BH | "es mitología griega, no esperes algo normal, pedro."
En donde Luceli fue maldita solo por nacer.
𝐎
En donde Luceli ayuda a él hijo de poseidón a salvar el Olimpo, o tal vez, a destruirlo...
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"Mi hermosa niña, nunca debes de pedir perdón por llorar, reír o sentir, tener sentimientos está permitido; y recuerda que mami siempre estará para escucharte y sostenerte cuando no puedas más."
— Clío
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TODOS SABÍAN DE las aventuras de Ares y Afrodita, bueno, todos menos Hefesto. A espaldas del dios del fuego y la forja, tuvieron a Eros, Anteros, Hímero, Deimos, Fobos y Harmonía. Todo el Olimpo sabía que estos no eran hijos de Hefesto, sino de Ares, su hermano menor, así que cuando el Dios herrero llamaba a Harmonía su hija, todos intentaban ocultar sus risas burlonas.
Hera y Zeus no estaban muy contentos con el nacimiento de los dioses menores, pero no hicieron nada al respecto hasta que Hefesto se enteró que no era padre de Harmonía gracias al titán Helios, quien se apiadó de él y le contó la verdad. Este cegado por la ira al saber que su esposa lo había estado engañado, pidió a sus padres que la castigarán, Zeus y Hera cumpliendo con la petición de su hijo, convirtieron a la diosa menor en mortal, regalándola a Cadmo, el rey y fundador de Tebas, por su valentía al haber matado dos dragones, condenado a Harmonía a morir en un matrimonio forzado.
Ares trató de contener su ira hacia sus padres, hermano y Cadmo por el bien de su hija, pero luego de las humillaciones de parte de Hefesto hacia él y Afrodita, más lo que habían hecho con su única hija inmortal, el dios de la guerra exploto, convirtiendo a Cadmo en una serpiente luego de que entrara en una arboleda sagrada para él y jurando vengarse de todos.
Y no fue hasta 1991 que sus palabras dieron frutos.
A pesar de las humillaciones, el dios de la guerra y la diosa del amor continuaron con sus aventuras, y luego de siglos de haber tenido a sus hijos, el destino decidió darles un regalo. En la primavera de 1991 nació una pequeña niña, y con ella, una profecía.
Una maldición, caos y destrucción; un huracán y un dragón han de conectar, para sus almas poder salvar.
—Si así es como comienza ni siquiera quiero saber el resto de la historia.
