Sinopsis

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—Nuestro objetivo como institución educativa es preparar a las futuras generaciones, de manera que el mundo sea un lugar globalizado y se extiendan las fronteras continentales —explicó la mujer sobre el podio, ofreciendo una sonrisa a sus alumnos—. Es importante que resuelvan cada una de las dudas que surjan durante su estadía en Northland High. Tengan en cuenta que sus profesores, e incluso yo, estamos a su disposición a la hora que nos necesiten.

Lena rodó los ojos al escuchar el recordatorio y se enfurruñó. Siempre decían eso y nunca resolvían sus dudas cuando realmente preguntaba.

A su costado, una chica de cabellos castaños se rió en voz baja ante su reacción, y cuando la ojiverde volteó a verla y le dirigió una mirada fulminante, todo lo que hizo la chica fue reírse un poco más fuerte, por lo que Lena elevó la barbilla y decidió no prestarle más su valiosa atención.

—Se recomienda encarecidamente que cada uno de ustedes esté en su dormitorio a más tardar las diez, ya que si bien no se aplican sanciones en caso de que estén fuera hasta tarde, es necesario que sean responsables y asistan a todas sus actividades escolares y extracurriculares. —La directora esbozó una sonrisa—. Sus compañeros de habitación fueron asignados de acuerdo a sus rasgos de personalidad, por lo que no debería haber roces o discusiones, pero en caso de que haya algún malentendido, pueden asistir a la dirección y resolveremos el altercado en breve.

—¿Por qué no podemos tener habitaciones individuales? —inquirió alguien en una de las filas al frente.

—Porque no —respondió la directora de forma mordaz, por lo que todos empezaron a murmurar—. En fin. Espero que su estadía en Northland High sea plenamente satisfactoria.

—Difícilmente —musitó Lena de mal humor, ya revisando su horario y yendo en busca de su dormitorio.

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No prometo mucho sobre esta historia. Sobre ninguna, en realidad.

𝑳𝒆𝒕'𝒔 𝒕𝒂𝒍𝒌 𝒂𝒃𝒐𝒖𝒕 𝒔(𝒆𝒙)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora