"... Si señores, ha ganado River. La victoria en esta noche de domingo en el estadio monumental se la lleva el conjunto de Ramón Díaz"
Pablo miraba la televisión pero lejos estaba de haberle prestado atención a algo de lo que proyectaba. Tenía una expresión indiferente en el rostro pero no podía parar de pensar en todos los eventos del día de ayer o mejor dicho hoy por la madrugada.
Cuando tuvo la fuerza necesaria para salir del baño luego de lo ocurrido, se cruzó a Ana Belen. Esta quiso sacarle charla amigablemente por unos minutos pero al darse cuenta que Pablo no estaba de humor, le ofreció llevarlo a la casa. Este aceptó sin más ya que ni siquiera sabía dónde se encontraban sus amigos y tampoco tenía ganas de verlos o de explicarles nada. Dejó por avisado a algunos compañeros que se había ido con aquella chica por si Diego o Javier preguntaban y se marchó
El viaje de vuelta a casa fue tranquilo. Ana había prendido la radio del auto en la cual se empezaban a escuchar algunos temas de Fito Paez y Pablo ya prácticamente en estado de sobriedad las tarareaba.
- ¿Qué te pasó hace un rato que saliste ahí medio destruido del baño? - preguntó la morocha con precaución.
- Nada raro, quebré - omitir partes de la verdad no era mentir.
- Que raro vos. No me la esperaba - dijo Ana genuinamente sorprendida.
- Yo tampoco te soy sincero, no tomo nunca más - ambos rieron.
- Aunque estuvo bueno... - dijo con timidez pero acompañado de una sonrisa pícara haciendo referencia al beso que fue en parte consecuencia de la borrachera.
- El que? - preguntó Pablo distraído. No fue hasta que vio la cara de la muchacha que se dió cuenta que había metido la pata. - Perdón, estoy en cualquiera - puso su mano encima de la de ella y le hizo unas caricias. - Si, fue lindo - contento mirándola de reojo con una sonrisa. Pudo apreciar el momento exacto en el que sus mejillas se tiñeron de rosa y eso a Pablo le daba mucha ternura.
La verdad es que si había sido lindo besarla. Fue un intercambio muy dulce, hasta amigable diría. Lo había hecho sentir bien y tranquilo por sobre todas las cosas. Algo que no solía abundar cuando estaba con Lionel. Quizás debería inclinarse más por buscar las cosas que le hacían bien y dejar el drama de lado.
Esa noche se despidió de Ana Belen con otro beso.
Sin embargo, sentía que había sucedido todo demasiado rápido, Ana Belen,Lio, Lio otra vez, Ana Belen. ¿Que?.
La angustia que sintió al ver a Scaloni besando a alguien más era innegable. De todas formas lo que "sentía" por el azabache era confuso. Buscaba su aprobación, lo ponían muy nervioso las reacciones que podría llegar a tener y se felicitaba a sí mismo cuando lograba que este se abra un poco más. Era una especie de admiración mezclada con intriga, quería saber como realmente era Lio. Quería saber que se escondía detrás de esa imagen de adolescente desobediente y problemático que proyectaba, y lo excitaba pensar en que quizás había sido uno de las pocas personas en haber cruzado aunque sea por unos pocos segundos, esos límites.
Quería conocer bien a Lionel, y quería ser el único que lo hiciera.
Mientras tanto, este, estaba igual o peor, con la diferencia de que sus sentimientos hacia el castaño eran más claros. Sentía la necesidad de cuidarlo pero, involucrarse con este chico le presentaba obstáculos constantes que no sabía si era lo suficientemente fuerte para superar, o si Pablo lo valía. Era riesgoso sobre todo porque no sabía lo que sentía el contrario al respecto y cuánto estaba dispuesto a arriesgar.
Toda la semana que le siguió, no se dirigieron la palabra en ningún momento. Todavía conscientes de que la situación del fin de semana había sido un tanto comprometedora, la vergüenza no los dejaba actuar. Igualmente, la resolución de Pablo era esperar a que Lionel le hable a él ya que el fue el que se fue corriendo del baño y no al revés. Pablo sentía cosquillas en el estómago cuando pensaba en que habría pasado si no hubiera huido de tal manera.