You belong with me | Kookmin

03

Jimin anotó las últimas palabras que estaban en el pizarrón y soltó un suspiro cuando el timbre del recreo resonó por todo el colegio. Guardó sus pertenecias en su mochila y salió del salón sin ninguna prisa, pero tampoco con ganas de quedarse ahí. Su rostro despreocupado descolocaban a otros. Cualquier estudiante estaría asustado tras atrevesar una semana de exámenes realmente infernales, pero cuando eres el número uno de la clase, te puedes dar ciertos lujos, y Jimin se los estaba dando tras haber sido exonerado en cuatro de las diez materias que toma.

Sí, un sueño para muchos, una realidad para Jimin.

Acomodando sus lentes y su gran abrigo, colocó sus airpods para reproducir música que opaque lo monótono que se sentía ese día.
No lo malinterpreten, pero su vida últimamente no ha tenido ningún tipo de emoción, y eso a veces lo hace odiarse a sí mismo. Sus problemas para relacionarse con las personas eran muy molestos.

No contaba con amigos, es decir, tenía tres personas que consideraba amigos los cuales son compañeros de la banda en la que toca, pero solo se hablaban cuando había ensayo, de ahí en adelante, solo hablaba con Jungkook. Lo triste era que Jungkook estaba saturado con asuntos pendientes del colegio y solo podían hablar de vez en cuando. Con ese triste pensamiento, se recosotó debajo de un árbol que lo cubría de los rayos del sol y se dispuso a disfrutar de las canciones y de su tranquilidad a solas.

¿Recuerdan cuando Jimin dijo que quería tener un poco emoción en su monótona vida? Ten cuidado con lo que deseas, Jimin acaba de confirmar ese frase cuando sintió un líquido frío empapar su rostro. Un jadeo fue emitido y la sorpresa mezclado con confusión y enojo se reflejaron en su rostro.

—¿Qué jodidos....?

—No te quiero ver cerca de mi novio —advierte Rebecca.

Oh, vaya, esto es una jodida y estúpida broma.

Jimin limpió su rostro con una toalla de mano que tenía en su bolsillo y la miró desde abajo con mucho enojo acumulado, sin embargo, su lengua no conectaba con su cerebro, dejándolo pasmado sobre el asfalto.

»—No sé quién jodidos te crees que eres, pero yo soy la novia de Jungkook, tú no eres nada. ¿Lo entiendes? —Si aquellos esmeraldas tuvieran alguna forma, serían cuchillas, pensó Jimin—. Si Jungkook se te acerca, es por lástima. ¡Mira dónde estás! Estás solo, siempre lo has estado. Es por eso que se acerca a ti. No te crees ideas erróneas con él porque, sí, Park Jimin, sé que estás enamorado de Jungkook, mi novio. Así que te lo repetiré una vez más, no querrás saber de lo que soy capaz donde tú no cumplas con lo que te digo: mantente alejado de Jungkook.

Jimin se mantuvo en silencio, sintiéndose humillado. Miró a su alrededor y encontró varios pares de ojos sobre él junto con unos susurros que solo aumentaron su nerviosismo. Soltando un jadeo, tomó sus cosas y se dirigió a pasos apresurados a los baños, ignorando olímpicamente las miradas curiosas y poco sutiles. Estaba más que seguro de que aquel suceso iba a llegar a los oídos de Jungkook, y él solo podía pensar en las palabras de Rebecca: "Si Jungkook se te acerca es solo por lástima".

Un bucle sin fondo que definitivamente estaba arruinándolo.

[...]

Tirando la mochila al piso se echó a su cama, sintiendo las lágrimas asomarse por sus ojos, por milésima vez en el día. Se giró en dirección a la ventana y se percató de que se encontraba abierta. Se puso de pie y, con aflicción, cerró la cortina.

No podía creer cómo poco a poco las cosas se empezaban a tornar de claro a oscuro. Justo cuando él creyó que las posibilidades con Jungkook podrían existir, este balde de agua fría le hizo despertar de forma abrupta de su sueño vívido. Ni siquiera podía pensar en cómo sería el momento en el que Jungkook y él vuelvan a hablar. Era claro que Jungkook lo consideraba un amigo, ya se lo había aclarado. Pero la cuestión aquí es que, su secreto no tan secreto, ya se sabía.