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Como cada día, los Jets se habían levantando con ganas de causar problemas.

"Delincuentes"
"Problemáticos"
"Fracasados"
El linaje Jet venía de años y años, aunque la pandilla era casi recién fundada todos sus miembros de conocían de mucho antes, crecieron juntos, eran como una familia en medio de un lugar vacío y oscuro. Sus padres fueron igual, hacía generaciónes muchos de los hombres que vivían ahí se esforzaron, trabajaron y salieron adelante. Ahora ellos vivían en lindos apartamentos en el centro de Seúl.

Claro, sus padres no fueron de ellos, "vagos desobligados" que se dedicaron a beber y vivir de trabajos poco honestos, se casaron con chicas del barrio y orillaron a sus hijos a seguir su mismo camino.

Los Jets, en particular tenían un buen pasatiempo: causar problemas con los crashers.

En la mañana, Beomgyu, líder y fundador de la pandilla había salido a recorrer el barrio con algunos otros. Claro causando los mismos destrozos de siempre, no solo con los crashers, aunque bien ellos eran los principales. Beomgyu y el resto de sus compañeros odiaban a todos los extranjeros de barrio, estadounidenses, japoneses, chinos y otros emigrantes que llegaron a su barrio.

Después de correr y en el camino tomar sin pagar cierta mercancía en la tienda de pinturas, llegaron. Un mural, dedicado a la diversidad etnia en una de las zonas sociales de West side.

— Ve allá. — Ordenó Beomgyu a Yeonjun para que fuera a vigilar mientras ellos ejecutaban su tonta idea.

Agarraron brochas, destaparon latas de pintura y comenzaron a tapar el mural. Manchas desprolijas, incluso algunas pintadas con las manos, salpicones en rosa y negro, ahora todo eso decoraba lo que antes era una joya más en el barrio de West side.

—¡OIGAN! —Grito Yeonjun, advirtiendo la llegada de los Crashers a la zona.

Y ahí la pelea desató, como de costumbre. Algunos golpes, empujones, patadas, incluso algunos salpicones de pintura que después desembocarian en la misma persecución rutinaria entre Jets y Crashers.

Esta vez acabando en uno de los edificios demolidos en la zona, con algunos Crashers atrapando a Jungwon, el más joven del otro bando mientras Beomgyu iba tras ellos.

Jungwon soltó un grito de dolor y en ese momento Beomgyu se acercó rápidamente a empujarlos, junto con más hombres de las pandillas llegando.

Unos cuantos golpes volvieron a aparecer antes de la intervención policial.

— ¡ALTO! ¡Separarse! ¡Separense todos de inmediato!— Habló el oficial metiéndose entre las dos pandillas, deteniendo momentáneamente la pelea.

Suspiro cansado, en medio de las personas que se tiraban las mismas miradas de odio que la semana anterior.

— Ustedes si que me mantienen ocupado, imbéciles.

Beomgyu sacó un cigarro de su bolsillo y lo prendió despreocupado. — Cuídese oficial Lee, si sigue preocupándose así le dará un ataque cardíaco.  —Los Jets rieron.

— Dios mío, Beomgyu — El oficial se volteo hacia él. — Deja en paz a los extranjeros de una vez, y apaga ese maldito cigarro, apestas a tabaco.

El señor Lee giro en la otra dirección. — Ustedes— Señaló amenazador. — No se cómo hacían las cosas en su casa, pero ahora están en Seúl. Cualquier problema, llamen a la policía, no pueden tomar la ley en sus manos.

— ¿Y cómo quiere que llamemos a la policía si cuando lo hacemos ni ellos nos respetan? —Preguntó Junhui, líder de los Crashers. —No están aquí cuando estos hijos de puta roban en nuestras tiendas y causan destrozos en nuestras calles.

—Es algo confuso si dices nuestras. Digo, ustedes no pertenecen aquí.

Y de nuevo, tras el comentario de Beomgyu las pandillas se acercaron con la intención de volver a pelear.

—¡Basta! —Volvió a gritar el oficial Lee para luego dirigir la mirada a Jungwon quién tenía un tornillo enterrado en la oreja. Lo tomo fuertemente del hombro y lo llevo frente a los extranjeros. — ¿Quién hizo esto?

Se quedaron en silencio. — Oh, entiendo, se que no me van a decir porque eso no les permitirá matarse después. —Miró a Jungwon. — ¿Quién fue?

Jungwon bajo la mirada ante los ojos de odio de los Crashers. — No lo recuerdo.

El oficial suspiro y de un jalón le saco el clavo. — Les advierto. Jets, Crashers, si vuelven a causar problemas los dos van a salir mal.

Junhui miro de mala gana al oficial para después darle la orden a los demás que se marcharan. Una vez se fueron el oficial miro a los Jets.

— Controlate, Beomgyu. Mi deber es mantener este lugar en orden hasta que se complete la construcción del nuevo barrio. Si por mi fuera los arresto a todos y para cuando salgan de prisión este feo basurero al que llaman West side se habrá convertido en una zona de lujo. Si siguen así, terminaran igual de fracasados que sus padres y yo mismo los sacaré a patadas de aquí. — Le dió una última mirada antes de subir a la patrulla e irse.

Beomgyu suspiro, tirando su cigarro y tallando su rostro.

— Idiota — susurró — Maldito oficial Lee y malditos Crashers. — Miro a los demás, especialmente a Jungwon quién sostenía su oreja. — Mira, mira lo que le hicieron al pobre de Jungwon, le quedará una marca. — Rió.

Abrazo a Jungwon antes de volver a hablar. — No, esto no se puede quedar así, ¿Qué será de mi como líder si no ajusto cuentas? — Fingió una cara de preocupación. — Soobin, habla con Taehyun, el deberá ayudarnos.

— ¿Qué planeas? — Le preguntó Soobin. — Si queremos hacer otro alboroto con los Crashers no creo que Taehyun nos quiera ayudar, ya sabes, después de salir de prisión no creo que quiera repetir lo de la última vez.

—Tiene razón. — Dijo otro — Taehyun ya no es uno de nosotros.

Beomgyu soltó una carcajada. — No sean tontos, Taehyun es un Jet y siempre lo va a hacer. Es como mi hermano. — Miró a sus chicos. — Yo funde a los Jets con él. No nos traicionaría por nada.

No era traición, pero Taehyun ya no compartía los mismo ideales, si no fuera así quizás la historia de West side habría tenido menos drama.

—Rory

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—Rory

❝ West side story ❞ || Tyunning Donde viven las historias. Descúbrelo ahora