La medida del desastre

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— La primera vez que lo vi en ese lujoso club, fue como la colisión de dos iceberg —

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La primera vez que lo vi en ese lujoso club, fue como la colisión de dos iceberg —

Su abrumadora presencia nublo mi mente, inundo mis sentidos y adormeció mi cuerpo.
Sucumbí ante el con tan solo un roce. Deseaba tanto sentir sus manos sobre mi piel, anhelaba que me diera todo, deseaba que le urgiera tomarme, así como yo a él.

Era mas que una obsesión para mí —

Había quedado perdida y profundamente enamorada, haría cualquier cosa por el, inclusive romper todo lo que había logrado.
Olvidaría mi vida por verlo a salvo y poder estar a su lado. Dormir tranquila sobre su pecho, despertar admirando su rostro sereno, y descansar junto a el, era todo lo que mi corazón necesitaba.

Me entregué a el sin pensarlo —

Sus labios sobre mi piel, se sentían como brasas ardientes. Su lengua envenenaba mi garganta. Tenerlo cerca me hacía salir de la realidad, porque en nuestro pequeño mundo, solo había espacio para nosotros dos.

No me importó la traición 

Levantar mi arma para defenderlo, había sido tan fácil, que no dude un segundo en jalar el gatillo.
No tuve que jurar mi lealtad, mis actos hablaban más fuerte, que esas simples palabras.

Sería suya para siempre —

Lo nuestro trasciende las barreras.
No hay nada que nos detenga. La muerte solo me hizo darme cuenta, de que sin el, yo no tenía vida.

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