Mensaje problemático

Notas embarazosas

¡Hola, Lectores! Disculpen si hace unos días les apareció una notificación de un capítulo nuevo y no lo encontraron, es que me confundí de fanfic al actualizar. Si alguno de ustedes está al pendiente de mis otras historias, fue Amados Enemigos la que actualice, sin embargo, aquí les traigo un nuevo capítulo para quienes solo siguen está historia. 

Espero les guste, saludos. 

Kageyama dejo los obsequios extraños sobre el sillón de su sala y los observo.

"¿Por qué... me han enviado cosas?" Se pregunto. "Yo... creo que primero me daré una ducha, después puedo ver de que se tratan."

Medio nervioso subió a su cuarto, dejo el peluche que Tanaka le regalo en una repisa y se preparo para bañarse. El agua lo relajo un poco, y más tarde bajo tranquilo con un pijama de ositos.

-Supongo que primero tendría que poner las rosas en agua. -Murmuro para si mismo, observando el ramo de rosas.

Con cuidado tomo las flores y las llevo a la cocina, saco un florero de un armario y lo lleno de agua. Estaba a punto de meter las flores, cuando noto un papel atado a un costado y lo saco. Leyó con curiosidad el contenido y por poco dejo caer su regalo.

"¿Qué... es esto?" Pensó, sonrojado. "¿Mi caballero negro? ¡¿Y yo desde cuándo conseguí uno?!... ¿Acaso... los otros obsequios...?"

Preocupado, Kageyama dejo el florero en la cocina y corrió a la sala. Miro los regalos sin saber cuál de ellos revisar, hasta que se decidió por la gaviota de peluche. Está también tenía una nota y no dudo en leerla.

Con el corazón latiendo muy rápido, dejo el peluche a un lado y observo a su alrededor consternado.

"Pero... ¿qué diablos?" Renegó en su mente, abochornado. "Mejor me fijo lo que hay en las cajas."

Inquieto por si mismo, se sentó en el sillón y agarro el primer obsequio empaquetado. Lo abrió con cuidado, quitando el papel celofán violeta, solo para encontrar un águila de peluche y una cajita de bombones de chocolate. Confundido, noto un sobre pegado al animal y lo sacó. Leyó la tarjeta con curiosidad antes de alejar la caja con desazón.

- ¿Debería llamar a Suga-san? O quizás a Daichi-san... -Se pregunto, antes de negar con la cabeza y agarrar otro regalo envuelto. -Probemos con este, tal vez no sea tan raro. –

La caja de color negro con lunares le pareció más simple. La abrió con cuidado y descubrió dentro un suéter azul bebé con el dibujo de un búho pequeño en el medio.

"Oh, esto es bonito. Hasta combina con mis ojos." Pensó, antes de ver caer un sobre en sus piernas.

Con preocupación, lo tomo y abrió, dispuesto a leer lo que tuviera escrito dentro con precaución. La tarjeta no resulto tan mala, pero aún así lo acaloro.

 Acongojado, tomo el zorro naranja de peluche que no se había decidido a revisar antes, y para su suerte, lo único que encontró, atado a una de sus orejas, fue un dibujo de otro zorro, esta vez negro sosteniendo una cámara.

"Al fin un regalo sin mensajes vergonzosos." Medito con alivio, y estaba listo para levantarse e ir a preparar su cena, cuando noto la última caja, de la cual, se había olvidado. "Ay, no... bueno, supongo que por respeto debo abrirla..."

Tenso de preocupación, abrió su último obsequio, envuelto con papel de burbujas y olor a desinfectante.

"Correcto... ¿por qué hay un botiquín de primeros auxilios aquí?... ¿por qué alguien me regalaría uno? Aunque... tiene todo tipo de medicamentos, lo que es muy útil, pero... ¡Aun así! ¿Por qué un botiquín?" Se cuestionó, parpadeando. Entonces notó un libro con una nota debajo y lo tomo.

- ¿SK? ¿Quién podría ser? Conozco a muchas personas con esas iniciales... -Se quejo, medio fastidiado. -Encima, me siento ofendido. Yo no soy despistado... estúpido SK. –

Con un puchero, Kageyama aparto el regalo y se dispuso a hacerse su cena. Ya en la mañana podría volver a leer las tarjetas y ver que hacer con los obsequios de esos desconocidos.