12 de marzo de 1996, primer dia de clases para Pablo. Se encontraba caminando hacia la institución cuando empezó a escuchar unas voces molestas desde atrás; "Payasitooo" , lo cargaban mientras le hacían muecas y gestos de burla. Los pibes que le gritaron eran sus compañeros y como iban todos en bicicleta lo pasaron al toque y siguieron su camino. Si bien no eran bullies ni nada del estilo porque tampoco lo jodian demasiado, eran bastante cargosos, sobre todo cuando estaban todos juntos. Sus víctimas generalmente incluian a Pablo y el resto del curso, sin excepción de los profesores. El habitualmente hacía oídos sordos y seguía con su vida como si nada, no le caían bien esos chicos, solamente servían para jugar a la pelota en gimnasia y poner casa para toda su camada del colegio los fines de semana. El único que por ahí safaba un poco más y con el que había tenido alguna que otra interacción era Lionel Scaloni. También había notado que cuando lo cargaban, él solamente participaba pasivamente, tal vez alguna risa o mirada cómplice pero no mucho más.
A ver, eso tampoco lo hacía un santo, pero si lo hacía más soportable que el resto. Se puso a pensar en la última conversación que habían tenido.
Pablo estaba sentado en su respectivo lugar en el aula cuando Scaloni se le acercó de frente, apoyando sus manos sobre el borde del pupitre, agachando su torso y mirándolo con una sonrisa picara.
- Pablito...
- ¿Qué me vas a pedir ahora? - contestó el menor mitad en chiste mitad en serio. Era habitual que sus compañeros le pidieran la tarea o los trabajos a él.
- Bueno che tranquilo - levantó las manos en señal de inocencia pero todavía sonriendo. Pablo lo seguía mirando con cara de pocos amigos. - Solo necesito las dos últimas preguntas del TP de inglés - trato de dar lastima poniendo su mejor cara de inocente - Por favor.
- Toma - sacó una hoja rápido de un folio que tenía separado en su carpeta y lo miró muy serio - Pero me la tenes que devolver antes de que termine el recreo, copia rapido.
- Sos un crack Payito - le revolvió los rulos de la cabeza juguetonamente, agarró el pedazo de papel y se fue.
Pablo odiaba que le toquen sus rulos pero algo le había llamado la atención, le había dicho Payito. La gran mayoría de la gente le decía Payasito, pues ya se había cansado de explicar hace varios años atrás que en realidad su apodo era Payito y no el anterior. Con la excepción de aquella vez en primer año con aquel grupo de adolescentes molestos que, obviamente, nada habían escuchado. O al menos eso pensó hasta ese dia que Scaloni lo llamó así.
No pudo evitar sentir una sensacion calida en el estomago, lo cual era bastante tonto porque vivian en una ciudad dentro de todo chica, era bastante facil enterarse por medio de otra persona cual era su apodo, pero, de todas formas, le gusto. Además Lionel había cumplido y le había devuelto la hoja del TP en tiempo y forma.
La voz de su amigo lo sacó del trance - Que haces loco - Diego, su mejor amigo desde que eran chicos, lo saludo con un abrazo. A los segundos se le sumó su otro mejor amigo, Javier, corriendo desde atrás metiéndose en el medio de ambos y colgándose de sus cuellos mientras caminaban y les daba un beso en la cabeza a ambos.
- Que hacen gordos - dijo muy sonriente el castaño.
- Boludo son las siete de la mañana no podes estar tan contento de vernos- dijo el rubio jodiendolo mientras Pablo se reía.
- Que vos seas un infeliz no es mi culpa maestro - frunció los labios - Además, no se enteraron todavía? El sábado hay joda muchachos. - frotó las palmas de sus manos con avidez.
- Ah, con razón... este ya está pensando que minita encararse - dijo Pablo en tono de burla buscando a Diego con una mirada cómplice.
- Conejo, si no te dieron bola en los últimos cuatro años menos te la van a dar ahora. - dijo el rubio, Pablo largo una carcajada.