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017. endless cycle

017. ᝰ ciclo sin fin
（ omniscient pov ）

Dos semanas. Dos semanas desde el cumpleaños de Fey. Dos semanas desde el primer beso. Dos semanas en donde Neteyam y Aywa lograban escabullirse para besarse. Dos semanas de placer y deseo para ambos na'vi. Dos semanas en donde la mente de Neteyam y Aywa estaba ocupada por pensamientos para nada limpios. Dos semanas en donde ambos no intentaron disimular que algo estaba pasando entre ellos, pues su miradas juguetonas los delataba a ambos.

—Me gusta esto —dijo Neteyam entre besos mientras acariciaba los muslos de Aywa. Ambos se encontraban en una de las playas del arrecife, esta playa estaba rodeada de plantas y rocas, por lo que era perfecta para ambos.

—¿Te gustan mis besos o te gusta estar sobre mi? —todo el nerviosismo que habia sentido Aywa en algún momento se esfumó después de darse cuenta que sus sentimientos eran correspondidos.

—Ambos —contestó Neteyam y comenzó a bajar sus besos por el cuello de Aywa. El que la menor estuviera recostada en la arena, debajo de él, hacia todo más fácil para Neteyam.

—Teyam —Aywa gimió el nombre del na'vi—. El eclipse va a comenzar.

—¿Y…?

Neteyam bajo sus besos.

—Debemos volver…

—¿Según quién?

Neteyam intentó seguir bajando sus besos, pero Aywa lo tomó del mentón y la hizo mirarla.

—No quiero que sigan sospechando que algo pasa —Aywa se sentó y Neteyam se sentó frente ella.

—Ellos ya saben que algo pasa —dijo Neteyam —. ¿No eras tu la que decía «es mejor pedir perdón que pedir permiso»?

—Lo sigo diciendo —Aywa sonrió al notar esa mirada de Neteyam —. Pero no quiero ser interrogada por Jake, ya tuve suficiente con la del cumpleaños de Fey.

—Bendito cumpleaños —Neteyam volvió a besar a Aywa, la menor soltó una pequeña carcajada pero le seguio el beso al mayor.

Aywa nunca pensó que terminaria en esa situación.

Al volver a la aldea, Aywa y Neteyam fueron a la marui de los Sully, en donde se encontraron con Lyra, y con una panza ya notoria. Neteyam preguntó por sus hermanos, que estaban con Tsu'tey y Jake en la marui de los Rongloa. Neteyam no estaba seguro de dejar a Aywa con Lyra a solas, pero al ver a Neytiri se tranquilizo y fue junto a sus hermanos.

—¿Qué quieres? —le preguntó Aywa a Lyra sentada a unos metros de ella.

—Hija, por favor acércate —Aywa negó con la cabeza.

—No —dijo Aywa —. Prefiero esta distancia, me dara tiempo para reaccionar en caso de que me golpes.

—Fue un accidente.

—¿Encerio lo fue?

—Lyra, me pediste hablar con Aywa porque tú —Neytiri recalcó la última palabra— te ibas a disculpar, no para causar más discusiones.

Lyra miró a Neytiri y luego se volvió para Aywa. La menor miró a su madre, se dio cuenta que su barriga estaba más grande.

—¿Cuánto tienes? —le preguntó.

—Dos meses y medio —contestó Lyra.

—Así que fue en el bosque —dijo Aywa —. ¿Fue cuando me pediste que hiciera la guardia junto a Neteyam?

—Aywa —Neytiri tomó la mano de la menor —. Por favor escucha a tu madre.

—Bien —Aywa rodeó los ojos y volvió a mirar a Lyra.

—Hija, yo-.

—Dime Aywa —le pidió la menor —. Así me llamo.

—Aywa, yo lamento mucho lo que ocurrió —comenzó Lyra —. No debí reaccionar de esa manera, yo soy el adulto y yo debo saber cuando poner límites, pero tú revaste esos límites y colgaste mi paciencia a un punto que-.

—Y aquí vamos de nuevo —interrumpió Aywa —. ¿Estás son tus disculpas?

—No me has dejado terminar —se notaba cierto enojo en la voz de Lyra.

—Es que no te estabas disculpando —dijo Aywa —. Fingias disculparte, pero sólo justificabas tu accionar y me culpabas a mi por tu reacción —Aywa se puso de pie y se acercó a la salida —. Cuando quieras darme disculpas de verdad, me buscas.

—Me estoy disculpando de verdad —dijo Lyra.

—No lo haces —Aywa odiaba que su voz se cortara —. Mamá, te amo y amo a mi hermano que vienen en camino, pero no puedo fingir que no que hiciste no paso y olvidarlo todo solo por él.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Quiero decir que si voy a formar parte de vida de mi hermano —dijo Aywa —. De la tuya, depende de ti.

Aywa salió de la marui y fue donde estaban los demás. Lo'ak fue el primero en reaccionar al ver a la ojimorada con los ojos llenos de lágrimas, la abrazo y la hizo pasar a la marui. Ambos se sentaron y la siguiente que la abrazo fue Tuk, le siguió Kiri, Neteyam, Tsu'tey y al final Jake.

Aywa se rompió a llorar. Ella de verdad amaba a su madre, pero si la perdona con esas disculpas vacías, sabía que volverían a ese ciclo sin fin de amor tóxico de madre-hija. Se aman, discuten, hace que nada paso, se vuelven a amar, vuelven a discutir y vuelven a hacer que nada paso. Un ciclo sin fin.

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