BH | "es mitología griega, no esperes algo normal, pedro."
En donde Luceli fue maldita solo por nacer.
𝐎
En donde Luceli ayuda a él hijo de poseidón a salvar el Olimpo, o tal vez, a destruirlo...
EN EL OLIMPO todo estaba vuelto un caos. Se suponía que estarían en una reunión "pacífica" y "sin problemas", pero viniendo de aquel grupo de dioses, era todo lo contrario.
Zeus y Poseidón discutían sobre alguna estupidez, Apolo y Hermes molestaban a Artemisa mientras esta les amenazaba con matarlos, Hera relataba como Zeus le había puesto los cuernos una vez más, Ares y Hefesto se encontraban peleando de nuevo con Afrodita tratando de sepáralos, Deméter le recriminaba a Hades una vez más el rapto de su hija, siendo ignorada por el mismo, Hestia leía un libro mientras ignoraba a Atenea, quien estaba parloteando datos sobre dicho objeto y Dionisio se mantenía en su trono acompañado de una copa de vino viendo todo el desastre que se había formado.
La pequeña "junta" hubiera continuando de esa manera, si algo no la hubiera interrumpido haciendo eco en el templo. Una luz brillante iluminó el lugar junto a un golpe en seco, aturdiendo a los dioses, quienes se alteraron ante tal suceso.
Por otra parte, un grupo de personas habían caído abruptamente en el duro suelo, sacando gemidos y quejidos de dolor. No era un grupo grande, o al menos no se veía como un grupo grande a simple vista.
—¡¿QUIENES SON USTEDES?! ¡¿Y por qué razón se atreven a entrar de manera tan ofensiva al Olimpo?!
Hera fue la primera en saltar de su lugar vociferando con desagrado ante los nuevos llevados. Su cabellera castaña tan finamente cuidada se movía violentamente al ritmo de las acciones de su portadora. Los demás dioses, a excepción de Zeus, miraron a la Diosa madre con exasperación por el escándalo que estaba comenzando a formar.
—Lo sentimos Lady Hera, habíamos sido enviados al Olimpo en nuestro tiempo.—Una rubia contestó de manera respetuosa de forma inmediata.—Pero por alguna extraña razón que no conozco, al parecer hemos sido enviados al pasado.
—Somos Semidioses.—Un azabache de ojos azul brillantes explicó.—Del futuro.
—Nunca había visto algo así ¿Podrían presentarse, por favor?—Hestia miro interesada a los adolescentes frente a ella ignorando la mirada colérica que le enviaba su hermana.
—Annabeth Chase, hija de Atenea, arquitecta del Olimpo.—Se presentó la rubia que había hablado anteriormente, ganándose la mirada de su madre, quien le miró con una ceja arqueada.
