9

691 67 69
                                    

—Tía, dime la verdad: ¿te has tirado a Nate Scott?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Tía, dime la verdad: ¿te has tirado a Nate Scott?

La pregunta tan directa de Crystal me pilla completamente por sorpresa y un grito ahogado se escapa de entre mis labios. Apenas he terminado de contarles todo lo ocurrido ayer con Nate y Ryan a mis tres mejores amigas: Crystal, Amber y Jess. Junto con mi novio y mis padres, son las personas en las que más confío del mundo, y especialmente cuando se trata de esta situación, ya que las conocí a través de Ryan. Dado que todas pertenecemos al mundo de Hollywood y conocemos prácticamente a las mismas personas, no hay mejor conexión que la nuestra. Es por eso por lo que he recurrido a una llamada por Skype de cuatro para contarles todo el lío que tengo en la cabeza y recabar varias opiniones externas sobre lo que ocurre.

—¡No, claro que no, no digas disparates! —exclamo en cuanto recupero el habla, mirando a los tres pares de ojos en la pantalla con los míos abiertos como platos—. Nate no es... era más que un amigo. Siempre nos hemos llevado bien cuando hemos coincidido, pero mis sentimientos por él murieron hace ya diez años. Yo quiero mucho a Ryan, Nate adora a Stella y nunca engañaríamos a nuestras parejas, vosotras deberíais saberlo mejor que nadie.

—¿Y por qué sales a cenar a solas con él a un lugar público para que todo el mundo os vea? Por Dios, Esme, ¡ya sabes lo que eso significa! —interviene Jess con el ceño fruncido, y las otras dos chicas asienten vehementemente.

—Porque me apetecía salir con un amigo, sencillamente. Hace años que no nos vemos y queríamos ponernos al día, nada más. ¿Por qué puedo hacerlo con una compañera mujer pero no con un hombre? ¿Es que todavía estamos en los años cincuenta?

—Tía, no empieces con las tonterías feministas porque sabes perfectamente cuál es la diferencia —bufa Crystal y las tres ponen los ojos en blanco prácticamente al mismo tiempo—. Si sales por ahí en público con un tío bueno, prácticamente estás alzando un neón gigante de que te lo quieres tirar, así que es normal que el pobre Ryan se sienta mal cuando todo el mundo le estaba llamando cornudo.

—Te lo decimos siempre, querida: tienes que pensar más en tu novio en lugar de tener tantos pájaros en la cabeza. Esto no es la vida real, ¡estás en Hollywood! ¡Compórtate como tal! —añade Amber con una sonrisa empática.

Al ver a mis tres amigas sonriéndome con dulzura mientras asienten, comprendo todavía más el enfado de Ryan y lo mal que lo hice cuando tomé la estúpida decisión de salir a cenar con Nate. Es todo culpa mía, eso por descontado, pero el hecho de que Nate me preguntase qué es lo que yo quería hacer sin pensar en nadie más fue la gota que colmó el vaso. Fui demasiado egoísta y no pensé en nadie más que en mí, lo cual tiene que cambiar pronto si quiero llevar una relación sana y feliz con mi novio.

—Bueno, cometí un error pero ya he aprendido la lección. No voy a volver a tener interacciones con Nate fuera del ámbito estrictamente profesional y ya le pedí disculpas a Ryan. Durante las próximas semanas que quedan de rodaje, voy a portarme bien y dejar de ser una idiota.

Cuando se encuentren las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora