Al morir su hija mayor en un accidente de tránsito, Sinuhe decide que no cometerá el mismo error con Camila, su pequeña hija de tan sólo seis años. Por lo que decide alejarse de su marido para llevarse a la niña a Miami y despedirse de su hogar en Cuba.
Sinuhe jamás permitiría que algo malo le ocurra a su hija; luego de la muerte de Cameron, su hija de 17 años, por culpa de un estado de ebriedad puro tras venir de una fiesta a la cual ella no tenía permiso para ir, su madre entró en shock. No fue sino unos días después cuando pudo recuperar la conciencia y sumergirse en una profunda depresión.
Sinuhe tomó un bolígrafo y un pedazo de hoja para escribir lo último que la comunicaría con Alejandro Cabello:
"Nos vamos, Camila y yo. No nos busques"
Sinuhe planeó en unos segundos lo que para Camila sería el resto de su vida.
—Camila, hey, pequeña... —dijo moviendola para que despierte.
Su hija sólo emitió unos sonidos, debido a su somnolencia.
—Hay guerra —dijo fingiendo preocupación—. Estamos en guerra. Debemos irnos.
Al llegar a la casa deshabitada de su abuela, con los ojos vendados, Camila caminó guiada de su madre hasta la entrada del sótano, en el jardín trasero.
Sinuhe alzó en brazos a Camila para bajar la escalera rota que éste lugar tenía.
Al tocar el suelo, la pequeña levantó la venda de sus ojos lo mejor que pudo para voltear hacia atrás y ver sólo por cuatro segundos el paisaje que había tras su madre, se deleitó con el hermoso sol que le daba sombra a su figura con los pequeños rayos que éste atravesaba por la puerta del sótano. Sinuhe instantáneamente la cerró.
Esa fue la última vez que Camila vio el sol.
Por su parte, Lauren Jauregui, vivía una vida feliz con su hermosa familia.
Sus padres eran pizzeros, hacían las pizzas más deliciosas que alguien jamás haya probado. Arriba de su pizzería, se encontraba el departamento en el que vivían los alegres Jauregui.
Su felicidad fue destruída al Lauren cumplir once años de edad.
Ella venía del colegio camino a su casa, feliz de que hoy celebrarían su décimoprimer cumpleaños, cuando en su camino notó algo extraño.
Lauren volteó, pero atrás no había nada. Por lo que siguió su camino.
Lauren volvió a voltear.
Nada.
Estuvo así un par de calles, hasta que volvió a voltear.
Esta vez si había algo, o mejor dicho, alguien.
Lauren jamás supo quién era, ya que un pañuelo con somnífero tapó la mitad de su cara.
Lauren luchó lo más que pudo contra esos músculos del hombre que la presionaba, pero claro, ella no pudo.
Lauren fue secuestrada.
Una adolescente con mentalidad de seis años y una prostituta víctima de la trata.
Ambas completamente opuestas con algo en común: No tienen libertad.
Lauren verá el amor en Camila, y Camila verá la alegría en los ojos de Lauren.
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Ojos Alegría (La chica del sótano) - Camren.
Fanfiction»Ambas completamente opuestas con algo un común: ninguna tiene libertad.«