Te odio, Te amo.

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Yo no soy una escritora. Soy simplemente un ser humano en busca de expresión.
-Victoria Ocampo

19 de agosto 2021

Todo iba bien, había terminado mi último curso de la óptica y ya no tendría que viajar, iba metida en mi libro mientras regresaba a mi pueblo, estaba esperando con ansias llegar, Gabriel y Emilia me estaban esperando para que tomáramos algo, solo despegué mi cabeza del libro para tararear una canción que sin saber se volvería dolorosa para mi.

I miss you in my front seat
Still got sand in my sweaters
From nights we don't remember

Gabriel y Emilia habían ido a visitar a la familia paterna de este y llevaron a Emilia que ha estado viviendo en su casa para poder estudiar ya que ella era de otra isla. Ibamos a encontrarnos en la calle de la óptica donde debía pasar a dejar unas cosas.

Gabriel me llama diciendo que me espera en un auto gris. Sabía a cual se refería, sus padres le compraron un auto pero el aún no sabía manejar así que fue extraño que anduviera con el.

Lo vi y prácticamente salte sobre el, lo extrañaba y solo habían pasado unos días. Pero vi que no estaba con su prima.

- Y donde esta Emilia? No va con nosotros
- Hay que pasarla a buscar, esta en el gym esperándonos - me responde
- Aahh y ya aprendiste a manejar?
- No, vine con mi primo
- Tu primo? - pregunto extrañada
-Hola - escucho detrás de mi
-Hola - respondo girándome
-Gonzalo- me dice mientras me saluda con un beso en la mejilla
-Mia- contestó
Era un chico común y corriente, era un poco mas alto que yo, logre ver un tatuaje en su brazo y se encontraba fumando un cigarrillo como si lo hiciera desde que nació.
Nos subimos al auto, estuvimos todo el camino conversando con Gabriel sobre estos últimos días, hasta que llegamos por Emilia, donde esta se subió con una amiga para que la pasemos a dejar.
Mientras íbamos conversando logre notar unas miradas entre Gonzalo y Emilia lo cual creyeron que nadie notaría.

Pasamos a dejar a la amiga de Emilia y nos dirigimos a casa de Gabriel, bebimos un poco y note algunas miraditas que me daba Gonzalo, al parecer le había parecido algo interesante ya que cada vez que respondía alguna de sus preguntas quedaba pensando más de lo normal.
Ya eran las 4 de la mañana y estábamos algo ebrios, no quise quedarme a dormir ya que había casa llena con visitas así que le dije a mi amigo que me iría
-No te vayas, ya es tarde y sabes que te puedes quedar cuando quieras-me dice con un puchero
-Tengo que levantarme temprano mañana, te recuerdo que tengo hermanos pequeños con los cuales convivir
-Esta bien, pero el lunes pasó por ti al trabajo
-Buenoo, me vas a dejar?
-Yo puedo ir- Interrumpe Gonzalo- Gabriel ya esta muy mal

Y así fue como termine aceptando que me llevara a casa, era el único sobrio. Solo fue una cuadra pero para mi fue una cuadra muy larga, no supe como pero al llegar me despedí de Gonzalo con un beso en la mejilla y cuando estaba por alejarme me tira hacia el juntando nuestros labios en un beso el cual era muy apasionado y apretaba su cuerpo con el mío.
Agradecí que mi mamá no escuchara lo torpe que subí las escaleras por que o si no se hubiera levantado y notaría lo sonrojada que estaba.

Así los días iban pasando y nuestras salidas con Gabriel y su primo eran más recurrentes pero no volvimos a tocar el tema del beso lo cual me decepcionó un poco, si aún tenía esos pensamientos infantiles y me ilusionaba algo rápido.

Tampoco se lo conte a las chicas o mi amigo.
Ni siquiera cuando en una de nuestros encuentros Gonzalo y Emilia se besaron, ellos eran los primos de mi amigo pero uno primo paterno y la otra prima materna. Cuando sucedió en realidad yo ya sospechaba que algo había pasado entre esos dos en el viaje pero nunca habían comentado nada. Claro que esa misma noche Emilia también me beso, siempre que se emborrachaba lo hacía.

