Capítulo uno.

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Capítulo uno.

—¡Charlie despierta de una maldita vez!— Me quejé al escuchar la voz de Charlotte, mi hermana gemela, tapándome la cara con la almohada. —¡Son las ocho en punto!, ¡Tienes quince minutos!— Abrí los ojos con pesadez y me levanté de la cama con toda la paciencia del mundo, tome la ducha más rápida de toda mi vida, y me vestí algo abrigado, ya que estamos en tiempo de lluvia y no quiero coger un resfriado.

—Buenos días enana.— Digo entrando a la cocina y besando su frente.

—Hola Char.— Sonríe de lado y la miro extrañado.

—¿Qué pasa?— pregunto mientras me sirvo un poco de cereales.

—Es... Es sólo que tengo un mal presentimiento otra vez. Me siento extraña... Y creó que me voy a volver loca. — Bromea un poco con el asunto. —Por cierto, mamá ha dejado una nota, la tía Malena ha dado a luz antes de lo previsto, así que le ha tocado ayudarla. Y papá no vendrá hasta en un mes de Ámsterdam. Eso quiere decir que estas a cargo por al menos tres semanas. Lo cual no es justo ya que soy mayor por cinco minutos, pero te deje ganar esta vez, cerebrito.—

Me río mientras me siento en un banco junto a ella. —Lottie... Yo también me siento extraño, ¿Sabes? Recuerdo haber soñado algo esta mañana, creo que tiene que ver con una chica... Pero sólo recuerdo eso. Y muy en el fondo siento que era algo importante. Me siento impotente. Algo pasaba con ella. Entre más me esfuerzo en recordar, más borroso se vuelve todo. Es como si algo no quisiera que lo recuerde.— En mi mente resuena "o alguien" niego y me inclino sobre la mesa poniendo mis manos contra mi cara suspirando mareado. Mi hermana se acerca preocupada y me soba la espalda.

—Tranquilo Char. No quiero que te preocupes por eso. ¿Preferirías quedarte a descansar por hoy?— Enserio se ha preocupado. Ella y yo compartimos gustos por los sucesos paranormales, amamos la ficción, la mitología y tenemos un extraño afán por la magia. Suena loco, lo sabemos. Aunque también comprendemos que es algo que puede no llegar a ser cierto.

—Estoy bien, tranquila. Y no, estaré mejor si voy al Colegio, necesito distraerme, tal vez regresé un poco tarde, pasare a la biblioteca.—

—Bueno... ¿Cada quien en su auto o me llevas?— Sonríe de oreja a oreja.

—Sólo haces eso porque tu auto es tres meses más nuevo.— La miro entre cerrando los ojos y ella suelta una carcajada.

—Tú fuiste él que no pudo esperar. Da igual, son R8 ambos. Solo que el tuyo es color negro y el mío es un azul muy hermoso.— Dice con aires de grandeza.

—Si, pero recuerda que sólo los tenemos porque papá siente culpa de no haber estado en casa durante los momentos más importantes de toda nuestra vida.— Digo de manera fría y sólo observo como los ojos de Charlotte cambian de un verde oscuro a un amarillo total por un milisegundo y la miro extrañado. Cierra los ojos con fuerza y sacude la cabeza.

—En ese caso me voy por mi cuenta, buenos días Charlie.— Se despide cortante mientas yo salgo de mi mini shock, avanzando a mi auto y conduciendo rápidamente al instituto, tengo la primera clase perdida, de todos modos.

Once upon a dream.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora