Alianza O Algo Más? ➤ Obidei

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—Toma

—¿Que es esto?

—Un velo, cubre tu cabeza, así no podrán identificarte y así no se desata una persecución para ambos, cosa que dudo quieras.— Dijo Daiki caminando por las calles de Kirigakure, Deidara lo miro en sus manos, el velo era de un color morado con bordes blancos

—A Obito le gustaba el morado.— Suspiro colocándose la prenda siguiendo al mayor.— ¿A donde me llevas? Esto ni siquiera parece un secuestro, me das libertad

—Eso es porque no soy un secuestrador, ¿Por qué alguien tan apuesto como yo se dedicaría a algo como eso?.— Deidara río solo un poco.— Te encantará cuando lleguemos a Tsukihikari no Kuni, es un lugar fantástico, tu provienes de allí así que podrás adaptarte muy rápido

—Yo provengo de Iwagakure

—No es así Deidara

—Si, así es, tengo una hermana mayor y mi abuelo fue quien me ha cuidado todos estos años, ellos deben estar preocupados por mi.— Comentó viendo a Daiki.— ¿Quién te ha pedido esto? ¿Qué quieren de mi? Estoy seguro que si hablamos podemos llegar a algún acuerdo para permanecer en paz

—No creo que sea correcto decírtelo ahora

—Extraño Konoha, todos son muy lindos conmigo allí, soy feliz con esa gente.— Dijo feliz, Daiki lo observo de reojo

—Ellos te odian.— Solto.— La humanidad es así, te aplauden cuando consigues un logro pero cuando ya no tienes nada que dar o haces algo mal por muy mínimo que sea al final se alejan en busca de alguien mejor.— Deidara lo penso.— Ellos no son tu hogar

—Talvez tengas razón...

—Hikaru, ¿Que tal estas hijo mío?.— Pregunto la mayor en un tono dulce y suave acercándose al rubio quien como todos los días se encontraba arrodillado, apoyado en una pequeña cuna

—Ya debería tener veinte años mamá.— Susurro con la mirada afligida.— En donde quiera que esté tan solo espero que me perdone por no haber sido fuerte para el

—Era el bebé más bonito que mis ojos hubieran visto.— Sonrio.— Era tan pequeño, tenía unos ojos grandes y azules como los tuyos

—Aún lo recuerdo.— Sonrio débil.— El poco tiempo que lo tuve en brazos, cuando abrió sus ojos al sentir mi calor, me sonrió, como si me reconociera.— La mujer se arrodillo junto a él para brindarle un abrazo.— Siempre me imagino el como habrían sido sus primeros pasos, cuando diera sus primeras palabras, lo quisiera tanto mamá