Sentimientos

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A veces las personas tienen razones para ser como son, expresarse y desenvolverse de varias maneras.
Parece que hace poco el soldado que encontraron mis subordinados ascendió a teniente, se rumora que él fue el único sobreviviente del resto de sus compañeros quienes fueron enviados al "bosque".

Por lo que escuché no tenían muy buen rendimiento así que mis superiores los consideraban "escoria".
El nuevo teniente me parece algo peculiar; no mantengo un gran contacto a nivel personal con él pero por alguna extraña razón me parece agradable.

A lo mucho intercambiamos miradas o compartimos pequeñas conversaciones superficiales, cosa que hace que me de cuenta que él tiene un trato distinto hacia mi persona comparándolo con como trata al resto, tal vez eso me hacía "especial".

En la mañana mi escuadra y yo realizamos algunas tareas que fueron por orden del teniente, lo normal, sin embargo...

No pude evitar observarlo y hacer un intento por descifrar su persona, después de todo me parece alguien interesante por lo que al notarlo me preguntó: -"¿sucede algo cabo pompón?"- el tono en el que me lo dijo lo sentí algo diferente al que lo haría cualquiera de la compañía, para mí fue suave y gentil, dando a mi corazón un cálido abrazo muy alejado de la respuesta fría que esperaría.

Solo lo volví a mirar a los ojos para después responderle con el respeto debido que no sucedía nada y ¿tal vez era cierto que no pasaba algo?.

No estoy seguro del porqué pero sentía que realmente acontecía algo, una sensación extraña en mi pecho, eso era lo que ocurría, algo con lo que mi mente me hunde dando como consecuencia mi distracción.

Intenté olvidarme del hecho, aunque en la noche no pude evitar plantearme una y otra vez eso; no me dejó conciliar el sueño, aturdía mi tranquilidad y en especial mis sentimientos...

A la semana logré quitarme de la cabeza todas y cada una de las cosas que pensé o sentí; finalmente estaba aliviado de no tener que darle vueltas al asunto en vano, al menos eso creí hasta que volví a tener contacto con él. Esta vez fue diferente, desde un punto de vista general no parecía que tuviera algo, pero lo tenía, yo lo sabía.

En este encuentro nuestro acercamiento fue muy diferente a la última vez; esa calidez que acarició mi piel y se hizo presente a través de su habla se desvaneció, me dió órdenes de una manera cortante y su entonación palabra por palabra era con enojo lo que desencadenó otra emoción alterna a la de la otra vez.

Día con día percibí más pesado mi trabajo, sentí que realmente era molesto lidiar con los deberes que me corresponden, en especial con las acciones más simples como levantarse de la cama, vestirse o incluso responderle a mis superiores, mis ganas de hacer algo simplemente se esfumaron.

Esto no tenía sentido alguno, de un día para otro no tenía el deseo de hacer cosas tan sencillas como asearme.

¿Qué es lo que estaba ocurriendo conmigo?, ¿porque de una manera tan repentina estaba acabado? no tenía razones para todo lo que pasaba, -yo tengo un buen puesto, un buen trabajo, no hay razón para mi desmotivación-  fue lo que me dije a mí mismo.

El tiempo en el que estuve sobrepensando se me hizo eterno, segundos como minutos, minutos como horas, horas como días, días como semanas...

...¿Por qué? ¿Por qué no sé lo que me ocurre a mí mismo, lo qué pasa en mi propio cuerpo?.

Cansado de esta sensación de insatisfacción, salí temprano para despejarme. De manera discreta,observé como algunos soldados realizaban su entrenamiento, una que otra cosa...
Seguí así hasta que sentí un peso en mi hombro, volteé para saber que es lo que pasaba y ahí lo ví...

Sentí un vacío en mi pecho, como si mi corazón se estuviera desangrando, un leve escalofrío recorrió mi cuerpo, no podía reaccionar, mi respiración se entrecortaba...

Mis ojos tenían la necesidad de llorar y así fue como antes de que empapara mi rostro con un mar de lágrimas, me contuve, se escaparon algunas pero supe manejarlo por poco tiempo.

Era él, el teniente, la persona que me tomó del hombro.

Me sentí avergonzado, apenado por la imagen que le di que olvidé por completo las formalidades; me perdí en sus ojos.

En cuanto lo ví supe porque es que me sentía así, ¿era por él? ¿acaso fue por la manera en la que me habló?. Me encontraba perdido y en especial confundido por cada pregunta que me hacía.

¿Cómo algo tan insignificante como eso llegó a afectarme tanto? ¿por qué es que me importó la forma en la que me habló?...
Tanto el señor teniente como yo, no soltamos ni siquiera una sola palabra, él solo me miraba en silencio.
Me sentí estúpido por el motivo de mi infelicidad.

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Hasta aquí el primer capítulo, espero que mi trabajo sea de su agrado :D

Unicorn wars// Por amor... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora