Parte 1.

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Creo que en algún lado escuché que quien hace cosas buenas le pasan cosas buenas, bueno quien diga eso se equivoca, nunca hice nada malo y me pasaron cosas malas.

Hasta hace cuatro días mi familia y yo vivíamos nuestra vida normal, feliz pero no perfecta. Aún así amaba esa vida. En ese momento estábamos en un bosque del Parque nacional de Jostedalsbreen, solo estaríamos ahí unos días, una excursión corta, después de todo no queríamos molestar a los guardias del parque.

No era nuestra última noche cuando un grupo de vampiros nos atacó. Superandonos en número terminaron con todos, vi morir a mi padre y a mis amigos, quienes conocí como mi familia se habían esfumado.

Como aún era pequeña dos de los miembros más jóvenes trataron de ayudarme a escapar en el bosque, si lo conseguíamos estariamos solos pero vivos. Sin embargo la poca esperanza de salir de esa masacre se esfumó cuando dos vampiros nos encontraron y mataron a mis amigos que trataron de protegerme.

Entonces corrí como nunca antes, mientras escapaba como un cobarde en vez de morir con mi familia.

Había llegado a un acantilado que no estaba tan rodeado de árboles, al fondo podía escuchar el agua del río, quise buscar otro camino pero uno de ellos salió de entre los árboles, traté de pelear, traté de matar al menos a uno pero no era tan fuerte como un vampiro y terminó por arrojarme por el acantilado, lo último que vi antes de caer fue el rostro de ese sujeto y el collar que usaba, el oro del que estaba hecho se veía sucio, pero la V que formaba aún se notaba, las gemas rojas brillaban intensamente.

El río terminó arrastrándome lo suficientemente lejos como para poder escapar de ellos, terminé por recorrer medio Noruega hasta que llegué a Reino Unido y movida por el miedo me colé en un barco carguero que me llevó hasta Quebec, recorrí una parte de Canadá hasta llegar a Toronto, aún sin parecer suficiente distancia me colé en el área de carga de un avión que me llevó hasta Seattle.

La gente a pesar de que mira mi deplorable estado no se acercan a mi para ofrecer ayuda, tengo hambre, tengo frío, estoy muy cansada, el cielo está oscureciendo y aunque quiero seguir avanzando no puedo, necesito descansar, necesito comer.

Cuando el cielo estaba completamente oscuro me detuve en una zona que daba la impresión de estar abandonada con los edificios oscuros, las paredes rayadas y el ambiente tan pesado que se sentía. Elegí un edificio al azar, se veía igual a todos pero este tenía acceso a otras calles que se veían más iluminadas y podrían servirme como una ruta de escape si llegaba a necesitarlo. Dentro del edificio no estaba tan frío, estaba oscuro pero no tendría problema para entrar en calor y encender alguna fogata. En una de las habitaciones del fondo había un colchón maltratado impregnado con el inconfundible aroma de la sangre humana, justo cuando pensé que las cosas mejoraban tenía que encontrar la guarida de algún loco, con suerte solo sería un humano y en el peor de los casos sería un vampiro que terminaría por matarme. Al acercar mi mano para tocar el colchón me detiene un golpe muy fuerte, cuando me recupero un poco del golpe noto que me golpearon con el cuerpo de una persona y no puedo evitar soltar un pequeño grito. Trato de levantar la vista para ver algo pero no puedo, comienzo a sentir muchas nauseas, si hubiera comido algo hoy quizá estaría vomitando.

Una mano me toma por el cuello y me levanta del suelo con una facilidad que me aterra al instante, se trata de un vampiro, cuando pongo mis manos sobre la suya en un inútil intento por salvar mi vida golpea mi cuerpo con una pared ¡estoy acabada! -no me lastimes- le suplico mientras empiezo a llorar, quiero verle la cara pero soy incapaz, algo en él me provoca nauseas con solo pensar en mirarlo, su agarre en mi cuello se incrementa -si no quieres que te mate aquí mismo dime ¿Qué eres y qué quieres?- al terminar de hablar me suelta y caigo al piso sentada -me llamo Sigrun, soy un híbrido y solo buscaba un refugio- mantengo la vista en el piso y trato de darle una respuesta clara y corta -¿qué clase de nombre es ese?- escucho que da unos pasos y cierro los ojos -no soy de por aquí- al sentir que las nauseas disminuyeron abrí los ojos sintiendo un poco más de confianza -¿de dónde eres?- su tono de voz ya no era amenazante, se escuchaba como la voz de alguien joven -Noruega- lo escucho moverse de nuevo esta vez e escucha un desgarro y al levantar la vista lo encuentro frente a mí, su rostro es joven, su cabello es rubio, es muy guapo y está ofreciéndome el brazo del pobre desafortunado, a pesar del miedo tengo mucha hambre por eso no dudo en aceptar su ofrenda.

Después de llenarme completamente recuerdo que no me ha dicho su nombre -¿cómo te llamas?- le pregunto limpiándome algún rastro de sangre de la boca, el solo me mira sin darle mucha importancia -Fred-.



A primera vista (Twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora