La guerra de los Prismas

2. ¿COMPROMISO?

– Ponte un suéter y asegúrate de volver a casa temprano, te voy a estar esperando y si pasan de las 12 voy a enviar a tu hermano por ti ¿entendido?

– Sí mamá, solo dejame recordarte que esta fue tu idea y que un tema así no es fácil de tratar

– ¿Llevas el botón de pánico y el cristal cierto?

– Sí mamá – respondió entornando los ojos – mira, que la bella durmiente sea tu película favorita lo entiendo pero te afectó demasiado la versión de la villana, nadie me va a quitar mi magia, es más ni siquiera sabe cómo hacerlo.

– Solo es una precaución cariño. Recuerda a las 12

– Sí sí, ya me voy – fue al recibidor por el suéter que le había dicho su mamá y pasó a la cocina por una botella de agua de luna, de esas que guardaban en su reserva. – Ya está mami – dijo dirigiéndose a las escaleras dando un giro frente a ella para demostrar que llevaba puesto algún abrigo.

Para abrir un portal se necesitaba un objeto vinculado con la magia, un lugar libre de tránsito, agua de luna y una idea clara de lugar al que se quería ir. En esa ocasión estaba usando el tridente, principalmente porque era algo que Kai ya conocía, sin embargo ella tenía infinidad de accesorios y reliquias mágicas en su posesión, aunque la mayoría se encontraban en los castillos siempre tenía alguna a mano y definitivamente sus favoritas eran sus coronas. Se paró a mitad de la azotea, el sitio que le parecía más mágico de esa casa y ejecutó el segundo truco importante que había aprendido de niña: estiró su brazo con el tridente hacia adelante, no sin antes derramar sobre él una parte del agua de luna, y repitió las palabras que la llevarían a donde ella quería.

Kai estaba acostado en su cama intentando descifrar cómo y cuándo llegaría ella cuando un haz de luz lo cegó momentáneamente y un portal se materializó, similar al de la mayoría de las series de ciencia ficción que veía en su tiempo libre, entonces Daphne apareció de la nada, antes de que el portal se cerrara dejando en su lugar el tridente mágico que ella le había entregado más temprano en la mañana, aquel con el que había podido ayudar y proteger a varios de la tragedia que presenció. La sorpresa no le cabía en la cara.

– Ahg ¿no llamé antes cierto? Perdona, por un momento di por sentado que sabías cómo funcionaba esto.

– N-no te preocupes, supongo que usualmente no lo tienes que explicar. ¿Querías hablar de algo? Siéntate – respondió Kai mientras componía la postura y le señalaba a ella un lugar en su cama.

– Si, pero primero, ¿estamos bien? no aclaramos del todo lo de la mañana y no quiero presionar con la pregunta que te tengo que hacer

– Claro que estamos bien, solo me desconcertó bastante que no me lo hubieras dicho antes, y puedo entender que no es información simple de procesar, pero ya estamos aquí y tenemos tiempo así que podemos hablarlo mejor, sabes que cuentas conmigo a pesar de todo.

– Claro, espero que ya hayas tenido algo de tiempo para dimensionar lo que dije antes porque oficialmente tengo permiso de responder tus preguntas, así que será bastante más información, claro además de lo que yo vine a decir. Así que si te parece, empiezo contando algunos detalles que omití en la mañana y conforme avancemos vas preguntando.

...Supongo que no había mencionado los nombres de mis mundos, vengo de dos reinos llamados Altum y Sliabh, el primero es el reino de las ondinas y nereides, lo que popularmente llaman en la tierra sirenas, es un lugar regido por el agua; y el segundo es el reino del aire, donde habitan hadas y sílfides.

– ¿Altum y Sli- que?

– Sliabh. – rió levemente – Solo para aumentar tu sorpresa creo que es necesario decir que soy parte de la familia real de ambos, heredera al trono de hecho – mencionó con gracia ante la cara de extrañeza de su novio, a quien ya se le había borrado en absoluto la expresión neutral con que la recibió.