Me estaba mirando y no sabía cómo comportarme.
-¿De dónde la sacaste? -gruñó, sosteniendo el libro en su mano.
-¿A ti qué te importa? -me acerqué a él tratando de arrebatarle el objeto, pero lo levantó hacia arriba, fuera de mi alcance.
-Te lo pregunto de nuevo. ¿De dónde sacaste este libro? -me miró ferozmente a los ojos.
-No es asunto tuyo, maldito. ¡Devuélvemelo ahora!
-¡Habla!
-¡No! -gritamos tan fuerte que finalmente las guardias bajaron corriendo con sus armas listas.
Ace escondió el libro detrás de su espalda.
-¿Qué está pasando? -preguntó una de ellas.
-Nada, pueden irse. -respondí tranquilamente aunque por dentro estaba hirviendo.
-Escuchamos claramente gritos.
-Dije que se vayan, así que váyanse. ¡No me obliguen a tener que despedirlas! -gruñí.
Obedecieron mi orden y se marcharon.
-Así que, escucho. -se dirigió a mí- ¿Sabes que esto es ilegal? -preguntó, sonriendo maliciosamente.
-¿Y qué, debo pensar que te preocupas por mí? -levanté una ceja.
-Si te meten en la cárcel, me enviarán de vuelta a la selección, así que sí, tengo algún interés en esto.
-Si te digo de dónde lo saqué -señalé el libro en su mano- Entonces tú me dirás quién eres realmente. -sonreí satisfecha con mi plan.
-No hay jodida manera. -sacudió la cabeza.
-Entonces, está bien. -encogí los hombros.
Me sorprendió:
-Bien, te lo diré si me llevas a un lugar específico.
-No puedo llevarte a ningún sitio. -dije seriamente.
-¿Quieres saber sobre mí o no?
-No se trata de eso. Necesito un permiso especial y eso lleva mucho tiempo.
No parecía preocuparse por eso. Este chico parecía tener un plan para todo.
-No eres como las demás. Solo di que quieres el permiso de inmediato. Dudo que alguien se atreva a oponerse a la hija de la presidenta. -tenía mucho sentido, pero había una gran probabilidad de que mi madre se enterara de todo y me haría muchas preguntas. Podría empezar a sospechar y últimamente estaba muy alerta. Ni siquiera sabía qué me pasó por la cabeza para hacer algo ilegal. Como si no pudiera seguir las reglas y no ponerme en peligro, lo que era muy alto.
-¿Cómo puedo estar segura de que no te escaparás cuando estés afuera?
-No tienes esa garantía, pero por ahora no tengo eso en mente. -suspiré, frotándome la frente. No sabía qué hacer. ¿Podía confiar en él? Por supuesto que no. Es un hombre y además sospechaba que era un rebelde.
-¿Tenemos un acuerdo? -preguntó, extendiendo su mano hacia mí.
Dudé un momento antes de tomar una decisión, pero finalmente apreté su mano. El chico sonrió ampliamente, pero la felicidad no llegó a sus ojos.
-Si haces una sola tontería, estás acabado. -gruñí, señalándolo con el dedo.
-Por supuesto, cariño.
Como sospechaba desde hace tiempo, mi amiga Lizzy vino a visitarme. Sabía que la principal razón era Ace, pero aun así estaba muy contenta de verla. Quería hablar con alguien normal por fin.
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El Rebelde - Orquesta 1
Ciencia FicciónEl futuro. La guerra ha destruido la esperanza de la gente. Las mujeres han tomado el control del mundo. En el Estado Liberado rige una ley estrictamente definida. Faith no es una chica común, como hija de la presidente debe dar ejemplo con su compo...