Capítulo ocho.

22 1 0
                                    

Capítulo ocho.

Después de esa noche en la fiesta he tratado de averiguar quien diablos puede ser la chica que me ha estado mandando esas notas.

Recostado en mi cama, exactamente por dos horas, recuerdo que no es la primera vez que encuentro mensajes anónimos, aquélla vez que me desmaye en la escuela, también había recibido una.

Sólo que estaban escritos de una manera muy diferente.

Entonces ahora son dos personas que debo descubrir, malditasea.

Me tallo la cara frustrado, ¿desde cuando mi vida se convirtió en una historia de mierda?

No tengo ni idea de quien podría ser, cuando pregunte quien era ella, respondió con un simple "A.", únicamente conozco dos chicas con esa inicial, Alala, y Amber que comparte Filosofía conmigo. Es simplemente imposible que sea alguna de las dos.

-...-
—¿A donde vas?— Lottie grita desde la cocina cuando abro la puerta de entrada.

—¡Iré a caminar un rato!— le grito de vuelta saliendo y cerrando detrás de mi.

Como siempre que necesito despejar mi mente, me dirijo al parque más cercano de casa. Es muy tranquilo porque normalmente nunca hay nadie en él, esta rodeado por árboles enormes y eso lo hace un poco creepy, pero para mi es simplemente perfecto.

Luego de estar un rato sentado en una banca me aburro y decido adentrarme al pequeño bosque, de inmediato me doy cuenta que ha sido una mala idea por que a lo lejos escucho una risa burlona y un golpe estruendoso. Cuando me doy cuenta de la posible situación en la que me encuentro decido irme pero alguien llega por detrás y cubre mi boca con su mano.

—Soy Bastiaan, cierra la boca Charlie. —lentamente quita su mano—

—¿Estás loco? ¡Casi me da un infarto! — le grito mientras mantengo mi mano en mi corazón, él sólo se limita a reírse de mi cara.

—Lo siento, es que era demasiado tentador. — sigue burlándose mientras limpia una lágrima debajo de su ojo.

—¿Qué haces aquí, engendro? — lo miro molesto.

—Fui a tu casa y Charlotte me dijo que podrías estar aquí.— mira un poco alrededor— demonios este lugar es el perfecto escenario como para asesinar a alguien sin temer a ser descubierto— suelta una carcajada y yo solo trato de tener paciencia.

—Creo que ya se por que Alala no te hace caso.

—¡Ey! Traicionero. —se queja y reímos. — pero enserio Charlie, este lugar apesta y yo no me atrevería a venir solo. ¿Es qué eres idiota? —me da un manotazo. —si quieres morir sólo acuéstate en medio de la carretera. —Ironiza y le regreso el golpe.

—Vengo aquí cuando me estreso, normalmente nunca me molesta nadie. —lo miro acusadoramente pero me ignora.

—Da igual, deberías tener más cuidado.

—Está bien. ¿Ya vas a decirme para que me buscabas?

—Oh si, claro. —dudó un poco— Charlie, yo no soy tan idiota,  sé que te pasa algo desde hace unas semanas, al principio pensé que no tardarías en contarme, pero hasta ahora no he sabido nada, ¿debería creer que estas mejor o que simplemente no confías en mi? —va al grano, y no, eso no me lo esperaba.
—Bueno lo que pasa es que... —suspiro y me siento, mientras el me imita. —me han estado sucediendo cosas muy extrañas, y pensaba que no ibas a creerme, se lo conté a Lals por que tu sabes que ella esta mas loca que nosotros dos, sentí que ella no me juzgaría. Lo siento.

Él asiente y se queda pensativo un rato.

—Charlie, yo tengo la nota. — confiesa y en ese instante me congelo.

—¿De qué estás hablando? —

—Ese dia que te desmayaste en deportes yo fuí el que te encontró y la carta estaba en tu mano. No quería que esto se convirtiera en algo público así que la he guardado desde entonces. Alguien te ha estado vigilando desde entonces, te he seguido a casa y alguién más esta haciendo lo mismo, cuando venia hacía acá había unas pisadas aparte de las tuyas, y aquí no estamos mas que tu y yo.— Trago con dificultad al recordar la risa y el estruendo que había escuchado antes de que él llegara, y veo la preocupación en sus ojos.

—Deberíamos ir a casa y te explico mejor las cosas Bastiaan, este no es un lugar seguro. — él asiente y salimos de ahí, no creo regresar nunca, a decir verdad.

Once upon a dream.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora