Hunger | HS

Prólogo

Harry había estado enamorado de su mejor amiga, Moira Jakobsson, desde el momento en el que la vio en el karaoke en el que había celebrado su cumpleaños a sus doce años. Sin conocerse, teniendo un solo amigo en común, conectaron rápidamente y juntos cantaron Everywhere de Fleetwood Mac, y el castaño no pudo ignorar el brillo que, irónicamente, los ojos negros azabache de la chica desprendían. Él no tenía ni idea de como el amor funcionaba pero sabía que lo que sentía por ella tenía que ver con ese terrorífico concepto pues, aunque lo intentó, nunca pudo ignorar los latidos acelerados de su corazón cada vez que la veía sonreír.

Los años pasaron y nunca se atrevió a contarle como sus manos sudaban cada vez que estaba cerca de ella o como una sonrisa tonta aparecía en sus labios cuando su nombre era mencionado. Como solo podía pensar en ella. Día y noche.

Pero todo cambió cuando una noche de invierno, al cumplir veintiuno, Harry la besó, completamente extasiado, arriesgando lo  que para él era lo más importante en su vida, pero cuando MJ, como a él, fan de Spiderman, le gustaba llamarle, le siguió el beso, se sintió el chico más afortunado del mundo. Ambos estaban hambrientos y ni siquiera lo sabían. Necesitaban más y más, nunca era suficiente. Estaban en el pico más alto de una montaña rusa y la adrenalina en sus corazones estaba a punto de estallar.

Sin embargo, la bajada llegó.

Ambos estaban confundidos. Asustados. Y Harry se negaba a dejar ir a la chica más maravillosa que había conocido, a su única amiga. Y, en un intento de conservarla, solo supo alejarla.

— Por favor, es lo mejor para ambos — intentaba decir Harry, ahogándose con sus propias palabras.

— Solo tienes que pedirme que me quede y lo haré — suplicaba ella. Deseaba escucharle decir ''quédate''. Harry sabía que si no le ponía fin a la conversación, acabaría cediendo. Odiaba verla llorar y odiaba que él fuese el causante. Sin embargo, odiaba aún más retenerla como un completo egoísta, por ello, hizo lo que creyó correcto, aunque, sabía que se arrepentiría en el segundo en el que aquellas palabras saliesen de sus labios.

— Perdí mi gusto por el bien en nosotros. Vete — y lo hizo. Desapareció.

Y debería haberla seguido. Debería haberla llamado.

Pero nunca lo hizo.

Daisy Edgar-Jones como Moira Jakobsson

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Harry Styles como él mismo

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Bill Skarsgård como Dominik Lundqvist