Las uvas están verdes

Reencuentro

Hay que ser muy valiente para pedir ayuda, ¿Sabes? Pero hay que ser todavía más valiente para aceptarla.
-Almudena Grandes

Año 2020

Tras mi regreso a la Isla y mi descuido a los estudios, mi madre me había convencido de trabajar. Estaba teniendo constantes ataques de pánico y nunca quería salir de la cama. Fue por así decirlo una salida de mi atormentada mente.

Justo había llegado durante las vacaciones y mi prima necesitaba de mi ayuda, ella tenía que viajar al continente para sus quimioterapias y no tenia con quien dejar su tienda así que la cubrí hasta que volviera y eso duro aproximadamente 6 meses, luego tuve que buscar en que ocupar mi tiempo.

Habíamos estado caminando con mi mamá por las húmedas calles del pueblo cuando comenzó a llover y tuvimos que refugiarnos en alero de un local, cuando mi madre señala un cartel el cual decía que buscaban personal en una óptica y salía un número de teléfono para llamar.

-Llama Mia, no pierdes nada - masculló mi madre
-No lo se mamá y sabes me cuesta mucho hablar por teléfono - dije tratando de convencerla
-Solo llama! - replicó

1.. tono 2... 3...
Y contestaron

Y así fue como me agendaron una entrevista para el siguiente día en el pueblo de al lado, al parecer la sede principal estaba allá y necesitaban a una vendedora para la sede de mi pueblo.

Me levante temprano y me arregle para mi entrevista, mi primera entrevista de trabajo, si había trabajado antes pero nunca me habían hecho una entrevista. Que se dice? Acaso es como en las películas? Si me preguntan mi nivel de inglés debo mentir?

Tome un autobús y llegué a la óptica, estaba sudando mucho cuando ingrese a la oficina y me estaba esperando para las preguntas.

-Mia? Tu eres Mia? - hablo una mujer rubia la cual vestía formal y lo que más resaltaba eran sus lentes muy llamativos

-Si soy yo - hablé casi con el hilo de mi voz
-Oh! Creí que no vendrías, por teléfono sonabas algo indecisa

Solo me limité a sonreír, después de varias preguntas y algunos chistes me contratan al instante.
Me explicaron que buscaban a alguien como yo, joven, pulcra y bonita, lo cual me provocó un amargó en la boca. Acaso es eso lo que más importa?

Volví a casa donde me esperaba mi madre con bastante ánimo. Al parecer comenzaba a trabajar de inmediato.

Mi labor constituía con vender lentes y ojalá los mas valiosos, viaje varios días al otro pueblo donde me daban clases de como vender y que estoy vendiendo, descubrí prácticamente otro mundo, si hay todo un mundo sobre los lentes.

Estaba estudiando sobre mi nueva ocupación cuando recibo un mensaje de mi mejor amigo, el cual había vuelto hace unos pocos días al pueblo y quería que nos viéramos.

28 de julio

Me junte con mi mejor amigo Gabriel el cual estaba en su último año de gastronomía y faltaba muy poco para su cumpleaños, nos reunimos como lo solíamos hacer en nuestra época escolar.

Salimos a caminar, compramos en los puestos de la calle, algo que no hacíamos antes fue quedar con su amiga Isabel la cual nos invito a patinar al lado del estadio del pueblo, las risas no faltaron y menos lo high que estábamos.
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Isabel... yo tenia una historia con Isabel, cuando ingresamos a 1ro medio ella estaba en mi mismo curso, aún recuerdo los chismes y las burlas que hacían mis compañeros hacia ella.

-Como que se maquilla mucho no? - XxXx
-Que saca con maquillarse? Se fea igual - XxXx

Siempre me pregunté si ella sabía de tales chismes y si fue eso lo que provocó que se cambie de liceo.

Me hubiera gustado hacer algo por ella pero no era capaz, el miedo siempre fue mi compañero y si ya se burlaban de mí, que me harían si trataba de ayudar a otra. Luego de que se cambiara me hice cercana a su amiga, la cual se había quedado sola igual que yo.

Como olvidarla?

Como olvidar a Julieta
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Luego de un rato decidimos irnos y hacer algo que para mi y Gabriel era muy especial, fuimos a un nuevo restaurante a calificar su comida, era como un juego que teníamos desde los 14 años.

Y pudimos hablar, al fin cara a cara hablamos de todo lo que nos había pasado, lo bueno, lo malo y lo mucho que nos extrañábamos.

El siempre había sido mi amigo, mi confidente y mi hermano mayor. Poder hablar con el era cómo sacar un poco de ese peso que no te deja respirar.

Luego de la cena comenzamos hacer lo que mejor hacemos, planear una fiesta. Gabriel iba a cumplir sus 21 años y teníamos que celebrar.

Así comenzó toda nuestra aventura.