Después de todo

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Cuando él pensaba en su esposa, el único pensamiento que se podría venir a su mente, era todo aquello por lo que últimamente habían vivido, Andrés quería descubrir que ocultaba el silencio de su mujer cuando miraba la ventana, de un tiempo para adelante, sentía a su mujer distante y como esa distancia afectaba de manera triste a su relación que por años se pretendía haber construido a través del amor, el respeto y la confianza.
Valentina cada mañana se despertaba sin importar el clima, iba al gimnasio y regresaba para cuando Andrés estaba desayunando, en ciertas ocasiones él servía el desayuno y en otras, el tiempo de la rutina les rendía para ella cocinarle a él. Al fin y al cabo las relaciones deben ser 50/50, en algo había que aportar. Andrés trabaja cada día para ver a su familia feliz, hasta el momento parecían la perfecta pareja, ambos apuestos, con un buen trabajo, les acogía la abundancia, 2 carros, él era director de una empresa en la que por ahora el negocio iba muy bien, simplemente su vida parecía sacada de una novela de amor perfecto, idílico romance que los hacía estar encantados con su estilo de vida. Normalmente Andrés se levantaba e iba al trabajo, besaba a su esposa y cuando regresaban en ocasiones salían a cenar o las otras veces veían una película. Valentina por el contrario era una mujer privilegiada, su familia acogía una gran fortuna, pero ella no era participe de los negocios familiares, su rutina diaria se dedicaba en "privilegio de la belleza" enfocada en su cuerpo, rostro, normalmente escribía mucho en páginas web sobre el cuidado, temas de chicas por así decirlo. Ambos se conocieron una noche, por casualidad, un restaurante, luces incandescentes, música suave y mucha pasión. Como toda relación, al principio el arte de la magia y la etapa rosada los hacía sentir esa película, donde idealizas a tu pareja y siempre la ves tan perfecta, que quizá creerías, que nunca va a cometer un error, nunca te va a dañar, ni te va a destruir o poder afectar...Valentina llegó aquella noche a su casa, mientras inquieta pasó en el silencio, ignorando la presencia de Andrés, dejó su celular en la mesa de noche y continúo hacia el baño. Andrés vio su reflejo bañarse pensando, ¿Qué pasará por la mente de mi esposa? ¿Habrá tenido un día malo?Al ver la pantalla, vio un mensaje, "bienvenida a tu noche de placer" Inquieto y sin dejar de pensar en que era esto, se fue a la cama, pero esta vez pensando que su esposa era una desconocida.