SIEMPRE TUYO

Capitulo 3

Armando no podía hacer que Betty se despierte, así que no tuvo más remedio que sacudirla un poco para que ella se despertara.
Betty(asustada):" Dr disculpe no lo oí"
Armando (estaba incómodo por lo que le oyó decir a ella, pero sonríe):" Tranquila Betty, ya es tarde porque no se va a su casa. Mejor dicho, yo la llevaré a su casa"
Betty:" No faltaba más, no se preocupe que tomaré un taxi. No va a dañar su cita por mí "
Armando:" No se preocupe que Claudia se fue, a decir verdad la eché para su apartamento vamos?"
Betty:" Ay Dr no se preocupe, yo le digo a Wilson que me llame un taxi, seguro que usted tiene cosas que hacer "
Armando:" A ver Betty, dígame sinceramente. A usted le molesta que yo la lleve a su casa?"
Betty:" No don Armando como se le ocurre, es que no quiero molestarlo nada más "
Armando se acerca lentamente a ella con una sonrisa, eso hace que Betty tiemble. No podía creer que se pudiera ver tan lindo con sólo una bella sonrisa.
Cuando está frente a ella, posa su mano en su cara y a ella le empiezan a temblar sus piernas.
Armando no sabe por qué, pero esos labios lo invitan a besarla, son tan lindos que lo están tentando como jamás le había pasado.
Sin poder contenerse coge con ambas manos las mejillas de Betty y le da un beso. Eran tan dulces esos labios que a él lo embriagaron de placer, ella no lo podía creer y se sorprendió tanto que abrió un poco más su boca. Ésto hizo que Armando introdujera su lengua dentro de la boca de ella, logrando así jugar así con la de ella.
Él exploró toda la boca de Betty, acarició cada rincón de ésta por medio de su lengua. Sabía de dioses esa boquita chiquita, sólo se separaron cuando sintieron que no podían respirar.
Betty:" Dr ésto no está bien, tengo que irme"
Armando:" Tranquila Betty o acaso no le gustó?"
Betty:" Si mucho don Armando, pero cuántos embellecedores se tomó?"
Armando:" Sólo un poco de vino, venga vamos a mí oficina y platicamos mejor"
Ambos salen del hueco, pero antes Betty se pone sus zapatos, pero cuando iba a ponerse el saco, Armando se lo impidió. Hizo que se sentara en el sillón marrón que poco antes casi devora a la modelo, luego se sentó a su lado.
Armando:" Betty que cree usted de mí y sea sincera. Perdón pero no le ofrecí vino, le apetece?"
Betty:" No, don Armando gracias. A qué se refiere eso de que pienso de usted?"
Armando:" Si, le explico. Quiero saber que piensa sobre la vida que llevo, si estoy haciendo mal en casarme con Marcela, en fin eso"
Betty no sabía que hacer, obviamente no podía decirle que no se casara con doña Marcela y si lo haga con ella, que era la mujer que le amaba incondicionalmente y lo haría feliz siempre. Así que optó por ser políticamente correcta sin delatar sus propios sentimientos.
Betty:" Mire don Armando, le seré sincera. Usted no ama a doña Marcela, no debería casarse con ella. No sólo se lastina a usted, sino también a ella.
Debería re plantearse sus prioridades Dr y no jugar con los sentimientos de las personas"
Armando:" Tiene usted razón como siempre, gracias por estar siempre a mí lado " se acerca nuevamente y la besa.
No sabe porque, pero esos labios lo tienen enloquecido y disfruta mucho besarla.
Mientras lo hace, su mano acaricia el cuerpo de Betty. Ella no sabe que hacer pero tampoco quiere perder esa oportunidad de vivir su sueño, aunque sea por una única vez.
Levantó sus brazos para colocarlos en el cuello de él, ésto hace que Armando instintivamente apriaione su cuerpo al de ella.
Sus manos mágicamente, van retirándole a ella sus ropas hasta quedar en ropa interior.
Se separan un poco y Armando se deleita con la vista lo que ven sus ojos, que era intuido por sus manos que habían recorrido el cuerpo de ella.
Armando:" Eres hermosa, por qué te ocultabas en esas ropas tan grandes"
Betty:" Ay que vergüenza Dr" le dice mientras trata de tapar con sus manos, sus senos que todavía tenían puesto el sostén.
Armando:" Quietica ahí, no se tape. No le de vergüenza que son muy lindos"
Inmediatamente dijo eso, le retiró el sostén y miró esos bellos pechos parados. Eran como dos montes prefectos, lo empezó a acariciar con sus manos. Por primera vez, acariciaba unos pechos naturales y no como los de las mujeres que habían pasado por su cama que eran siliconas. Hasta Marcela los tenía hecho con implantes y siempre tenían esa rigidez que para él parecían insulsos.
Pero los de Betty, al ser naturales, lo volvían loco. No se aguanto más las ganas locas de saborear esos bellos montes de perfección.
Mientras saboreaba uno de ellos, más exactamente el derecho, con sus manos iba retirándose su ropa de arriba. Para terminar quedando solamente con sus pantalones, donde se notaba su gran erección que deseaba salir.

Dejó de besarla e hizo que se levantara un rato, allí siguió besándola de pie junto a ella y empezó a retirarle el resto de la ropa, hasta quedar en bragas. Inmediatamente después, sin dejar de besarla, se bajó sus pantalones y su boxer.
Se separó un instante y rápidamente, se quitó todo incluso las medias y los zapatos.
La colocó en el sofá nuevamente, para luego subirse encima de ella y seguir besándola.
No podía creer lo bien que se sentía besarla, lo dulce que eran sus labios y decidió probar como era su piel. Así que bajó con sus labios por el cuello de ella, siguiendo por cada uno de sus pechos y saboreó ambos pezones.
Luego siguió por su vientre plano, haciendo que Betty en cada beso, gimiera de placer y con eso volverlo loco de placer.
Al llegar a la zona de su intimidad, con sus manos retiró lentamente sus bragas y con su boca la iba besando, haciendo gemir más a Betty.

Una vez retirado lo único que tenía de obstáculo, subió arriba de ella y la besó apasionadamente sin dar tregua. Ambos estaban muy extasiados por éste maravilloso encuentro, Armando no salía de su emoción al notar como su amigo había reaccionado tan rápido sin siquiera haber hecho un juego previo. Ya que su miembro había reaccionado apenas besó a Betty.
Ésta estaba en las nubes, no podía creer todo lo que estaba pasando con don Armando. Jamás pensó que sería así, superó todos sus sueños.
Betty(pensando):" Ay Betty, vive éste momento porque no sabes si se podrá repetir. Ayyyy Dios con razón le dicen el tigre de Bogotá, me hace derretir con sus manos , con tan sólo tocarme"
Armando empieza a jugar con su miembro en la entrada de la intimidad de ella y eso la hace volver loca, luego se baja un poco y con sus labios succiona el botón de placer de ella.
Luego de unos minuticos, Armando siente como empieza a temblar y eso era la clara señal de que llegaría pronto un fuerte orgasmo. Cosa que sucedió a los segundos.
Sube a sus labios y sigue besando esa boca que lo tiene enloquecido.

Continuará