Días después Gabriel nos dió la noticia que había comenzado a salir con Sofia, ella ya había estado en varias juntas y me caía muy bien, me emocionaba mucho que mi amigo estuviera con alguien como ella. Fueron días de fiestas en la habitación de mi amigo, salidas a comer, paseos nocturnos y hasta arrancadas al campo. Todo iba de maravilla, éramos Gonzalo, Gabriel, Lucas, Emilia, Isabel, Sofia y yo.

21 de septiembre

Una tarde a mi gran amigo tiene la idea de ir a la playa lejana y solo íbamos el, Sofia, Gonzalo y yo.
Todo iba bien me habían pasado a buscar a mi casa y yo iba abrigada ya que estaba lloviendo, como de costumbre en este pueblo que siempre llueve. íbamos de camino, yo iba de copiloto ya que la parejita quería ir besuqueándose en la parte de atrás.

Recuerdo ese día como en cámara lenta, el auto olía a manzana verde mezclándose con mi perfume que era en ese entonces mi favorito. Estaba apunto de esconderse el sol así que aún podía ver las hojas de otoño cayendo en la carretera, la ventana se abre de repente provocando que el viento moviera mi pelo. Gonzalo había abierto la ventana y ahora solo se reía de mi cara enojada por su acto.
Éramos más cercanos en este punto, ya habíamos tenido varías conversaciones y encuentros donde hablamos de todo y de nada. Al llegar nuestros acompañantes solo se bajaron y nos dijeron que demorarían.

No conversamos mucho, había mucha tensión y no sabía que hacer, solo me gire y a los segundos de juntar nuestras miradas comenzamos a besarnos, ambos queríamos tener el control de la situación pero de un minuto a otro me levanto para sentarme sobre el.
Hizo que su asiento va para atrás y yo solo me limitaba a besarlo cuando sentí su mano apretando fuerte mi trasero, me movía guiada por el. Comenzó a sacarme la ropa y yo la de el lentamente, sentí un cosquilleo en todo mi cuerpo cuando puso sus dedos en mi parte baja, masajeaba mi clitoris mientras me chupaba los labios con necesidad, nunca había sentido eso, era mi primera vez y lo estaba pasando increíble, siento cuando algo caliente comienza a esparcirse por todo mi cuerpo hasta que se me nubla todo y escucho las olas del mar, se me había olvidado que estábamos en la playa.
Con un movimiento me lleva a la parte de atrás del auto y comenzamos de nuevo, el posicionado sobre mi y sus labios en mi cuello, me mira para preguntarme si esta bien y respondo con un si apenas inaudible, el saca su miembro el cual se encontraba bastante parado y juega con el en mi entrada, estaba nerviosa nunca lo había hecho y no sabía lo que podía pasar. Me besa y chupa mis pezones con agilidad cuando comienzo a sentir como se introduce dentro mío, al principio es como una pequeña molestia y cuando comienza a moverse, solo me dejo llevar, disfruto de cada toque y cada jadeó que me da noto que se ha empañado el auto y como comienzo a sentir que mis piernas tiemblan. Acaso eso es normal?
Seguimos así por un largo tiempo, cambiando de pociones mientras nos reímos por las ocurrencias, cuando ya no podíamos mas mire la hora.
No se en que minuto pero ya era mas de las 12, comenzamos a vestirnos pero cuando estaba por acabar llegan mis amigos

Lo único que alcanzan a ver es a mi acompañante, cuando este les cierra la puerta y comenzaron las risas. Al final tuvieron que entrar a ayudarnos ya que yo había perdido uno de mis zapatos y no podía llegar a mi casa sin el.
El lugar donde estábamos era bastante alejado del pueblo y solo habían unas casa cerca, no siquiera había señal de celular.
Y así fue como al llegar a mi casa note 13 llamadas perdidas de mi mamá y 20 mensajes. Estaba muerta y eso no era lo peor, tenía mi labio hinchado y casi morado.

Al llegar trate de llegar rápido a mi habitación pero me estaban esperando, claro que vió el labio y me llevé el regaño de mi vida, estaba castigada claro pero no me arrepentí de nada en ese momento.

Las uvas están verdesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora