Día 1 "Mundial"

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☆ Final del Mundial de Qatar 2022
☆Estadio Lusail, Qatar
☆Antonie Griezmann X Rodrigo De Paul

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Todos aquellos sonidos que había en el estadio aturdían los oídos del francés, quien aún estaba asimilando la derrota. No es que no hubiese considerado este resultado antes, el rubio sabia mejor que nadie lo fuerte que era su rival, pero eso no quitaba aquel amargo sabor en su boca.

Griezmann no podía evitar sentir que la culpa recaía sobre sus hombros. Recordaba todas esas notas donde decían que ya no era el mismo, que su época de oro ya había pasado ¿acaso algo de toda esa mierda era cierto? Sus lesiones lo habían parado, sí, pero él se esforzó tanto por llegar hasta ese momento, y verse derrotado después de tanto esfuerzo y sacrificio, le causaba dolor.

Sus compañeros notaron aquella mirada perdida que tenía el colchonero y la forma tan ansiosa en la que se mordía las uñas, pero nadie se atrevió a sacarlo de aquel trance, todos estaban experimentando el mismo sentir, aunque sabían que Griezmann se reprocharía esto más que nadie.

Rodrigo observaba aquella imagen desde lo lejos, creyó que sería más fácil presenciar la derrota de su pareja en la final, sin embargo, su eufórica celebración con su selección se vio interrumpida cuando vio el rostro de Antonie y después de eso, no pudo detenerse cuando sus piernas lo llevaron a donde estaban los franceses.

La prensa de España ya hablaba mucho de la cercanía que tenían, no querían evidenciarse aún más en el mundial, pero este era un momento importante en sus vidas, no estaba dispuesto a dejar que el miedo a las críticas le robaran la oportunidad de estar a lado de su amado para compartir todos esos sentimientos agridulces que se alojaban en el cuerpo de ambos.

De Paul quería festejar como el resto, a lado de sus familias y parejas, en cambio, solo pudo obtener un par de minutos de interacción con su novio.

— Grizi. – Daba la impresión de que el francés había dejado de prestar atención a absolutamente todos los sonidos que lo rodeaban, pero al escuchar aquella voz tan familiar, de inmediato volteo hacia ella. — ¿Estas bien, cariño?

Basto con que el francés volteara para que Rodrigo lo estrujara entre sus brazos y comenzara a susurrar en su oído palabras de aliento, diciéndole que lo había hecho bien, que no tenía nada que lamentarse.

— Estoy bien, campeón. – A pesar de que ambos jugadores habían acordado no tener este tipo de interacciones en este partido en específico, el rubio correspondió el reconfortante abrazo que le brindaba su pareja, de cualquier forma, después de esa derrota, solo deseaba estar entre sus brazos. — Anda ¿no deberías estar festejando con los pesados de allá?

— No puedo celebrar cuando mi chico tiene esos ojitos triste. – De Paul sobo la espalda del contrario a modo de consuelo, dejando algunas palmaditas para que solo pareciera un acto amistoso entre dos compañeros de club.

— Si fuera yo el campeón del mundo, ya me habría ido. – El albiceleste soltó una carcajada al escucharle. Ambos sabían que eso era una mentira, pero Griezmann estaba consciente de que él ya había vivido esa experiencia, no quería que Rodrigo se perdiera absolutamente nada de lo que conllevaba ser campeón del mundo, mucho menos por culpa de sus sentimientos.

— ¿Seguro que vas a estar bien?

— Claro que sí, de cualquier forma, yo ya tengo una de esas en casa. – El mayor dejo algunas caricias sobre el pelo del argentino, escuchando la ligera risita que este había soltado por ese comentario. – Ve con tus compañeros. Ya tendremos tiempo nosotros de festejar como se debe, después.

El abrazo fue desecho después de esas palabras, aunque Rodrigo mantuvo una de sus manos sobre el cuello del principito, manteniéndolo cerca un poco más.

– Te veré mas tarde ¿sí? – Rodrigo sabía perfectamente que su amado se había mantenido esa actitud despreocupada y alegre de siempre para no amargarle el momento, pero al ver sus ojos, podría jurar que estaba al borde del llanto.

Quizás esa fue la razón por la que esa misma noche, Rodrigo abandono la gran fiesta que hicieron para ellos y en medio de su borrachera volvió a su habitación en el hotel.

Antonie ya se había hecho a la idea de que el mediocampista argentino no llegaría esa noche, al menos, no a una hora decente. Fue por eso que se tomó la libertad de desahogarse un poco en la intimidad de su habitación, permitiéndose llorar. No esperaba que el argentino entrara justo cuando él estaba hecho un mar de lágrimas.

— Shh cariño, ya no llores más. Diste lo mejor de vos en ese partido. – De Paul corrió a abrazar a su principito, dejando besos en su coronilla mientras le consolaba.

— Te dije que te fueras a festejar.

— Y yo te dije que vos me necesitabas aquí contigo. – Susurró tomando el rostro de su amado para verle a los ojos. — Odio verte llorar. Me haces querer ir por la copa para dártela a vos. – El francés sonrió ante lo lindo que había sonado eso.

— No quiero la copa, solo te quiero a ti. – Se acurrucó entre los brazos del menor, ocultando su rostro en el cuello del otro para por fin desahogar toda esa frustración y enojo. — Solo dame está noche para sentirme mal, mañana será tu turno y festejaremos juntos.

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N/a: Empezamos la semana  con un shipp completamente sacado de la cola. Solo, se me ocurrió por un vídeo donde De Paul va a consolar a Grizi después del partido.

Espero que les guste, muchas gracias por leer.

Nos leemos mañana con una nueva shipp :D

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