Ojos color sangre.

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Age playerKaori Yamagawa

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Kaori Yamagawa

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Rindo.

Los centros nocturnos eran la mejor cortina de humo que Bonten podía tener, además; son geniales como entrada y salida de dinero. Actualmente mi hermano y yo tenemos cuatro, Black Cat, Sex, Drugs and Alcohol, H&H y Pussycat.

En Black Cat y H&H son antros como cualquier otro, pero en SD&A y Pussycat es dónde la magia Haitani ocurre, en estos es donde más tiempo pasamos, hay strippers, habitaciones para tener sexo, albercas nudistas, orgías y cualquier cosa ilegal que se les ocurra.

Ahora estabamos en SD&A, yo estaba en la sala VIP viendo la planta baja hasta que vi entrar a una mujer tan jodidamente caliente, Kaori, no es la primera vez que la veo por aquí.

—Haz la subir —le dije por el radio al guardia que estaba abajo.

Ella rápidamente fué hasta las escaleras subiendo lenta y sensualmente. Disfrutaba de la canción y su baso de alguna bebida. Me senté en los tronos que tenemos de terciopelo rojo. Saludó a Ame y Sanzu que estaban en otro sillón bajo el efecto de las drogas.

Palmee mi pierna y rápidamente se sentó, sin previo aviso comenzó a besarme y a jalar mi cabello. Yo tenía mi mano en su cintura y otra en su pierna abriendo camino hasta llegar a su entrepierna. La música sonaba fuerte y el alcohol se mezclaba en nuestras bocas. El calor nos inundaba.

Mi mano comenzaba a dar círculos sobre sus bragas algo mojadas hasta que mi hermano habló por el radio y me distrajo.

—Rindō, me voy a la mansión, me llevo a un culito de aquí del antro, ten cuidado. Ah y adiós Kaori —esta rió al escuchar su nombre.

—Está bien —dije seco.

—Adiós Ran —finalicé la comunicación y seguí en lo mío.

Ahora mi mano estaba dentro de sus bragas descaradamente. Ella comenzó a abrir mi camisa y bajar sus besos hasta estar en mis clavículas, dónde mordía y besaba mi piel. Yo simplemente disfrutaba del contacto, mis dedos entraron en su húmeda cavidad sacándole un par de gemidos. Me gustaba tenerla así para mí.

—Rin... Papi —corrigió haciendo que la erección en mis pantalones creciera—. Vamos a casa.

—¿La pequeña Kaori quiere ir a casa? —me miró y asintió—. ¿Cómo se dice?

Mis dedos seguían dentro, aumenté la velocidad y ella apretó los ojos y puso sus labios en una línea.

—La pequeña Kaori quiere ir a casa, por favor señor Haitani, deme lo que quiero —la miré y por el radio dije que me estaría llendo del lugar.

Como princesa la cargué y la llevé hasta mi automóvil. La senté en la parte de atrás y subí. Comencé a manejar, evitaba pensar en el lío que había dejado entre sus piernas hasta que la escuché sollozar. La miré por el retrovisor. Estaba ella tocándose. Mi pene se puso más duro.

—Alguien está siendo una mala niña —se sorprendió al saber que la estaba viendo.

—Lo siento señor Haitani, pero no pude resistir más, quiero que me toques por favor —metió sus dedos en su humedad.

Carajo.

Mi mano libre la pasé hasta tocar la, mientras ella se penetraba yo jugaba con su botón inchado y brillante.

A veinte minutos de la mansión no resisti más y me estacione, me moví al asiento de atrás y rápidamente la penetré. Sus gemidos eran incontrolables gracias al placer que le brindaba mi pene.

—¡Oh papi! —gritó y aumenté la velocidad.

—Dime lo que quieres que haga y lo haré —de un movimiento la puse en cuatro.

La atraje más hacia mí y golpee su culo.

—Hazme tuya Rindō —dejó de llamarme "Señor Haitani" y "Papi", eso me molestó.

—Soy tu puto dueño, háblame como se debe maldita zorra —dije brusco y volví a golpear su culo.

—Lo... Siento tanto señor Haitani —seguí penetrando la hasta que estaba por correr me.

—Abre tu sucia boca —salí de ella.

Ella se acomodó y abrió la boca. Dejé salir todo mi líquido, al terminar ella lo tragó todo. Para hacerla terminar, volví a meter mis dedos, esta vez haciendo presión en su abdomen bajo y rápidamente dejó salir un chorro mojando me. Me limpie y cerré la puerta, volví al volante y maneje nuevamente a la mansión a que tomáramos un baño.

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ʙᴏɴᴛᴇɴ × ʙᴅsᴍ • [ONE SHOTS TR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora