Capitulo 3

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Iba camino a mi casa, recién acababa de dejar Mia en la puerta de su casa y lo único que hizo en todo el camino fue hablar de Diego o como ella le dice "Mr. Imbécil".

Diego esto , Diego aquello , él no sabe de belleza , entre muchas otras cosas que no repetiré.

A pesar de haber pasado ya una hora de que eso pasó, aún no lo superaba.

Estaba agotada de la escuela y para colmo apenas era Lunes y mañana me tocaba Educación Física, y lo peor era que tendría que usar el uniforme de zorra todo el día, lo cual era estúpido, digo ¿Por qué todo el día, y no sólo durante la clase? Al parecer la escuela estaba de parte de los hombres , aunque yo era la única que se quejaba.

Aparqué al lado de la acera enfrente de mi casa ya que en la cochera estaba el auto de mi padre, lo que significaba que había salido de la ciudad, o para mi, que no lo vería en tres o cinco días , genial.

Entré a la casa y me derrumbé en el sofá a ver un poco de televisión, en menos de cinco minutos mi vista comenzó a nublarse y un minutos después todo se volvió negro.

Abrí mis ojos por el sonido de una canción , para ser mas exacto de mi celular.

Vi mi celular con la pantalla prendida y una foto de Lupita en él.

Lupita: ¡Nena llevó veinte minutos llamándote! - Alejé el aparato de mi oreja a causa de su grito.

Roberta: ¿Lupita? Te acabo de ver hace menos de dos horas ¿Qué quieres? - Gruñí con voz adormilada.

Lupita: estúpida son las 6:00 pm , ¿Estabas dormida?

Roberta: ¡¿6:00 pm?! - Abrí mis ojos como platos, mis siestas no duraban más de treinta minutos.

Lupita: Si en fin, ya que te levante me debes un favor, que me puedes pagar si me acompañas al C.C, ¡Genial! Paso por ti en quince.

Roberta: ¡No! - Demasiado tarde, lo único que se escuchaba era el molesto pitido que sonaba cuando se cortaba una llamada.

No me quedaba de otra que arreglarme, suerte que no tenía tarea para mañana, si no ni iría a menos a que me arrastrara allá del cabello.

Subí a mi habitación y me metí dentro de unos jeans ajustados y un top azul también ajustado y con sólo un poco de escote, para completar me coloqué unos tacones altos negros y unos aretes, me maquillé un poco, cepillé mi cabello y lo dejé completamente suelto.

Ahora estaba lista, no me gustaba arreglarme tanto, únicamente en ocasiones que lo necesitaran, pero desde que conocí a Lupita y Mia supe que eso debía cambiar si no quería sentirme fuera de lugar, en especial con Lupita, si Mia era hermosa pero Lupita era súper dotada y debía resaltar unas cosas para estar en un nivel un poco mas bajo que el suyo.

Dos minutos mas tarde escuché el sonido que hacía el Mercedes de Lupita, dándomela señal de que debía bajar.

Lupita: Te ves sexy - Me saludó una vez me encontré dentro de su auto.

Roberta: Como digas, gracias por llamar y despertarme tan amablemente - Dije sarcástica.

Lupita: No te atrevas a hablarme así - Amenazó arrastrando las palabras- Además deberías estar agradecida, te desperté y ahora podrás hacer tu cosa esa - Agregó sin quitar la vista de enfrente.

Roberta: ¿Hablas de la tarea? - Wow, y creía que yo era estúpida.

Lupita: Si, eso - Aparcó en el estacionamiento subterráneo del C.C


Roberta: ¿Para que me trajiste? - Aún seguía con esa duda.

Lupita: No iba a estar solo comprando, me vería patética y sola - Hizo cara de asco - Además la perra no estaba disponible - Se refirió a Mia ,en parte me destruyó el orgullo de pensar que era la primera en su lista.

Roberta: Lupita, ya pasamos por esa tienda dos veces - Me quejé por milésima vez.

