme de todo el mundo.

Cuando el ya no estaba todo se convirtió en un infierno, hasta ahora, que sigo esperando a que pase algo bueno en mi vida.

Vi un carro estacionarse enfrente mío y fue bajando la ventanilla del asiento del acompañante.

-Hey, Mía, vamos, sube-. Yo solo cerré mis ojos ante esa voz tan irritante.
Mi tía era con el último ser de la tierra con quien querría irme. Pero no hay nada más por hacer.

Que les podía decir mi tía era una gran maltratadora de niños. ¡Ni siquiera tenía hijos!, y por supuesto que no sabía como tratarlos.

Me subí al auto y sólo contesté un frío "Hola" mientras recargaba mi cabeza contra la ventanilla y suspiraba. Esto va para largo.

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Llegamos directamente a su casa y me bajé mientras la observaba detenidamente.

Era una casa muy vieja con grietas ya en ella, lucía muy gris, triste y todo lo que se puedan imaginar muy deprimente. Tenía unas cuantas pilas de flores marchitas, eso no hizo nada más que aumentar mis ganar de golpear a alguien y salir corriendo de aquí.

Me senté en los escalones que daban hacia la casa mientras esperaba a que bajara una pequeña maleta que me faltaba.

Supuse que tendría vecinos nuevos debido a un gran camión de mudanzas y una pequeña familia feliz.

-Son los Meyer, son buena gente y espero y te comportes-. Habló malhumorada mi tía. ¡Aún no he hecho nada malo!.. aún.

"Oh, tía, ¿¡Podrías dejarnos en paz!?. Por favor, si fueras tan amable, gracias." - dijo Carrie con ironía.

Y yo no podría estar más de acuerdo con ella.

-Vamos, entremos y te enseñaré lo que será tu nueva habitación- Agregó mi tía mientras abría la puerta y me enseñaba el interior de la casa.

-

Estaba sentada en mi nueva cama escuchando música de mi celular, era al menos algo que me podía calmar y distraerme un poco del mundo.

Escuché como rechinaba alguna ventana y me asomé y ambas ventanas daban para los cuartos, supuse que era el suyo por los varios pósters de chicas con poca ropa, no me asombré al tal "Meyer",como dijo mi tía, ya que todavía no sabía su nombre, ya que eran los vecinos.

Pero. Que. Estoy. Viendo. Ahora.

"Oh dios"-. Murmuró alguien en mi mente mientras yo estaba distraída mientras veía como se sacaba la camisa. Apuesto que mi cara es muy asombrosa ahora.

No era como si no hubiera visto a chicos antes, pero vamos el tío estaba un poco bueno. Me reí internamente mientras hacía un ruido seco al recargarme en la ventana y éste volteó haciendo un pequeño contacto con mis ojos. Me hice a un lado muy rápido, cerré la ventana y corrí las persianas mientras me recargaba en ella rápidamente y suspiraba.

"Lo que nos faltaba".

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