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Aizawa shota un joven adolescente aspirante a héroe y Aiko nokora tambien aspirante a heroe, ambos con un buen futuro por delante, solo que un fatídico día su futuro se destruria.

Aizawa se encontraba en shock tras escuchar aquella llamada, aquella llamada que acabaría con todo, solo unas simples palabras fueron suficientes para que aizawa pensara lo peor "Aiko esta grave en el hospital, estoy yendo a tu casa". Este pensó en lo peor en el peor escenario pero trato de ignorarlo trato con todas sus fuerzas de sacar esa idea de su mente, y solo fue rápido a preparar las cosas de su hija y también las suyas.
Solo basto de minutos para que aizawa llegase al hospital junto a su maestro de la U.A, el cual se había ofrecido para llevarlo apenas supo la noticia. Aizawa no estaba solo se encontraba con su hija, una recién nacida de apenas dos meses de edad, su hija y la de Aiko.

- disculpe, usted es familiar de Aiko nokora- pregunto a una enfermera la cual había visto como, un poco más, y aizawa entraba al hospital a los gritos preguntando por su pareja
-si, si ¿donde esta? -
- en el pasillo dies en la tercera habitación, y le temo comunicarle que solo puede verla una persona ya que todavía sigue grave -
Aizawa solo pudo ver a su profesor el cual apenas vio la cara de preocupación de aizawa le dijo que fuera el y que el cuidaria de su hija, la cual todavía no tenía nombre.
Llegó a aquella habitación este entro y no pudo evitar acercarse a su amada para así hablarle

- shota, cariño - dijo la mujer en un tono bajo y entrecortado.
- Hey cariño vas a estar bien, ok? Apenas salgamos de aquí volveremos a ser tu, la niña y yo, y porfin podremos decidir su nombre, ok? - dijo el azabache en un tono de nerviosismo y preocupación, las heridas de su amada eran muy graves era poco probable que esta saliera del hospital con vida.
- sabes, me hubiera encantado ser una heroína junto a ti - dijo la mujer en un tono bajo y deprimente, ella sabia que iba a morir ya lo había aceptado solo necesitaba decirle sus últimas palabras al amor de su vida.
- hatsume es lindo nombre, no? - dijo la mujer tratando de volver a su tono alegre. Aizawa se encontraba en shock solo podía escuchar la leve voz de su mujer. - mi amor,cuídala por mi por favor, y nunca olvides cuanto te amo - el joven no tuvo tiempo para reaccionar a tales palabras de despedida porque ya varios doctores se encontraban dentro de la sala tratando de sacarlo para atender a Aiko. Aizawa trataba de sacarse a las enfermeras de encima mientras gritaba que lo dejasen pasar, hasta tuvo que llegar su maestro a calmarlo, solo se calmo cuando escucho el llanto de su hija, la cual aún se encontraba en los brazos de su maestro. Solo agarro a su hija y se sentó en un asiento, muy cerca de la Sala para esperar respuestas.
No se dio cuenta en que momento todo se volvió tan silenciosa, tampoco se dio cuenta cuando el doctor se paró en frente de su profesor y menos se dio cuenta cuando este mismo se le hacerlo a hablarle. "Shota" "shota" " SHOTA" solo escucho el tercer llamado, solo pudo levantar la cabeza, "lo siento hijo, sus heridas eran muy graves y su cuerpo no fue capaz de soportarlo" el profesor no pudo decir ninguna palabra de consuelo ya que el llanto de aizawa se hizo presente en el lugar. Solo se digno a sentarse a un lado para tratar de tranquilizarlo y esperar a que vengan sus demás amigos.

Aizawa estaba destrozado, su mundo, el amor de su vida había muerto para el ya todo estaba perdido hasta que sintió como unas manos trataban de dirigirse a su rostro, se había olvidado de que aún tenía a su hija en brazos. Este solo la miro recordando las palabras de su difunta pareja, recordando que esta niña iba a ser lo único que le recuerde a su esencia.
- mi pequeña, desde ahora en adelante seremos solo tu y yo, mi pequeña hatsume - dijo para así seguir llorando mientras abraza a su pequeña hija

• la hija de aizawa • [escenarios]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora