Sus brazos dolían del esfuerzo, su cabeza del estrés, y su cuerpo pedía acostarse y dormir urgentemente, pero su cama tenía mil cajas con sus pertenencias encima, y si quería usarla debía guardar todo primero. Jisung estaba desempacando sus cosas después de traerlas de casa de sus padres, subir las cajas por las escaleras hacia el departamento, y dejar todo en el piso y en el colchón a falta de espacio en el suelo.
Se había mudado junto con Hyunjin y Changbin hace unos días, pero apenas hoy habían traído todas sus cosas y el departamento entero era un desastre. Cajas por todos lados, ropa tirada, y trastes sucios en la cocina. Además del desorden, Hyunjin andaba de quejumbroso, Changbin tenía un humor de perros, y a él se le estaba drenando la paciencia.
—Hyung, ¡ya te dije que la vajilla no combina con los manteles! —exclamó Hyunjin enojado hacia Changbin. Ambos chicos se encontraban discutiendo en la cocina desde hace rato.
—¿Crees que eso me importa en este momento? ¡Nadie va a ver la vajilla! —gritó Changbin exasperado.
—¡Yo la voy a ver! ¡No podré comer en paz sabiendo que los manteles son azul turquesa y los platos verde oscuro con dorado!
—¿Y qué demonios quieres que haga? La vajilla me la regaló mi mamá, y los manteles mi abuela, ni loco lo cambio. Además, ¡no es tan malo!
—¿No es tan malo? —bufó. —¡Es una total abominación! Dios mío, me va a dar cáncer de ojos —exclamó Hyunjin colocando su mano sobre su frente, haciendo como que se desmayaba dramáticamente.
—No seas exagerado, sólo aguanta hasta que tengamos suficiente dinero y ahí compras lo que quieras. Pero que combine o con la vajilla, o con los manteles, porque no los dejaré de usar.
—¡Esto es ridículo!, ¡totalmente ridículo! ¿Esperas que un artista como yo, que pasa horas estudiando la teoría del color, aguante las abominaciones hechas por gente como tú, que no sabe cómo combinar dos colores? Estás loco si crees que lo haré.
Así discutieron por un rato más mientras Jisung se preguntaba si se enojarían si les gritaba que se callaran. Él ya no podía soportar los gritos, pero le ponía nervioso decirles que se calmaran. ¿Por qué? No sabía, pero estaba demasiado nervioso. ¿Qué pensarían de él? Simplemente dirigirles la palabra (especialmente a Changbin) ya era un poco difícil, mejor no se metería en sus discusiones.
—¡Bueno, ya basta! —gritó Changbin. —¿Podemos dejar todo esto para después y concentrarnos en ordenar? Ya me cansé de discutir contigo, eres un cabeza dura, nunca cambias de opinión —Hyunjin hizo una expresión ofendida mientras el mayor hablaba.
—¿Cabeza dura? ¿Yo? —exclamó poniendo énfasis en el "yo". —Tú eres quien no quiere cambiar nada. Igual pienso lo mismo, es un caso perdido discutir contigo.
Ambos chicos se miraron con enojo y fueron cada quién por su lado. Pasaron las siguientes horas ordenando, tomando una pausa para la cena. Comieron ramen instantáneo, el cual sirvieron en los platos verdes con dorado que Hyunjin tanto odiaba. Los tres comían rápidamente: Changbin mirando al rubio enojado, Jisung desesperado por sus hyungs, y Hyunjin mirando con asco el color del plato, y a Changbin.
Después de la cena, Changbin fue a su habitación, y los menores a la que compartían. El departamento sólo tenía dos cuartos, y como Changbin era el dueño original del departamento, dejaron que él tuviera su propia habitación (Hyunjin no estuvo muy de acuerdo en un inicio, pero no tuvo de otra). Decidieron que la más grande sería compartida por los menores, y la restante la ocuparía el mayor. La diferencia de tamaño no era mucha, por lo que Jisung y Hyunjin apenas y tenían espacio para sus cosas, pero era mejor que nada.
Ya en su habitación, el rubio y el castaño se acostaron sin decir ni una palabra, el cansancio predominando en el mayor, este cayendo dormido inmediatamente. Por su lado, el castaño no podía dormir. La ansiedad era demasiada, comenzó a respirar agitadamente, sus manos comenzaban a temblar, y estaba comenzando a sudar. Se sentía abrumado de sólo pensar lo que habría el día siguiente: su primera entrevista de trabajo.
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Alien | MinSung/HanKnow
FanficLos humanos nacemos con un hilo rojo que nos conecta a nuestra otra mitad, a nuestra alma gemela. Se puede estirar, enredar o desgastar, pero nunca romperse. Un día Jisung se dió cuenta de que su hilo rojo no llegaba a ningún lado, éste tenía un fin...