Nunca me había dolido tanto un mes.
Un mes que añoraba con mucha felicidad, pues es un mes dónde nuestros seres queridos vuelven del más allá.
Tradiciones preciosas de México, llena de colores naranjos gracias a las flores de cempasúchil, el aroma tan fresco y festivo.
Sentí que cada noche se hacía más fría al iniciar ese mes, ¿estaba ya cambiando el clima o eran tus frías palabras que congelaban mis huesos?
Jamás había soltado tantas lágrimas como ese mes, jamás había sentido tanto dolor en mi pecho como esas frías noches de noviembre.
Sin embargo, te daba mi calor, calor que rechazaste...
Me congelaste.