Lupita: Oye, yo te compré un lindo vestido, tres blusas, dos jeans y cuatro juegos de lencería de Victoria's Secret, te aguantas - Ni siquiera se molestó en verme, ella seguía ocupada viendo unos tacones altos con estampado de leopardo.

Roberta: Para empezar no te pregunté, tu quisiste - En realidad no me importaba, la ropa era genial, aunque la lencería era demasiado estilo Lupita - Cuando no me miró agregué - ¿Podemos aunque sea comer algo? - No había comido nada a parte de esa manzana que comí en la escuela.

Me inspeccionó con la mirada antes de contestar.

Lupita: De acuerdo, me pruebo un par más de zapatos y vamos - Me dio la espalda y siguió con lo suyo.

Roberta: Oh, por favor, muero de hambre - Supliqué dando pequeños saltos como una niña pequeña.

Lupita: Bien, ten - Me entregó su tarjeta de crédito - Ve al restaurante ese de comida china y ordena por mi, te alcanzo en quince minutos - En cuanto terminó la oración salí de la tienda de zapatos y comencé a buscar el restaurante que me dijo.

Cuando por fin lo encontré entré en el y me senté en una mesa del fondo a esperar para que me atendieran.

Estaba jugando con los cubiertos cuando se me cayo el tenedor, a penas lo iba a tomar cuando un par de zapatillas de deporte se posaron frente a mi, alcé la mirada pasando unos jeans desgastados, una polera de los de béisbol para terminar con la cara de la persona a quien menos esperaba.

Diego.

Diego: ¿Esto es tuyo? - Me extendió el tenedor con su maldita sonrisa.

Roberta: Eh...si gracias - Me odié a mi misma por permitirme tartamudear.

Diego: Cuando te vi no pensé que te gustara la comida china - Tomó asiento frente a mi y colocó el tenedor cerca de mi.

Roberta: Esa silla está ocupada -Miré hacia otro lado, evitando su mirada.

Diego: ¿Tu novio? - Pude notar que las esquinas de su sonrisa se tensaron.

Roberta: No, mi amiga - Dirigí mi mirada hacia la puerta, rogando que llegara para evitar seguir viendo su sonrisa y ese cabello debajo de la gorra de béisbol, que solo hacía que se viera mucho más sexy de lo que ya era,

Diego: Entonces no tienes novio - Volví mi mirada hacia él, alcanzando a notar como se le formaba una media sonrisa en su rostro.

Roberta: ¡Eso no significa que no tenga novio! - No tenía.

Diego: ¿Entonces lo tienes? -Me miró burlón.

Roberta: No es de tu incumbencia - Dirigí nuevamente mi vista hacia la puerta suplicando más.

Diego: Entonces es un no - Su sonrisa regreso justo cuando mencionaron su nombre, indicando que su comida estaba lista - Esa es mi señal - Asintió en mi dirección como despedida y se fue.

Justo cuando salió, Lupita estaba unos pasos atrás, casi entrando. Suspiré irónica por su no llegada a tiempo.

Lupita: ¿Ese era Diego Bustamante? - Se sentó en la silla en la que minutos atrás estaba Diego aún mirando en su dirección.

Roberta: Si - Me encogí de hombros simulando que no me importaba.

Lupita: ¿Hablaste con él? - Se emocionó.

Roberta: Si...No...Algo así - Tartamudee, era mala mintiendo, pero no quería otra persona hablándome de Diego, con Mia tenía suficiente.

Lupita: ¡Genial! No te enojes ni nada, pero harían linda pareja - Sonrió sin mostrar sus dientes, pero al ver mi reacción dejo de hacerlo - ¿Ya ordenaste? - Cambió de tema. Solo negué con la cabeza mientras ella llamaba la atención de un mesero.

Esto era lo que tenían de diferente Lupita y Mia.

Mia por un lado no estaba satisfecha hasta obtener una respuesta a toda costa, hasta el punto de querer golpearla.

En cambio Lupita sabía como callarse y no se involucraba mas en el tema si empezaba a notar que te sentías incómodo, amaba eso de ella.

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