11| Cacería nocturna, parte 1: El niño

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Amanecía en Caiyi lo que prometía ser un día realmente hermoso. El sol brillaba en el cielo despejado, los pájaros trinaban sus bellas melodías desde las copas de los arboles y las hojas se mecían suavemente con la fresca brisa de finales del verano. Todo el paisaje contribuiría al buen despertar de cualquiera.

Cualquiera que no fuese Wen Ruohan, el cual, entre las patadas de Jiang Fengmian y los ronquidos de Nie Yongyi, no pudo dormir bien en toda la noche; Ruohan estaba seguro de haber sentido una hormiga dentro de sus pantalones, si sus hermanos lo viesen en un estado tan deplorable, se burlarían de el hasta el hartazgo.

Sus pensamientos se desenfocaron de sus nada apreciados hermanos cuando al voltear la cabeza hacia un lado, lo vio a él. Con sus prístinas túnicas blancas y celestes, el cabello largo y negro que caía lacio como suaves cascadas de tinta por su recta espalda; su rostro, que sin dudas encajaba con el termino "perfección".
Los suaves rayos del sol daban sobre su cabeza y hacían brillar sus ojos el color de las avellanas, dándole una apariencia digna de un inmortal.

La simple vista de Lan Qiren sentado frente a los restos de la fogata fue suficiente para que aquella noche de mierda haya valido completamente la pena.
Ruohan no estaba seguro de que sentía con respecto al chico Lan. No tenia problemas en admitir que lo encontraba atractivo, el sabia que era manga cortada, ya había pasado por la debida crisis ante dicho descubrimiento hacia algunos años. Simplemente no entendía por que estaba tan interesado en Lan Qiren de entre todas las personas, no se conocían muy bien antes de la conferencia, nada mas allá de saludos protocolares.

Pero luego, cada vez que lo veía simplemente caminar solo por los pasillos y notaba la soledad en sus ojos, era como verse a si mismo, dejado de lado por todos los demás en su propia secta. Ruohan no podía evitar sus enormes ganas de acercarse a el; lograron tener unas pocas conversaciones decentes y Ruohan pudo descubrir que realmente disfrutaba de su compañía. Wen Ruohan se felicitaba a si mismo cada vez que conseguía obtener alguna reacción del otro a sus provocaciones.
Hasta ahora no podría llamar a esta atracción más que un simple flechazo, pero aún así estaba dispuesto a seguir de cerca al Lan, su compañía era agradable y no creía que a Qiren le desagradar realmente su presencia. Por ahora solo sonrió y se hacer o a saludarlo.

Mantuvieron una conversación amena sobre un talismán de fuego que Ruohan vio utilizar a Qiren mientras esperaban que los otros despertase.
Cuando por fin lo hicieron, decidieron desayunar en alguna posada y luego separarse para pasar el día hasta la noche de la cacería. Yongyi se las arregló para que Qiren y Ruohan fuesen solos por su cuenta, recibiendo miradas agradecidas de tres de sus compañeros.

Δ

Luego de separarse de sus compañeros en la puerta de aquel restaurante los dos adolescentes se encaminaron hacía la zona en donde se encontraban los puestos.

Dado que Caiyi era atravesada por un camino utilizado por los viajeros y comerciantes para ir desde el territorio de Qishan hasta Yunping y Yunmeng, el mercado siempre era un lugar bastante ajetreado, y pese al poco gusto que tenía Qiren por lugares tan bochornosos, el paso de comerciantes hacía que uno pudiese encontrar en los puestos y negocios de la ciudad casi cualquier cosa que deseara.

Lan Qiren tenía interés en una tienda que vendía artículos para la fabricación de talismanes, de la cual escucho hablar gracias a algunos shixiong que comentaban la calidad de la mercancía. Wen Ruohan dijo que podían ir si así lo quería, y eso es lo que actualmente hacían.

El joven Lan esperaba que pasar todo ese tiempo a solas con Wen Ruohan sería tedioso, y ya se había mentalizado para los descarados coqueteos que estaba seguro que recibiría, pero llevaban ya un rato considerable andando y aún no había echo ningún comentario desagradable.
Para ser justos, no había echo ningún tipo de comentario, se había mantenido extrañamente callado durante, más o menos, una vara de incienso, aunque ocasionalmente Qiren lo descubría observándolo, con una extraña paz reflejada en la mirada. Lan Qiren disfrutaba del tranquilo ambiente, pero comenzaba a disgustar le un poco el silencio del contrario, por lo que decidió -milagrosamente- iniciar el mismo la conversación.

¿Y si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora