— Nii-san… -Lo miro con una mirada triste- Disculpa por ser una carga…
— ¡(T/N)! -Grito desesperado Satoru-
Mi cuerpo estaba a punto de desaparecer, ya que mi expansión de dominio no fue lo suficientemente fuerte como para evitar ser atravesada por un arma desconocida. Esto provocó que mi cuerpo perdiera su fuerza y cayera en el suelo de la estación del tren, mientras mi hermano era retenido por “Gokumonkyō”.
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— ¡Detén el deterioro de su cuerpo! -Miro con odio a quien estaba ocupando el cuerpo de Geto Seguru-
— Oh, lo siento. -Kenjaku mantuvo su típica sonrisa de indiferencia- Es algo que no puedo detener, ya que este cuchillo es un objetivo maldito. -Sonrió- Puedo explicarles cómo funciona.
— Maldito… -Lo examino con dolor y apretó la herida de mi abdomen, notando como mi cuerpo se hacía cenizas lentamente-
— (T/N)… -Satoru me miro con desesperación- Por favor, resiste…
— Que lamentable infortunio para los hermanos Gojo. -Fingió tristeza- Bueno, comenzaré a explicarles este objeto maldito. -mostró el objeto y sonrió victorioso- Como verás, este objeto maldito se vincula con las dimensiones que pueden existir. -Puso su mano en su mentón- Si explico cada teoría sobre las dimensiones se hará largo, así que se los resumiré.
— ¿Dimensiones? -Mi expresión estaba confusa y sorprendida al mismo tiempo por la información nueva-
— ¿A que te refieres que se vincula a las dimensiones? -Mi hermano mayor parecía desconcertado-
— Mmm… Cualquier cosa que atraviese esta arma, puede hacer que un objeto o Incluso una persona desaparezca. -Me señalo como ejemplo y fruncí el seño- En este caso, tu fuiste una víctima y ahora mismo tanto tu alma como tú cuerpo desaparecerán de este plano, sin dejarte la posibilidad de volver a reencarnar en esta dimensión. -Suspiro- En pocas palabras, evite que otro usuario con los poderes y técnicas del Clan Gojo pudiera nacer de nuevo, ya que representan un gran obstáculo para mis planes.
Podía sentir como mi cuerpo seguía desapareciendo y sabía que no me quedaría mucho antes de desintegrarme por completó. Por otro lado, estaba segura que Seguro no podría superar mi muerte y no pude evitar darle una de mis mejores sonrisas, notando como sus ojos celestinos se llenaban de lágrimas.
— Nii-san… debes tratar de seguir con vida. -Lo miro con tristeza- Hazlo por mi… porque no podré volver a verte.
