Ya no había vuelta atrás, crearon una cuenta de instagram y trataron de hacer famoso su trabajo.
¿Estaban avergonzados? Lo estaban. Después de haberse expuesto de esa forma no podían hacer nada más que tranquilizarse, era su trabajo oficialmente. En poco tiempo tendrían el dinero suficiente para ir al concierto y valdría cada mal gastado segundo.
Junkyu no dejaba de dar vueltas alrededor de la habitación de el japonés, no podía pensar que haría después de que alguna persona quisiera tener sexo con él, no tenía suficiente experiencia para hacerlo, no sabía que postura debía tomar ¿Y si le dolía? Se sobo la cintura de tan solo pensar en eso.
Asahi no estaba menos preocupado que su amigo, sin embargo tenía el dilema de que iba a pasar lo que tuviera que pasar. Si no funcionaba, era obra de el destino y no podría hacer nada contra eso. Claro que tenía miedo de ser juzgado por no tener experiencia pero, podía aprender.
-Asahi.- dijo junkyu con una voz que indicaba que estaba frustrado, el mencionado solo giró su cabeza en respuesta.
-Alguna vez... ¿Tú has tenido relaciones sexuales?-
El japonés se avergonzó un poco por la pregunta, no quería que se burlaran de el, así que para no decirlo en voz alta, negó con la cabeza.
Junkyu suspiro aún más decepcionado y con una mueca de disgusto en su rostro, creía que su amigo al dar esa idea era experto en el tema, también creía que podía enseñarle de alguna forma.
-¿Y si le preguntamos a Jihoon?.-
-No va a aceptar y no lo necesitamos, podemos aprender por nuestra cuenta.-
Aprender por su cuenta no sonaba muy bien para los oídos de Junkyu ¿Cómo aprenderían sin alguien que les enseñara? El japonés tenía la respuesta Pornografía ¿Había alguien que no supiera de ello? Podían aprender incluso en 5 minutos ¿Y qué mejor manera de aprender, que estando con un amigo?
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Ambos chicos no podían creer lo que estaban viendo, a simple vista podía parecer algo satisfactorio pero, después de imaginarse a ellos en esas circunstancias, no parecía satisfactorio en absoluto. Era imposible pensar que había personas adictas a eso.
Se miraron pensando por algunos minutos, esperando que alguien dijera algo pero, las palabras no salían, era algo incómodo el ambiente.
-Tendremos que probarlo para saber.-
El sonido del teléfono vibrando hizo que los dos se mirarán con un rostro de preocupación, cuidadosamente revisaron la cuenta, ¡Y vaya! Se sorprendieron al ver varios comentarios y mensajes privados queriendo tener cositas con ellos.
Sólo le hicieron caso a las personas que estaban cerca de su ciudad y con un horario aceptable, solo pocos terminaron aceptando gracias al precio pero, que más daba, esa no era su preocupación principal si no que mañana empezaría su empleo, como debía de ser.
Terminaron convenciendo a Jihoon de que les explicara con detalles como debían actuar ante cada circunstancia que pasara, les recomendó los mejores preservativos, poses, etc.
—Tienen que poner en primer lugar su satisfacción- habló la voz proveniente del teléfono.
Estaban mentalmente preparados, solo tenían que esperar el gran día, también debían ir a un lugar el cual nunca habían pisado, exacto, estaban hablando de la Sex shop.
Un lugar en donde había utensilios extraños y aparentemente ropa interior la cual no cumplía su principal función pero, ellos solo fueron para comprar lo que el mayor les había indicado para "tener mayor satisfacción" para ellos con o sin, seguía sin ser satisfactorio.
Le preguntaban a la chica de la tienda el nombre de cada cosa, hasta al fin conseguir lo que querían. No descubrían el uso de cada artículo y estaba claro que cada cosa era peor que la anterior pero, si de verdad necesitaban utilizarlas para tener mejor calidad, estarían dispuestos a hacerlo.
-¡Que lo disfruten!.- gritó la recepcionista, ¿Que se supone que debían responderle? ¿Gracias igualmente? hubo un silencio incomodo.
Después de hacer esa vergonzosa compra, al fin había llegado a su casa. Dejó todas sus compras en la mesita de noche y se acostó en su cama boca arriba cerrando sus ojos preguntandose como se sentiría mañana, de pronto recordó la imagen de la chica succionando el miembro de aquel chico, un pequeño escalofrío recorrió por su torso pensando en si el también tendría que hacerlo, eso era horroroso y asqueroso.
Sin embargo no fracasaria en este plan, el de verdad soñaba con ver a su grupo favorito en vivo y en persona, nada podía salir mal, no por ahora.
No sabía cuánto tiempo había pasado pero, sabía que ya era demasiado tarde y necesitaba dormir para estar completamente despierto por la mañana. Haría que su primer cliente no se arrepintiera.
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Todas las vistas se dirigían a ellos, Junkyu estaba avergonzado, Jihoon y Asahi trataban de distraerlo para que no se percatara de las miradas juzgantes de algunas personas.
El japonés pensaba que no era el momento de mencionarlo pero, en menos de una hora el cliente de Junkyu llegaría y creía que debería hacérselo saber al castaño. Asahi le murmuró algo a Jihoon discretamente quien ante esto solo asintió he hizo una mueca.
-Kyu, creo que ya casi es ho...- Junkyu interrumpió casi de inmediato.
-¿Es muy tarde para arrepentirse?.- volteó a ver la reacción de Asahi, quien para no ser malo solo negó.
-Tranquilo, cancelaré el encuentro.- El mayor veía como su amigo llamaba al número de aquel sujeto y luego miraba al castaño quien tenia un rostro abrumado.
-No lo hagas, remplazare el lugar de Junkyu.- mordió su labio inferior esperando respuesta
Los jóvenes se quedaron atónitos por las palabras que salieron de la boca de el peli negro, esa idea no le molestó a Asahi, pero dudó un poco en si lo estaba obligando.
-¿Estás seguro?.-
-¡Claro! Siempre ayudaré a mis amigos virgenes- bromeó, ganándose un golpe por parte del japonés.-Solo espero que para la próxima no tenga que repetirlo- El castaño asintió con una sonrisa.
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El club de los millones | Jaesahi
FanfictionNunca empieces un negocio solo para conseguir dinero. Mención de otros ships. Tiene contenido subido de tono. Si no te gusta no leas.