Peter Parker O.S. +18

Charla sucia

Simplemente estabas estupefacto.

Desaparecido. Maricón.

Tu cerebro se había convertido en papilla, tus pensamientos corrían a un millón de millas por segundo. No podías pensar, no podías moverte, no podías hablar. fue mucho

Sucedían tantas cosas a la vez, tus nervios estaban agotados y quemados como si hubieran sido electrocutados. El subespacio se había ido hace mucho tiempo. Era necesario formar un nuevo término en el diccionario para el estado en el que se encontraba actualmente.

habían pasado horas. O días. No podías decirlo, el tiempo se mezclaba y volteaba de adentro hacia afuera mientras Peter tomaba el control de tu cuerpo.

Bromear con él en la cena no salió según lo planeado. Su tía y su tío habían venido a cenar y, siendo usted la anfitriona perfecta, preparó una comida que haría que el mismo Gordon Ramsay tarareara de aprobación. Sin embargo, debajo de la mesa, cuando su tía te hacía preguntas sobre la escuela o el trabajo, deslizabas tu pierna contra la suya, o casualmente lo palmeabas a través de sus pantalones, lanzándote pequeños guiños.

Cuando el reloj dio las nueve y sus familiares se dirigían a la puerta, jurarías que podías ver salir humo de sus oídos. Cabreado era un eufemismo. Y sabías que cada vez que presionabas sus botones un poco demasiado, se desquitaría contigo. Necesitaba que supieras que él estaba a cargo, que él hizo las reglas.

Las mariposas habían revoloteado en tu estómago, el centro se derretía ante su mirada oscura, ya que sabías lo que te esperaba. Eso fue hace horas.

Tu pecho estaba agitado, las piernas temblando y la boca abierta mientras él se metía en ti con embestidas lentas y profundas. Ya te había hecho correrte más veces de las que podías contar.

'Actúa como una zorra, sé tratada como un bebé bonito', había canturreado después del tercer orgasmo. Mejillas enrojecidas por las lágrimas, los dedos de los pies doblados cuando él agarró tu cuello con fuerza, obligándote a mirar hacia el espejo colocado al final de la cama.

Tus ojos estaban vidriosos y llenos de lágrimas mientras te mirabas a ti mismo, con el cabello enredado. "Mira lo bien que lo hacemos juntos". arrulló suavemente, apretando su cuello alrededor de tu cuello hasta que jadeaste.

Bajó rápidamente la mirada hacia el lugar donde ustedes dos se encontraron, su crema blanca cubriendo la base de su pene. Peter gimió ante la vista, sin dejar de golpearte a un ritmo tortuoso. "¿De quién es esta puta?"

Tu boca estaba entreabierta, sin palabras capaces de salir mientras ponías los ojos en blanco. Un gemido se escapó cuando tiró de tu cabello, acercándote a su pecho con firmeza. "Dije, ¿de quién es este coño?" gruñó, tirando del lóbulo de tu oreja con los dientes con fuerza. "¡Papá!" gritaste, viendo su sonrisa volverse malvada en el reflejo.

"¿Y quién es tu papá bebé?"

"¡Tú, Peter! ¡Tú eres mi papá!" gimoteaste, gimiendo en voz alta cuando te escupió en la mejilla, empujándote hacia las sábanas. "Así es bebé. Mírate tan tonto con mi polla. Patético".

Te estremeciste cuando él se sumergió de nuevo en tu coño húmedo, su polla rozó tu punto G, haciéndote apretar alrededor de él con fuerza. "Solo eres un agujero, ¿verdad, zorra? Solo quiero que papá te use para su placer. ¿Te gusta cuando papá te usa, no?" se rió, haciéndote maullar un rápido "¡sí!"

"Tu acto de novia linda puede engañar a mi tía, pero sé que eres una pequeña zorra borracha, bebé. Una puta tan sucia para mí".

Mientras lo mirabas meciéndose en ti desde el espejo, con el cabello desordenado, la cabeza echada hacia atrás de placer mientras abusaba de ti, decidiste que no había mejor manera de morir.

Esto fue puro éxtasis. Una droga de la que nunca podrías obtener suficiente, este tipo de jodidas del tipo que querías. El tipo que necesitabas.

La liberación estaba al alcance de la mano mientras él se adentraba bruscamente en ti, una cortina reluciente frente a ti. Sabía, por la forma en que lo apretabas salvajemente, un desastre de lloriqueos e hipo, que estabas cerca otra vez. "¿Vas a correrte puta?"

Tu boca se abrió y empezaste a babear mientras él te sonreía, golpeando tu trasero con fuerza. No saldrían palabras. Fue demasiado. "Dios, me encanta cuando eres así, tan jodidamente sexy". resopló, presionando tu cabeza más profundamente en las sábanas de lino. "Tan. Jodidamente. Caliente". gruñó con cada movimiento de sus caderas, riéndose mientras te corrías con un grito a su alrededor, cubriendo su pene una vez más.

Se corrió en ti justo después, llenándote con un profundo gemido gutural. "Buena chica. Shhh, eres una buena chica para mí bebé". elogió mientras te retorcías, tu coño sensible y dolorido. Siseó cuando él se retiró suavemente, sintiendo su semen gotear fuera de su abusado agujero mientras se encorvaba sobre su estómago, derrotado.

"Qué buen juguete para mí bebé". sonrió, los dedos de Peter acariciaban tus muslos temblorosos lentamente mientras lo mirabas en estado de shock. Amaba cuando estabas en el subespacio, cuando podía cuidarte así.

Cuando se puso de pie para agarrar una toalla, gritaste, agarrándolo rápidamente. "No papi, quédate, quédate, por favor te necesito-" hipaste, apretando su brazo con fuerza. "Está bien, está bien, shh bebé, estoy aquí. Estoy aquí". arrulló, sentándose de nuevo para pasar sus dedos a lo largo de tu piel febril suavemente.

Tarareabas contenta, dejando que el sueño te inundara mientras sus manos te sostenían con fuerza.
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Amooooo

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