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Ya perdí la cuenta de cuánto tiempo me escondí, mi hogar fue destruido por la guerra contra los Decepticons, ellos buscaban un arma en específico para destruir a los suyos. N...
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Narra T/n ~~~~~~~~
Mi reinado es algo que nunca olvidaré, mi planeta estaba lleno de vida, no existía la guerra, solamente había paz...hasta que un día llegó alguien, decía ser el gobernante de Cybertron...su nombre era Megatron, líder de los decepticons.
Llego a mi hogar en busca de recursos y tratos, cosa que no negué. Luego de hablar por mucho tiempo llegamos a un tratado de paz donde yo le daría energon y él me aseguraba paz entre Cybertron y Cyberfox.
Comenzaron a transportar el energon hacia una de sus naves, Megatron me había explicado que una de sus guerreros estará a cargo de vigilar las primeras 10 cargas de exportación y asegurarse de que no haya nada raro, cosa que entendí perfectamente.
—es un honor conocerla, Lady T/n, soy Deadlock—dijo con una voz seria y neutral mientras hacía una reverencia ante mi.
—el honor es mio Deadlock, bienvenido a Cyberfox, espero que te sientas cómodo estando aquí—le dije con una pequeña sonrisa en mi rostro.
El tiempo pasó junto con los días, fui conociendo a Deadlock de a poco, era agradable hablar con él, aunque me conteste cortantemente igual me parecía agradable. Llego el día en el que Deadlock termino de supervisar, así que toco despedirse, pero antes de que se vaya le di un pequeño regalo.
—¿Qué es esto?—dijo Deadlock mientras miraba sus manos.
—es un pequeño detalle que quise hacerte, es un collar con un pequeño fragmento de nuestro planeta, espero que te guste—hable suavemente.
—significa mucho viniendo de usted Lady T/n, prometo llevarlo conmigo hasta mi final—dijo mientras agarraba una de sus espadas y lo colgaba en el mango.
Su acto me puso feliz, luego de eso se fue a su planeta junto con los demás decepticons. Pero tan solo algunos •ciclos estelares• después Megatron rompió el tratado de paz atacandonos, iniciando la guerra entre Megatron y yo. Vi a mi gente morir por mi y Cyberfox ese día...
En medio de esa guerra mi planeta ya no era lo que era antes, estaba tan masacrado que se estaba haciendo pedazos de a poco, cosa que mi gente lo noto y sin aviso alguno me atacaron a mi dejandome inconciente. Al despertar estaba encerrada en una nave a punto de despegar.
—¡¿Qué están haciendo?!—dije entre enojada y desesperada.
—es nuestra reina, y como todo pueblo la estamos protegiendo de estos seres infernales—menciono una de mis guerreras.
