Epifanía

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El cuerpo de Chifuyu era extraño.

Extraño no en un mal sentido y entonces Baji Keisuke tuvo una epifanía.

No iba a reconocer que sintió sus mejillas algo sonrojadas al ver a Chifuyu por primera vez sin camisa, menos que algo había causado en su estómago verlo sentado ahí con el manga en sus manos y una pierna cruzada sobre la otra.

La pose era bastante masculina si se ponía a pensarlo, tanto su forma de pararse y sentarse, también la forma en la que peleaba y lanzaba esas patadas logrando noquear a más de uno, aun así, siempre pensó que su rostro no estaba acorde a sus maneras de moverse y verlo así lo hizo cubrir su boca con impresión.

No era del tipo virgen, ya había visto docenas de películas con mujeres semidesnudas y un par de revistas de contenido adulto que Kazutora tenía en su habitación. En la mayoría de ellas destacaban los cuerpos femeninos llenos de curvas, las mismas que no llamaban su atención, pero desde que Kazutora le mencionó que sus manos podrían cubrir las cinturas pequeñas de aquellas modelos no dejó de imaginar eso, aunque no sentía nada al respecto. También había visto cuerpos masculinos semidesnudos, como ese vídeo de Malice Mizer que vio a muy temprana edad y que lo llevó a cuestionarse por primera vez si acaso su gusto era más excéntrico que el promedio, pero no recordaba haber visto esa curva que se formaba a mitad del torso y que podía considerarse demasiado atrevida en un hombre.

En contra de su voluntad se imaginó a sí mismo acomodando sus manos sobre la cintura de Chifuyu, apretando un poco para ver si es que podía tocar las yemas de sus dedos entre sí. Algo que probablemente sería imposible, pero no dejaba de parecerle llamativo y quizás quería comprobar, aunque sea unos segundo, que su teoría estaba equivocada.

Lo que era seguro es que definitivamente sus manos podrían tomar una gran porción de piel del más bajo.

-¿Sucede algo, Baji-san? -Keisuke presionó un poco más la mano en su boca y negó apresurado al sentirse expuesto. Esperaba que Chifuyu no notara sus mejillas sonrojadas -. Mierda, ¿Peke J hizo del baño aquí?

Su amigo se levantó de inmediato dejando el manga sobre el escritorio y comenzó a caminar por la habitación en busca de las deposiciones de su gato, las mismas que no existían. De todas formas, le causó algo de gracia el que Chifuyu pensara que su mano cubría su rostro por algún posible mal olor sin darse cuenta que el culpable era él.

Tampoco esperaba que se diera cuenta de aquellos oscuros deseos que de pronto surcan por su cabeza.

¡Y es que su cintura!

Verlo sentado era agradable a la vista, pero verlo caminar por el cuarto sin vergüenza de mostrar aquella figura andrógina envuelta en un simple short deportivo no lograba calmar los nervios de Keisuke y aquello tenía que parar, por su bien y el de su vientre bajo.

-No fue Peke J, tranquilo -habló de pronto cuando vio al chico agachado en el piso mirando por debajo de la cama. Hasta ahí llegó el punto de calma en Keisuke al ver como sus rodillas y sus brazos se apoyaban en el suelo como alguna actriz de película erótica.

-Supongo que no, tal vez fue un olor de afuera, aunque no sentí nada. Como sea, cerraré la ventana y traeré algo para comer. Estoy muriendo de hambre -. Y contra todo lo que Keisuke quería evitar, Chifuyu puso su mano derecha sobre su cintura presionando un poco con el pulgar mientras que la otra mano era apoyaba a palma abierta sobre su vientre trabajo. Era peor para su mente perturbada el verlo aún de rodillas en el suelo.

Si no salía de ahí seguro su nariz comenzaría a sangrar.

-Recordé que tengo que hacer algo en casa -dijo apresurado poniéndose de pie y no se molestó en recoger el tomo del manga que permanecía sobre sus piernas y que con un ruido seco golpeó el suelo -. No podré... n-no podré quedarme.

-¿Seguro? Estás rojo, Baji-san. Toma algún medicamento en casa.

-¡No me digas qué hacer!

La mueca triste de Chifuyu casi lo hace arrepentirse, pero verlo todavía ahí de rodillas en el piso con sus manos sobre sus muslos no se lo estaba haciendo fácil. Nada estaba siendo fácil desde que Chifuyu se le ocurrió mostrarle su diminuta cintura.

Se aseguraría de que Mitsuya jamás tuviera el privilegio de medirlo otra vez.

Baji corrió fuera de la habitación sin siquiera despedirse y la puerta de salida golpeó con bastante fuerza avisándole a Chifuyu de que volvía a estar solo.

Afortunadamente fue así pues no quería que nadie viera como sonreía travieso sabiendo que su pequeño plan había funcionado.


Holito
La idea surgió demasiado rápido, hace meses no escribía un drabble y me ayudó bastante ese dato del uniforme de Chifuyu donde se menciona que el chiquis tiene la cintura bastante pequeña, supongo que de eso saqué esta idea media rápida.
en fin, Chifuyu omega

Muchas gracias por leer uvu

Epifanía [AU/BajiFuyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora