Curiosidad

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Disclaimer: Tokyo Revengers pertenece a Ken Wakui

Waka siempre se iba temprano de la escuela. Cuando sonaba el timbre lo veía correr hasta donde se encontraba su motocicleta afuera en el estacionamiento. A veces faltaba a clases durante días, otras solo se iba al techo faltando a varios periodos. Así había sido desde que lo conoció al inicio de la preparatoria.

Muchas veces intentó preguntarle a donde iba tan a prisa, hasta que una mañana llegó con un ojo morado y el labio reventado. Los rumores siempre habían estado ahí: "es un pandillero", "uno de estos días lo van a correr", "si se mete con gente peligrosa no regresará"...

No quería involucrarse de más en los problemas de su compañero, no eran cercanos o algo por el estilo, pero si vivía cerca de su casa; a una calle exactamente, y lo veía llegar a altas horas de la noche cuando se asomaba a la ventana por el estruendoso ruido de su motocicleta. Ocasionalmente se saludaban, el solía hablarle para pedirle la tarea y ella no se negaba, sus amigas le reprochaban por ser tan indulgente con el, pero solo ella sabía que clase de vida llevaba el muchacho.

Esto parecería el inicio de una historia romántica, pero no sería con el.

Una tarde de otoño comenzaba a llover, tenían poco de haber comenzado el nuevo periodo después de vacaciones de verano, aquella tarde se sentía la persona más desafortunada del mundo. Había dejado su paraguas; no pensó que fuera a llover tan temprano y optó por dejarlo en casa.

Se sentó en el escalón que llevaba hacia el estacionamiento de la escuela para esperar a que la lluvia cesara, sus amigas estaban en sus clubes y ahora le tocaba estar sola.

Vio llegar una motocicleta con un muchacho de cabello negro, lucía serio y estaba empapado, pero no se movió de su lugar. Al parecer estaba esperando a alguien.

Escuchó a alguien corriendo por el pasillo, alguien mayor le gritó que se detuviera, pero al parecer no había hecho caso pues el sonido se escuchó más fuerte. Cuando dirigió su mirada hacia el origen vio salir de entre los pasillos a Wakasa. El llegó a los casilleros, se quitó las zapatillas lanzandolas al suyo colocándose tras eso unas botas.

Cuando por fin estuvo listo corrió hasta la entrada y fue cuando levantó la mirada del suelo observando a su compañera en los escalones.

- ¿tanto amas la escuela? - preguntó deteniéndose despacio mientras llegaba con ella.

- está lloviendo, no me voy a ir así – respondió ella regresando su mirada al frente, fue ahí cuando se dio cuenta que el muchacho de la motocicleta miraba en su dirección.

- tu amigo parece estar esperándote – dijo ella mientras colocaba sus codos en las rodillas y recargaba su mentón en las palmas de sus manos.

Wakasa miró a su amigo y rió fuerte, esto hizo que el muchacho de la motocicleta se volteara hacia otro lado. Parecía nervioso.

- no vino por mi, torre de radio – ese apodo que usaba para ella le irritaba, solo era unos centímetros más alta que el. - pero si lo conozco – terminó de decir para luego silbar llamando su atención.

Ella no sabía que Waka si la consideraba su amiga, no pasaban mucho tiempo juntos, pero de la escuela era con quien más hablaba, siempre le ayudaba a estudiar y vivían cerca. Lo más importante era que hablaba de ella con sus amigos, tanto que había despertado la curiosidad de uno de ellos.

Shinichiro Sano era conocido por ir tras chicas que siempre lo rechazaban, no tenía una buena reputación siendo líder de una pandilla, además solía inspirar miedo por ser alumno del dojo Sano y la gente lo consideraba violento por eso aún sin conocerlo a fondo.

Waka hablaba mucho de su vecina Ume, le había dicho que era una chica seria, responsable y fuerte; había estado 2 años en el club de softball de la escuela hasta que tuvo que salir por una lesión en su hombro. La había descrito como una muchacha linda, más alta que el promedio al venir de una familia mezclada y a pesar de no hablar mucho con el, siempre le ayudaba con la escuela.

