Sentados en una cocina amplia, codo a codo en la isla del centro, padre e hijo debatían sobre los nuevos reclutas, nuevos contratos y nuevos socios de la empresa que compartían hace 3 meses. Park Jimin, regreso de la Universidad de artes de Londres luego de 5 años, donde su enfoque fue puramente el arte de la danza y el canto, siendo el primero su favorito y mejor ejecutado. Finalizada su carrera y no queriendo involucrarse en el mundo artístico como bailarín, decidió regresar a Corea para trabajar con su padre Park Jiwon en su discográfica como reclutador y profesor de danza. Pero un nuevo convenio entre empresas tenía un poco descolocado al Park menor.
-Padre, no creo que sea necesario un convenio con esa empresa, los Min tienen fama de ser buenos inversionistas pero malos compañeros de contrato-
-Se que quizás Min sea un poco difícil Luciérnaga, pero no pienses demaciado en ello. Tu trabajaras con su hijo, no deberás relacionarte con Seojoon, de el seré responsable yo. Esta viejo y cansado, su empresa es buena aunque el Ceo no lo sea, es una buena oportunidad para que su hijo vea un nuevo enfoque y cuando sea responsable de la empresa lo haga bien-.
-Tu eres el Ceo, Park. Se hará lo que tu creas conveniente, solo espero que el hijo de los Min no interfiera en mi trabajo o lo golpeare-
-No me llames Park, jovencito. Además, tu eres el poder mayor, si crees que merece un golpe no dudes en ello, y dale otro por mi-.
Ambos adultos rieron, terminaron su desayuno entre memorias de Londres que Jimin le contaba a su padre. El tiempo era ameno, pero ambos tenían planes que seguir, así que se despidieron y fueron a sus destinos.
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Jimin caminaba a la universidad de su mejor amigo, no lo veía en persona hace 5 años, y hace tres meses que no respondía sus llamadas, solo textos excusándose con su trabajo en Londres. La idea principal era visitarlo ni bien aterrizará en Corea, no creyó que la empresa le quitara 3 meses para conocer cada aspecto y poder ser un mejor empleado, que al final del día, eso era. Fue triste no ver a sus allegados en su graduación, pero comprendía que Taehyung estaba con su universidad y su padre con la empresa. No cuestiono a nadie y solo asistió como otro graduado extranjero, que por suerte eran muchos, entre ellos su pequeño hermanito del alma.
Doblo en la esquina, y logro visualizar la Universidad Nacional de Corea, era enorme. Esperaba ver a Tae o ¿debería llamarlo? Pero antes de poder siquiera sacar su celular vio la indudablemente loca cabellera roja de su alma gemela, caminando junto a otro chico de cabellera obscura. Con toda la emoción acumulada, corría a por el.
-SOULMATE!- se lanzó sobre su espalda sin importarle caer al suelo junto al peli rojo
-¿Quien diablos...?- pero su pregunta murió en su boca cuando volteo el cuerpo sobre el para sentarse sobre este, y evitar otro ataque.
-Hola Tata, te extrañe- Jimin sonrió, con los ojos llenos de lagrimas de felicidad. Pero sin poder abrazar a su alma gemela, ya que sus brazos estaban bajo las rodillas del más alto, en una técnica para inmovilizarlo que habían aprendido de niños
-Jiminie?- pero Taehyung no pudo salir de su shock cuando las lagrimas lo azotaron de golpe y su cuerpo tembló en reconocimiento.
Era el, su otra mitad, su soulmate estaba allí, debajo de él. No pudo evitar caer sobre el, en llanto y aflojado su agarre, Jimin al verse liberado lo envolvió con sus brazos, aprentando su cabeza contra su hombro, consolando su llanto y liberando el propio.
-Estas aquí, estás conmigo- repetía una y otra vez el pelirrojo
-Aquí estoy, yo te sostengo- consolaba el mayor
Allí se quedaron, abrazados, llorando y soltando palabras de disculpas por no estar para el otro, Jimin sabía que el último año de Tae no había sido fácil. Pero ahí estaba, así que todo empezaría a ir mejor con su otra mitad cerca.
Pero el menor se retiro sorpresivamente del abrazo -Tu! Maldito enano, hace tres meses no respondes mis llamadas, cuando diablos llegaste?- acuso, apuntando con su dedo como un niño pequeño
Y Jimin solo pudo reír, porque ese era su mejor amigo, así que también se sentó y volvió a abrazarlo, realmente lo había extrañado y necesitado tanto.
-Lo siento Tata, llegué hace tres meses, la idea era ir a por ti de inmediato, pero no pude hacerlo por la empresa de papá-
-Ese viejo vago, te puso a trabajar cuando llegaste? Retrasó nuestro encuentro- lloriqueo
-Ya estoy aquí, no hagas berrinches- lo soltó y ambos se pusieron de pie.
-Que bueno que estuve aquí todo el tiempo, o no habría escuchado tus disculpas que espero también me incluyan- se quejo una tercera voz
Ambos vieron detrás de Tae y allí estaba Hoseok, los ojos de Jimin brillaron al ver a su amigo también ahí, no dijo nada, se lanzó sobre el repitiendo cuanto lo había extrañado y disculpándose por no reconocerlo antes en un abrazo apretado que hiso reír al mayor.
El trío, se encaminó a un café cercano, donde hablaron de las universidades y sus trabajos a tiempo parcial. Como sus vidas habían cambiado y de lo mucho que se habían extrañado, el trío estaba junto otra vez y Jimin se sentía completo por primera vez en años.
-Fue difícil decirle a Papá sobre la carrera, pero al final me dejaron ir, por eso fotografía e historia del arte. Espero ejercer como profesor, pronto.-
-No te preocupes jiminie, esta bien en mi departamento, los dos mantenemos el orden y comemos adecuadamente, procuro traerlo a sus clases a tiempo-
-Me alegra saberlo Hobi, me alegra tanto verlos y ver que están bien ambos. La próxima semana empieza mi trabajo en la empresa, así que podremos vernos en las tardes, Hoseok.. si te interesa puedes venir a mis clases de baile luego de dejar a Tata, me ayudarías muchísimo, tendré un contrato para ti el lunes, puedes leerlo y si te interesa tendrás un puesto junto a mi enseñando danza-
-Me encantaría Jimin-ah!-
-Pero no hablemos de trabajos ahora, hoy es viernes, tenemos que salir y festejar tu regreso Minie, no puedes quedarte en casa-
-Vallamos a beber algo, nada muy loco Tata, mañana debo ir a visitar a Jin Hyung y Namjoon Hyung-
-Claro que no enano, y eso sería genial, iré contigo, hace un mes no visito a Hyung, me golpeara cuando me vea, y llorara cuando te vea a ti-
Los tres rieron, aunque sabían que esto era verdad, y partieron a casa del mayor a arreglarse para ir a festejar el regreso del rubio. El bar BunnySocs los esperaba.
