Amabas tomar mis manos, mis manos que siempre han sido cálidas, llenas de alegría y confianza. Al tocar las tuyas, se sentían heladas, llenas de tristeza y inseguridad.
Poco a poco logré qué fueras lo contrario, se sintió una chispa.
Pero, ¿por qué ahora yo soy lo contrario?