Pelea

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La hora del almuerzo había llegado, yo me encontraba enrollado en una toalla y los rebeldes cabellos húmedos que se me pegaban a la cara me recordaban la forma en la que HeeSeung me había sostenido dentro del agua. La forma en la que juntó nuestros cuerpos, lo sentí contra mí y me habló al oído. La forma en la que no me soltó hasta que no me sentí listo, cómo toda su atención estuvo en mí y nadie más.

Por un momento sentí que yo era el centro de todo en la vida de HeeSeung, mientras reíamos juntos allí dentro y hacíamos guerra de agua. Beomgyu nos chequeaba con una mirada difícil de descifrar cada vez que podía, pero HeeSeung no parecía darse cuenta porque extrañamente no había volteado a verle ni un segundo.

Nuevamente sentí que había ganado algo.

Y nuevamente aprendí que para Beomgyu, ante los ojos de HeeSeung, no existen ni aspirantes a competir.

Él ya tenía ganado ese lugar especial en el corazón de HeeSeung... ese lugar en el que yo nunca estaría ni siquiera cerca de estar.

Así que aunque reímos juntos, la pasamos bien juntos y por un momento sólo fuimos él y yo, al final siempre serían sólo Beomgyu y HeeSeung.

Segundos después de que la señora Park nos llamara a comer, cuando ya todos habíamos abandonado el río y tomado nuestras respectivas toallas, Beomgyu y HeeSeung desaparecieron detrás de unos árboles sin decir gran cosa.

Beomgyu sólo le había dedicado una mirada muy cercana al enojo, le había hecho señas para que lo siguiera y HeeSeung lo había obedecido enseguida.

Eso me recordaba cómo eran las cosas.

Al final eran ellos dos.

Al final yo no formaba parte de esta historia.

Al final yo perdía.

Justo como mi mamá.

ㅡOye, cariño. ㅡLa señora Park llamó mi atención. Yo levanté la mirada después de minutos mirando al suelo sin más, repasando cada momento junto a HeeSeung y el momento que Beomgyu se lo llevó de la mano lejos de mí... ㅡ¿Estás bien? ㅡMe preguntó de manera dulce, arqueando una ceja.

Odiaba que la señora Park fuese tan perfecta todo el tiempo, con esa sonrisa de comercial y esa voz suave.

Odiaba estar ahí.

Cuando menos me di cuenta mi mirada se había intensificado, y por la confusión en sus ojos, tal vez en mi rostro se reflejaba todo el odio que guardaba dentro de mí.

No quería dejar que los rencores me ganaran.

Pero estaba dolido, enojado, triste, deprimido y patético.

Mi padre estaba con ellos, no conmigo. Mi padre nunca me iba a querer como a ellos, mi padre... mi padre dedicada toda su vida a ellos.

¿Yo en qué importaba ahí? ¿Dónde era parte de la vida de mi padre?

¿Dónde era mi mamá parte de esta familia? ella nunca podía estar presente, se sentía una mierda. Yo me sentía una mierda.

Realmente me destrozaba. Me destrozaba como nadie podría imaginárselo, me sentía tan pequeño, insignificante y perdido. Me sentía tan fuera de lugar.

Me sentía en la nada.

Como si no valiera nada.

Como si realmente no estuviera ahí.

Y luego estaba HeeSeung, a quién no me podía arrancar del pecho.

No podía dejar de sentir cosas al verle, no podía dejar de quererlo y desearlo. No podía mirar su boca sin deshacerme.

No podía sentirlo cerca sin querer apoyarme en él, sentir su piel contra la mía.

No podía borrar las ganas de hacerlo feliz, hacerlo reír y llenar su corazón de cosas buenas.

No podía borrar las ganas de querer amarlo para siempre.

Pero sobre todo... No podía borrar que el dueño de su corazón era mi medio hermano. Park Beomgyu. El hijo de la mujer que ahora tiene a mi padre, la mujer que ganó y le dejó nada a mi madre. Park Beomgyu, el que es el hijo que disfruta de todo lo de mi padre, el que tiene cada una de sus respiraciones y el que tendrá su último aliento a su disposición.

La persona que HeeSeung ama.

Mientras que yo, bueno... Yo sólo tengo a mi mamá.

ㅡ¿SungHoon? ㅡIntentó hablarme una vez más la señora Park, ahora viéndose preocupada.

Tuve la sensación de que le regalé de esas miradas que matarían a cualquiera.

ㅡVoy a dar una vuelta por ahí. ㅡGruñí, apartando la mirada de ella bruscamente, porque muchas veces me destrozaba verla.

Ella intentó decir algo pero me puse de píe enseguida, ignorándola.

Miré hacia mi padre. Se había quedado dormido sobre la manta que había tenido la señora Park en el suelo, con su sobrero cubriéndole el rostro.

Nunca se daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor.

Me imaginé a Beomgyu y HeeSeung besarse contra algún árbol.

Sentí que se me cerraba la garganta y de la nada me invadieron las náuseas.

Probablemente el día que tuviese que verlos besándose frente a mis ojos serían más que náuseas. Probablemente moriría de un ataque al corazón.

Mi madre no sabía que me gustaba HeeSeung, pero algo se imaginaba.

Yo siempre le hacía preguntas de cómo había sobrevivido a la situación con mi papá.

Ella respondía que al principio sentía que su vida se acababa por él, pero que con el tiempo aprendió a apreciarse y entender que se debía a sí misma algo más.

Me dijo que el pasar de los años le enseñó que su bienestar y felicidad era más importante que cualquier cosa, que se la pasó haciendo actividades que le distrajeran la mente y le hicieran feliz. Que construyó cosas y tuvo proyectos por ella misma. Que supo que sólo se necesitaba a ella misma, que valía mucho por lo que era.

Hasta que llegaste tú, me dijo. Ahora eres tú la primera persona por la que hago todo, hijo.

Me encontré con que la extrañaba mucho, quería volver a casa pronto porque ella era mi único lugar seguro. La quería tanto y esperaba algún día ser como ella.

ㅡMamá... ㅡSusurré débilmente, con los ojos rojos y cristalizados.

Ya había intentado llamarla más temprano pero no tenía señal.

Seguí deambulando por ahí, pateando las piedras que se me atravesaran en el camino y aguantando sollozos.

Pensaba en muchas cosas.

HeeSeung, mi madre, la señora Park, mi padre y Beomgyu. Pensaba en todos ellos y se me hacía cada vez más difícil retener las lágrimas.

Entonces de la nada escuché unos gritos, de voces muy conocidas, que veían desde mi izquierda.

ㅡ¡HeeSeung, por favor! ¡Tienes que entenderme! ㅡEse era Beomgyu.

ㅡ¿Cuándo me entenderás tú a mí? ¿Cuándo va a importar lo que yo siento? ㅡHeeSeung sonaba frágil. Estaba llorando.

Mi corazón se detuvo por un momento.

ㅡ¡A veces no te soporto! ㅡFue lo último que pude entender que Beomgyu dijo.

Las voces parecieron bajar pero pude escuchar a HeeSeung sollozar desde alguna parte.

Lágrimas se deslizaban por mis propias mejillas y no me di cuenta al principio, mientras avanzaba desesperado y golpeaba mis brazos con ramas de árboles al pasar.

Finalmente encontré lo que buscaba, pero no era lo que esperaba.

No había rastro de Beomgyu por ninguna parte.

Sólo estaba HeeSeung, abrazando sus piernas en la arena.

ʿʿ if i was a rose ʾʾ  heehoon︕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora