Capítulo 1

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Me desperté por el ruido de mi alarma. No quería levantarme, estaba agotada. Ayer, como era mi ultimo día en la ciudad, salí con mis amigos y estuve también con mi familia. Me acerque a mi cómoda y cogí el celular de mala gana y apague la alarma. Me levante de la cama un poco triste porque no quería irme.

Me puse mis pantuflas de cerdito y baje a desayunar. Mi madre ya me estaba poniendo el desayuno en la mesa, y mi padre se estaba devorando las tostada con huevo frito y aguacate que le preparo mi mama. 

En cuanto me vieron me sonrieron, yo les dedique una sonrisa de boca cerrada cuando me acerque a ellos. Mi mama se me quedo mirando un momento mientras le echaba jugo de naranja a mi papá.

Tenía que tener la cara echa un desastre por como me miraba. Ayer a la noche estuve llorando como por mas de dos horas hasta que me quede dormida, tendría que tener los ojos hinchados

Me senté en la silla y empece a devorar la comida. Estuvimos desayunando como por media hora.

-¿Ya tienes la maleta echa?-me preguntó mi madre.

-si-le conteste llevándome un bocado de aguacate a la boca.

-Que sepas que...

-si, ya lo se mama-.le corte.

Teníamos que ir a casa de mis abuelos porque ayer no pudimos ir a despedirnos.

Terminamos de desayunar y lleve los platos a la cocina. Luego, subí a ducharme y ponerme ropa. Cogí mi maleta y baje, mis padres me estaban esperando en la entrada listos para salir.

Ya estábamos en el coche y sentí unas ganes de llorar tremendas, no quería ver a mis abuelos. no ahora.

Cuando llegamos, me baje del coche mientras mis padres se dirigían a la gran casa. Yo me quede parada frente a ella.

como los voy a extrañar...

-¡Brenda vamos!-me grita mi madre desde la entrada. Yo parpadee volviendo a la realidad.

Me dirigí rápidamente a la puerta, en cuanto la atravieso, una bola de pelo viene corriendo hacía mi. Era Balú. el perro de mis abuelos.

-¡Balú!- Me incline para acariciarle mientras el intentaba lamerme las manos.

A ti también te voy a extrañar pequeña bolita de pelo.

Seguimos hacia la sala enorme, donde es estaban mis viejitos sentados en el sofá. En cuanto nos vieron se dirigieron hacia nosotros sonriendo.

No nos quedaríamos mucho tiempo en casa de mis abuelos. nuestro vuelo salía a las 11:00 pm y eran las 9:05 pm. Así que eran mas de dos horas hasta allí. me duele saber que estaré solo 10 minutos con ellos.

los 10 minutos mas dolorosos...

-¿como estas hija?- Mi abuela me pone una mano en la mejilla devolviendome a la realidad. Yo paso mi mano por la suya ladeando la cabeza y sonriendo.

-Muy bien abuela-

ay no, ya tenía los ojos aguados.

-Te vamos a extrañar mucho por aquí- Mi abuelo me habló. No me contuve mas y los abrace a los dos. En ese momento, bajaron dos lagrimas por mis mejillas.

Mi abuela sollozaba a mi derecha, y mi abuelo al otro lado me sobaba la espalda. ¿Cuanto tiempo estaré sin verlos?

Cuando me despegue, vi que mi madre ya estaba llorando y mi padre la estaba consolando a su lado. Volví con mis abuelos estaban llorando también.

-No saben como los es extrañare- dije. Los volví a abrazar y me despedí.

Salí de la casa, no espere a que mis padres se despidieran, no quería llorar mas.

Estuve en el coche cinco minutos esperándolos. Cuando llegaron, se subieron en silencio. Mi padre se estaba poniendo el cinturón.

-¿Estas bien cariño?- me pregunto mi madre.

-Si- mi voz salio ronca. Ella sabia que estaba mal aunque yo dijera lo contrario. Me conocía mas que nadie.

El resto del camino transcurrió en silencio, excepto por las voces de la radio que estaban escuchando mis padres.

Yo solo cerré los ojos y me quede dormida.


                                                                      ***

-Brenda, Brenda...

Estaba soñando y...

-¡BRENDA!- Di un brinco en el asiento del coche. abrí los ojos y vi que estábamos en el aeropuerto. Me gire para ver a mi padre con mi maleta al lado, le sonreí y baje.

Estábamos yendo dentro del aeropuerto y tenía hambre ya. me gire hacía mi derecha y vi una tienda de donas.

-Ahora vengo- les dije mientras corría.

Cinco minutos después, salí con tres donas, una de chocolate para mi, y dos de glaseado para mis papas. Me la comí en 2 minutos literalmente.

-Viajamos en 20 minutos- dijo mi mama mirando una pantalla con el ceño fruncido.

Yo estaba cansada, y eso que había dormido dos horas para venir hasta aquí. Me senté en un banco, y al otro lado se sentó mi papa,  y mi mama seguía mirando la pantalla.

Mi mama nos hizo una seña a mi y a mi papa para que la siguiéramos. Y en menos de diez minutos estábamos entrando al avión.

-Fila 28...- murmuro mi padre mirando a su alrededor.

-Aquí- le digo sentándome en esa fila. nos sentamos los tres juntos.

Ya en cinco minutos estaba en avión lleno de gente

Bienvenidos a bordo pasajeros

Una voz femenina hablaba desde la cabina, supongo.

Abróchense los cinturones...

La chica empezó a hablar de las cosas que teníamos debajo del asiento por si ocurría alguna emergencia.

Que tengan un bien viaje.

Cuando terminó, saqué mi pequeña mochila que estaba debajo del asiento y cogí mi celular y mis auriculares, los tuve en mis manos por un momento y Me quede mirando por la ventana del avión que empezó a moverse. Mire fijamente mientras despegábamos.

Recosté la cabeza en la ventalla, mirando mi ciudad alejarse.

Como los voy a extrañar

EL CHICO DEL QUINTO PISODonde viven las historias. Descúbrelo ahora