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Bajo la luna de aquella noche, exactamente las 3:00 AM, un rubio de ojos verdes sentado a la orilla de el balcon de una azotea; con los brazos recargados en el barandal bajo el insomnio, miraba como la mayoría de la ciudad se encontraba a oscuras, los edificios vecinos, muy pocos apartamentos con las luces encendidas.

La brisa de la noche pegando en su cara y moviendo su cabello. Con la mente en blanco, jugo horas en su teléfono y el aburrimiento ya avía llegado, no sabía que hacer. Aunque le dejo de importar mucho, de todas formas era una rutina diaria; el insomnio ya eran costumbre, así que optaba por ver su teléfono, después de aburrirse, acariciaba a su gato, que de la nada desaparecía, o se tiraba en su cama viendo un punto fijo de su habitación por horas.

Ya harto de hacer lo mismo, decidió subir a la azotea a mirar toda la ciudad, dejando de lado la rutina nocturna que tenía siempre.

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Otra noche sin dormir, tanto era el aburrimiento, como para salir de su cuarto a altas horas de la madrugada; subir a la azotea y trepar a arriba del techo de la puerta de entrada a la azotea para acomodarse boca arriba a mirar las incontables estrellas del cielo. Una rutina en el peli-negro, observar las estrellas sin ningún tipo de aburrimiento, observando también los aviones que pasan por el cielo de la noche.

- Ellas son realmente hermosas - refiriéndose a las estrellas brillantes del cielo.

Lo que el no sabía es que había alguien con el, pero sin notar sus presencias el uno del otro.

Por otro lado el rubio, se alarmó al oír una voz desconocida a altas horas de la noche. El miedo se apoderó de él, pero respondió a aquella voz.

- ¿Las estrellas?, Realmente si - contesto mientras observo el gran cielo repleto de estrellas.

Baji se sorprendió, pues quién podria estar a altas horas de la noche en ese lugar, rápido bajo de dónde estaba para ver quién andaba ahí. Para su sorpresa visualizo un cuerpo delgado de espaldas con una sudadera negra y una cabellera rubia.

- ¿y tú quién eres? - pregunto sin más.

- ¿Yo? - dispuesto a no contestarle nada a un desconocido.

- ¿Hay alguien más? - dijo obvio, mientras comenzaba a irritarse.

- No pienso contestarle nada a un desconocido.

El peli-negro optó por empezar para que el rubio tuviera más confianza de responderle.

- Yo soy Keisuke Baji, un gusto, ¿Tu eres?

El rubio empezó a tener un poco de confianza, pues el desconocido ya le avía dicho su nombre y el no se quería ver cómo un mal educado.

- Yo soy Matsuno Chifuyu, el gusto es mío - dirigiendo su vista hacía el más alto.

- ¿Que haces a estás horas de la noche? - pues era obvio, "todos" deberían estar dormidos.

- No tengo sueño, entonces subí aquí - no sabía por qué, pero el sentía una gran confianza hacia el peli-negro, como para seguirle hablando.

- ¿Insomnio?, Me pasa lo mismo.

Después de decir eso, dirigió su mirada hacia aquel rubio, perdiéndose en aquellos ojos verdes, eran tan hermosos y la luz de la luna los favorecía más, su rostro no era muy visible pero esos ojos, esos ojos eran los más visibles de todo su rostro. Tanta fue la hermosura de sus ojos que se quedó quieto viéndolos por varios minutos, hasta que el rubio desvío la vista.

Ya avía pasado más de una hora y media, ya casi empezaría a amanecer así que el rubio decidió irse, debía llegar a su casa para que su mamá no se diera cuenta de su ausencia, dejando a aquel peli-negro solo en esa azotea.

El peli-negro solo se quedó viendo cómo aquel rubio de hermosos ojos se iba, estaba dispuesto a encontrarlo, así que esa noche regresaría a la azotea a ver si regresaba.

No sabía nada de el más que su nombre, no sabía en qué departamento vivía o a qué escuela asistia.

- Dejaré esto para más tarde - saliendo de esa azotea, dirigiéndose a su apartamento.

El rubio ya se encontraba en su escuela, caminando por los pasillos, pues su última clase ya avía terminado así que se dirigía hacia a la salida cuando.

- ¡HEY! ¡CHIFUYU! - así volteando hacía atrás - olvidaste tu cuaderno - dijo su compañero de clase.

- Muchas gracias - tomando el cuaderno y dispuesto a seguir su camino a casa.

En una de las aulas de ese mismo instituto, un chico con una apariencia de estudiante "inteligente" dejo su frustración por no entender nada de lo que tenía escrito su libro, al escuchar aquel mismo nombre que aquel rubio le dijo en la azotea de aquel edificio. No podía ser coincidencia que alguna otra persona se llamará como el.

Salió de su aula dispuesto a buscar a esa persona que tanto quería volver a ver, a lo lejos visualizando aquella cabellera rubia. Empezó a correr para lograr alcanzarlo, viendo que se dirigia a el mismo edificio, esa si era una coincidencia, así que decidió seguirlo y ver en qué apartamento vivía.

Horas después aquel peli-negro se encontraba trepado en aquella terraza de la puerta de entrada a la azotea, esperando a que aquel rubio volviera al mismo lugar en el que lo conoció.

Pasaron las horas, los días, las semanas, dos para ser exactos, no tenía el valor como para ir a buscarlo a su apartamento, y todas las veces que quiso encontrarlo en el instituto nunca lo encontró. Queria, no, necesitaba verlo.

Baji volvió a subir a aquella azotea, ya rendido de no poder volver a ver a aquel rubio de ojos verdes color esmeraldas. Hasta que se percató de la presencia de alguien, estaba de espaldas y con un suéter puesto, hasta que bajo su gorro y se giró para mirar al peli- negro, era el. Después de tantos días buscandolo al fin lo había encontrado.

- Hola, no sabía que estarías aquí - el rubio subió hasta donde el estaba, para luego sentarse a su lado.

- Yo pensé que no volverías - estaba feliz, después de días intentando encontrarlo al fin estaba ahí, con el.

𝙄𝙣𝙨𝙤𝙢𝙣𝙞𝙤 / 𝘽𝙖𝙟𝙞𝙛𝙪𝙮𝙪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora