Epifanía [AU/BajiFuyu]

Vainilla

El doujinshi que Kazutora le obsequió estaba envuelto en papel de periódico y escondido en una bolsa de alguna tienda de conveniencia que no tenía nada que ver con el lugar donde solía comprar mangas. Eso ya era sospechoso y fue peor cuando Kazutora le pidió que lo viese en privado pues era un regalo muy preciado que nadie, mucho menos Baji, debía ver.

Sus mejillas se sonrojaron apenas vio una parte de la portada y es que él no solía leer esas cosas, no al menos de forma física pues no quería que ni Baji ni Takemichi ni mucho menos su madre viese ese tipo de lectura que solía disfrutar.
El BL no era nada nuevo para él, podía decir que había leído más de veinte en los últimos dos años desde que descubrió uno escondido entre los shōjos de la tienda donde siempre compraba sus mangas y mentiría si dijese que no pensaba en cierto chico de cabello largo cuando pasaba por las páginas de aquellas historias.

Y entonces llegó a una parte donde se vio reflejado en el personaje. Y es que solía ocupar ropa ancha para esconder algo que de cierta manera le acomplejaba, pero el chico de la obra parecía explotar al máximo ese atributo y lograba causar sensaciones bastante atrevidas en el otro chico. Después terminaban haciendo cosas que ni siquiera quería imaginar pues su mente inmediatamente viajaba a aquellos cabellos oscuros y ojos rasgados.

Gracias a aquel extraño regalo que había terminado en algún rincón oculto de su habitación, Chifuyu comenzó a mirarse más frente al espejo.
Era consiente de que era un chico atractivo (y no tenía nada que ver con el que su madre se lo repitiera siempre), que podía llegar a llamar la atención de algún chico y que seguro más de alguno lo miraría un poco más allá de lo socialmente permitido. Se preguntaba si es que Baji lo haría.

Tal vez fue por eso que solo usó un short deportivo esa tarde y que no se preocupó en cubrirse demasiado mientras Baji estaba sentado frente a él leyendo uno de los mangas de su estante.
No podía negarse a sí mismo que estaba avergonzado y que su estómago se revolvía cada vez que Baji miraba aquel lugar donde solía guardar su vergüenza, pero no desistió de su plan pues tenía que ver si acaso causaba alguna reacción en su amigo.

Su cintura siempre fue algo pequeña y el único que lo notó fue Mitsuya cuando lo midió por primera vez para hacer su uniforme de repuesto. El chico solo le mencionó que su cuerpo era "andrógino" o algo así, no recordaba con claridad la palabra, y que seguro sería un tipo de modelo muy cotizado si decidía dedicarse a las pasarelas.
Aquello no le importó demasiado, su inseguridad no hizo notar la buena intención de Mitsuya al halagarle, pero fue suficiente para comenzar a pensar que tal vez no todo estaba mal.

No iba a negar que quería la opinión de Baji respecto a su cintura, tal vez algún comentario en tono de broma o que soltara un halago atrevido sobre aquel atributo, pero su amigo no dijo nada, solo estaba rojo y en silencio cubriendo su boca como si en cualquier momento fuese a explotar, así que no dudó en hacer aquellas cosas que hizo y replicar esa pose que vio en aquel doujinshi.

No pudo evitar el sentirse ansioso apenas se acomodó de esa forma, pero su mueca cambió al ver la reacción avergonzada de Baji. Sin duda alguna había logrado mover algo dentro de su amigo.

○○○

Chifuyu no sabía que caminaba sobre piso resbaladizo y se sintió algo tonto al no creer las consecuencias cuando las manos de Baji se ciñeron por primera vez en la curva de su cintura y él solo le sonrió en respuesta.

Esa vez fue por tropezar mientras jugaba fútbol con unos compañeros, así que no le dio mayor importancia. No obstante, días después no dudó en ponerle sus manos encima en medio de una pelea con una pandilla enemiga pues, según él, iba a terminar tropezando si volvía a saltar así para dar patadas.
Más adelante volvió a poner sus manos sobre su cintura argumentando que había mucha gente en la feria y se podía perder si no lo sostenía bien. Y todas esas veces ambas manos de Baji cubrían parte de su cintura y apretaban con tanta fuerza que Chifuyu quedaba sin aliento.