PRÓLOGO

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ARIA

El corazón es justo así como un perro. Busca toda su vida un dueño.

A veces, resulta que encuentra a la persona indicada para que lo cuide, lo alimente, lo acaricie. A veces, resulta que no encuentra a la persona indicada. En cambio se tropieza con una que lo maltrata, lo deja sin comer, lo expone a la lluvia, le marca la piel, le rompe el alma, le traiciona.

El corazón es justo así como un perro: no puede evitar querer a la persona equivocada, aunque esta le haga morir lentamente.

A menos que un día el perro despierte, recordando que su instinto animal es mucho más fuerte, y mate a mordidas a la persona equivocada.

SILENCIADOS: vengan a míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora