Comportamientos extraños: Daichi

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Durante toda la práctica matutina, Tanaka hizo todo lo que estuvo a su alcance para impresionar a Kageyama, lo que divirtió a sus compañeros de segundo y confundió más al menor.

- ¿Viste su último remate? -Narita pregunto entre risas, mientras se cambiaban para ir a clases.

-Sí, tienes que enseñarnos eso, Tanaka. -Kinoshita agregó con una sonrisa.

- ¡Que no fue a propósito! -El rematador reclamo, avergonzado.

Sin prestarle la más mínima atención, Kageyama se dispuso a irse, pero su sempai lo detuvo.

- ¡Kageyama!... ¿Puedes...? Eh... ¿Puedo acompañarte a tu salón? -Tanaka cuestiono con algunos nervios.

-Claro, Tanaka-san. -El menor asintió. -Aunque no hace falta que lo hagas. –

-No te preocupes. -Su sempai le sonrió y agarrándolo de la mano, lo saco de la sala del club.

Durante todo el camino, Kageyama pudo darse cuenta de que su rematador se sentía muy incómodo, sin embargo, al no tener idea de como ayudarlo, solo suspiro e intento mantener una conversación.

- ¿Te veo en el almuerzo? -Tanaka cuestiono al llegar al aula.

-Lo siento, pero le prometí a Daichi-san que almorzaría con él... ¡Y se lo prometí a Noya-san también está mañana! -Kageyama contesto, inquietándose. -Ay, voy a tener que cancelar a uno de los dos. –

-Esta bien, tranquilo. -Tanaka le palmeo el hombro con una sonrisa. -Deja que yo me encargue de Noya. –

- ¿Estás seguro? -Kageyama pregunto, mirándolo con pena. -Podría intentar explicarle, pero... no quiero que se enoje conmigo. –

-Calma, Noya no se enojaría contigo, eres uno de sus kohais favoritos. -Tanaka le revolvió el cabello. -Pero realmente no me importa, así que, concéntrate en tus clases y deja que tu increíble sempai se encargue de entretener a nuestro libero en el almuerzo, ¿de acuerdo? –

-Gracias, Tanaka-san. -El menor asintió y le dio una pequeña sonrisa antes de entrar a clases.

Al no voltearse, no lo vio, pero su reacción le causo un sonrojo a su sempai, quien corrió lo más lejos posible de inmediato.

Daichi estuvo toda la mañana dándole vueltas a los mensajes de anoche, presto mucha atención a su kohai en el entrenamiento y no consiguió nada más que dudas por la forma en que actuó Tanaka a su alrededor

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Daichi estuvo toda la mañana dándole vueltas a los mensajes de anoche, presto mucha atención a su kohai en el entrenamiento y no consiguió nada más que dudas por la forma en que actuó Tanaka a su alrededor.

-Daichi... Daichi... ¡Daichi! -Escucho a alguien llamarlo, y vio a Suga frente a él. -Llevo media hora tratando de hablar contigo, préstame atención. –

-Lo siento... -Daichi se disculpó. - ¿La clase ya termino? –

-Sí, y te pregunte si quieres ir a comer al patio. -Suga le contesto con un puchero.

- ¡Oh, Dios! ¡Le dije a Kageyama que almorzaría con él! -Daichi se levanto de un saltó, alarmado. -Lo siento, Suga. Nos vemos en la próxima clase. –

Prácticamente corrió hacia el aula de su kohai, solo para encontrarlo sentando, viendo por la ventana.

-Kageyama... -Lo nombro y el menor se volteó.

-Daichi-san. -Murmuro y agarrando sus cosas, se acercó.

- ¿Te parece si vamos a la azotea? -El mayor cuestiono, y su kohai asintió.

Durante todo el camino, ambos estuvieron conversando sobre vóley, pero una vez que llegaron y se sentaron, la charla murió. Kageyama se concentro en devorar su almuerzo, y Daichi en ordenar sus pensamientos.

"De acuerdo, Daichi. No hay porque estar nervioso, es solo tu kohai... quien nunca ha tenido una relación antes, por lo que sabes... y tuvo problemas en la secundaria... y anoche se te declaro de la forma más rara posible, pero... ¡Calma! Todo va a estar bien, solo habla con él... averigua que es lo que ve en ti, si es amor de verdad... ¡No le rompas el corazón en el camino! Trátalo con dulzura... Tú puedes... tú puedes..." El mayor se dio ánimos en su mente, y tomando aire, se volteo para ver a su kohai.

Cualquier cosa que planeara decir, se quedó en su boca, al notar que el menor tenia las mejillas llenas de comida, tan adorablemente que parecía un hámster.

-Kage... yama... -Murmuro, y no pudo evitar empezar a reírse.

- ¿Mmm? -El menor ladeo la cabeza, confundido por la repentina risa.

-Jaja... lo siento... es que... jaja... pareces un hámster. -Daichi explico con una sonrisa. -Y tienes migas en toda la cara. –

Con una servilleta, se acercó a su kohai y sostuvo su barbilla para limpiar los restos de comida. Tan concentrado estaba, que no notó lo cerca que tenia al menor, hasta que termino y sus ojos se encontraron.

-Eh... yo... -Daichi se quedó paralizado.

- ¿Mmm? -Kageyama repitió, antes de tragar. - ¿Daichi-san? ¿Estás bien? –

-S-sí... lo siento...-El mayor se alejó con cuidado. -Tus ojos... son muy lindos. –

Eso tomo desprevenido al menor, quien se sonrojo y desvió la vista.

-Oh... gracias. -Murmuro. -Daichi-san es muy amable. –

-Bueno... -Por unos momentos, Daichi no supo que hacer. -Yo... escucha, sobre los mensajes de anoche... -

-Sí. -Eso intereso a Kageyama. - ¿Qué hay con eso? –

-Estuve pensando mucho. -Daichi suspiro. -Kageyama, nunca eh estado en una relación antes, y... no sé que tan buen novio sería realmente... -

-Yo creo que Daichi-san sería un novio increíble. -El menor declaro, completamente inconsciente y sin entender que tenia que ver eso con los mensajes de anoche. -Siempre cuidas de nosotros, nos llevas a comer y te aseguras de que lleguemos a salvo a casa. Además, eres realmente atento y amable... ¿por qué dudas? –

Lo dicho dejo pasmado al mayor, quien no podía dejar de observar los ojos sinceros de su kohai.

-Yo... no lo sé. -Daichi exhalo y soltó una risita nerviosa. -Creo que pensé demasiado, lo siento. –

- ¿Está bien? -Kageyama ladeo la cabeza, sin entender porque su sempai se estaba disculpando. - ¿Entonces...? –

-Aceptó. -Daichi resolvió. -Si me tienes tanta confianza, entonces daré lo mejor de mí para hacerte feliz. –

Kageyama quiso decir algo, cualquier cosa, sin embargo, antes de que pudiera, la campana anuncio el regreso a clase y Daichi salió corriendo, dejando solo un beso en su mejilla antes de partir.

"¿Qué...? ¿Qué acaba de pasar?" El menor se pregunto.

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