- el quiere conocerte fingiendo venir por mi – Wakasa entró en la lluvia mientras caminaba hacia su amigo. Ahora que lo recordaba, su compañero siempre se iba solo, nunca venían por el y fue ahí cuando se puso nerviosa.

Tomó su mochila abrazándola frente a ella, ya no importaba si se mojaba, tenía un uniforme de repuesto para el otro día y ahora mismo necesitaba salir corriendo de ahí.

Justo cuando Wakasa llegó frente a su amigo que se estaba bajando de la motocicleta ella pasó corriendo a su lado haciendo ruido con cada pisada sobre el suelo mojado. Waka rió de nuevo en un tono burlón mientras Shinichiro seguía con la mirada a la muchacha. Era mucho más bonita en persona de lo que había imaginado, llevaba lentes y su cabello corto hasta la nuca la hacía destacar; eso sin contar que si era más alta que los demás, pero no más que el.

- parece que te rechazaron antes de conocerte – la voz de su amigo lo sacó de sus pensamientos, Shinichiro solo le dio un puñetazo en el brazo izquierdo escuchando un quejido de su compañero.

Al otro día llegó preparada con botas, un impermeable y su paraguas, su madre la había regañado por llegar empapada la tarde anterior. La lluvia no se había detenido desde el día anterior y se alegraba de haber tomado precauciones.

Había llegado el descanso entre periodos y se disponía a ir hasta uno de los pisos donde se encontraban lo salones de sus amigas para comer juntas. Justo daba vuelta cerca de una escalera cuando un chico bajito de cabello blanco la detuvo.

- ¿quieres la tarea, Waka? - preguntó ella mientras el le tapaba el paso.

- sabes a que vengo, Niiyama – dijo mientras recargaba su espalda en la pared.

- no quiero conocer a tu amigo – continuó diciendo mientras caminaba hacia los escalones, Wakasa comenzó a seguirla.

- es un buen chico – habló el muchacho caminando a unos pasos de ella con las manos en las bolsas del pantalón.

- no quiero, Imaushi – no se inmutó, dio la vuelta para bajar al siguiente piso, el hizo lo mismo.

- Dale una oportunidad, Niiyama. Se que parece estúpido con ese horrendo peinado que lleva, pero te va a agradar – aquel comentario la hizo reír y cuando llegó al pasillo dejó que su compañero fuera a su lado.

- no y dile que no venga – pidió mirándolo de reojo, el suspiró con pesadez.

- no va a venir hasta que aceptes conocerlo, no quiere que te sientas incómoda – y era cierto, Shinichiro podría tener fama de todo, menos de ser un acosador con las chicas. Cada vez que fue rechazado lo aceptó con dolor y se alejó de ellas. Ume se detuvo en medio del pasillo, muy pocos hombres tenían la decencia de mantenerse alejados y aunque era lo mínimo se apreciaba cuando se comportaban como gente decente.

Wakasa la miró con curiosidad, ella se quedó pensando y tras cortos momentos le habló.

- no prometo salir con el, no quiero estar con un pandillero – su compañero asintió. - pero podemos conocernos si quiere – Wakasa sonrió ampliamente.

- iré a llamarle para que venga a la salida – antes de que ella pudiera negarse el salió corriendo dejándola sola y sonrojada a medio pasillo.

El día transcurrió normal, Wakasa se había saltado un periodo, pero regresó para el final. Al sonar el timbre salió disparado del salón, ella por su parte no quería ni levantarse de su asiento.

Se tomó su tiempo para acomodar sus cosas y despedirse de sus amigas, llegó a los casilleros donde se quitó con paciencia las zapatillas para usar sus botas.

Afuera la lluvia seguía, pero no era fuerte como el día anterior, cuando por fin estuvo lista caminó con su paraguas en mano hasta la entrada, estaba nerviosa.

Wakasa no estaba ahí ni su amigo, se sentía aliviada y pensó que si se iba a su casa en ese momento no podría reclamarle pues ellos no habían llegado a tiempo.

Comenzó a caminar hacia afuera, recorrió unas cuantas calles hasta llegar a un parque por el que siempre pasaba para llegar a la estación del tren. Justo cruzaba por el centro de este donde había una fuente y varias bancas alrededor formando un círculo cuando los vio.

Flor de ciruelo | Shinichiro x OC |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora