1.INSTINTO

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–Ya nos vamos mamá

– Ok, con cuidado, me mandas tu ubicación por favor

– Si mami, te amo

– Y yo a ti – le respondió ella mientras veía a su hija salir por la puerta, de la mano del chico que le provocaba suspiros.

Por fin llegaban las vacaciones y con eso el tiempo que necesitaba para salir más a menudo con su novio ¿Quién diría que volvería a pedir permisos para salir con Kai después de tanto?

– Princesa, ¿me estás escuchando?

– ¿Qué? Perdona me perdí

– Decía que esta va a ser una cita tan linda como la primera, aunque en ese entonces ni siquiera sabíamos que lo era – comentó riendo.

– Cierto el mismo lugar 3 años después, ¿crees que seguirá ahí ese árbol de jacaranda? Me encantaría replicar la foto que tengo de ese día.

– No lo sé, ¿pero estás segura que vale la pena ir tan lejos? ¿No preferirías ir a comer a un sitio lindo o algo?

– Oh vamos Kai es por el recuerdo, además con lo de la mudanza y el internado no nos hemos visto muy seguido que digamos estos 3 años y no me malentiendas hablar contigo por teléfono es mágico pero lo de verte cada 2 meses no tanto, vamos a aprovechar las vacaciones quieres?

– Como mandes y órdenes.

– Hey mira ahí está la arboleda, ¡¡vamos!! – dijo Daphne justo antes de tirar de la mano del pelinegro mientras corría al enorme árbol de jacaranda en el centro.

Poco a poco ella elevaba la mirada quedando cada vez más absorta y fascinada con las flores moradas y como siempre él admiraba el brillo de sus ojos y los rizos de su cabello largo, sonriendo a su lado.

– Aún no entiendo porque cambiamos estos paisajes por el cemento que los rodea, ¿era tan necesario construir edificios enormes para los turistas y dejar solo este pequeño parque en la zona? – Daphne siempre tenía argumentos como ese cuando volteaba a la selva de concreto que los rodeaba.

Después de un par de horas de pasear por el bello parque el hambre hizo presencia en ambos jóvenes que se vieron obligados a dejar el lugar en búsqueda de un buen sitio para comer.

– No tendríamos que hacer esto si me hubieras dejado preparar algo de almorzar – se quejaba Daphne quien caminaba a regañadientes más dirigida por hambre que por gusto fuera del parque.

– Vamos el sitio que encontré ayer en internet te va a encantar, además está en una terraza y por lo que vi en las reseñas la comida es genial ahí.

– Espera. ¡¿Tú, Kai, leyendo reseñas de un restaurante?! Pero si odias cada vez que yo hago eso – comenzó a reír incrédula ella.

– Hey se que no te gusta ir a comer a cualquier sitio y como buen novio me tenía que asegurar que fuera bueno, además aprendí de la mejor – alardeaba él con su sonrisa perfecta mientras caminaban por una de las calles aglomeradas de gente y comercios que estaban frente al edificio más grande de la zona, uno de esos sitios turísticos con miradores para ver desde el cielo esa gran ciudad.

De repente los gritos de la multitud y una avalancha de personas en pánico se empezaban a extender hacia ellos quienes confundidos empezaron a correr bajo la teoría de "primero huyes y después preguntas", hasta que Daphne en medio de todo ese caos logro sentir algo familiar, volteo rápidamente en busca de la fuente y entonces lo notó, el gran edificio a solo unas cuadras de ellos tambaleaba estrepitosamente asustando a quienes se encontraban dentro de él y a su alrededor, sin mover absolutamente nada más, el suelo no temblaba ni las construcciones a su lado y de él emanaba un poder similar a la magia que ella conocía pero mas obscuro. Entonces se detuvo de golpe y empezó a correr al contrario de las personas.

La guerra de los PrismasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora