Bonded

Capitulo 32

"Correcto", dijo Harry, sentándose en su cama esa noche después de asegurarse de que sus compañeros de dormitorio estaban durmiendo. Sacó el giratiempo y recordó el plan que él y Venom habían ideado. Lo tomó y lo giró tres veces, cerrando los ojos mientras lo hacía. Los abrió unos segundos después y miró a su alrededor, la habitación que unos segundos antes estaba a oscuras, ahora estaba llena de luz solar. "Tempus," dijo, mirando la hora con su varita. "Genial", sonrió. "En este momento hay otro yo en clase con la profesora McGonagall".

'Vamos a movernos entonces,' sugirió Venom.

'Espera', respondió Harry. 'Necesito que me prometas algo,'

'¿Qué?'

'No sé qué le vas a hacer al tío Venom y a la tía Petunia y, francamente, ya no me importa', dijo Harry sin rodeos, completamente honesto. Ya no tenía ningún interés en la seguridad de esos dos, ni iba a evitar que Venom les hiciera daño. Sabía que su amigo alienígena se reprimía constantemente por el bien de Harry, y Harry definitivamente apreciaba ese hecho. Pero ahora, iba a darle la oportunidad de liberarse. 'Pero necesito que hagas dos cosas por mí. En primer lugar, no los coma,'

'¡¿Por qué no?!' exigió Venom, sonando mucho como un niño haciendo pucheros.

'Porque son repugnantes y no los quiero dentro de mí o de ti o como sea que funcione comer', dijo Harry sin rodeos. 'En segundo lugar, si Dudley está ahí, entonces quiero que no le hagas daño... al menos demasiado.'

'¿Está seguro?'

'Sí', respondió Harry mentalmente mientras dejaba escapar un profundo suspiro. 'No es todo culpa suya, al menos en parte es como es debido a sus padres. Espero que tenga la oportunidad de cambiar'.

'¿Y si no lo hace?' Venom preguntó con curiosidad.

'Entonces él no es mi problema,' dijo Harry, encogiéndose de hombros mentalmente. 'Después de hoy, no quiero tener nada que ver con ninguno de ellos'.

'Muy bien', estuvo de acuerdo Venom antes de que Harry se pusiera de pie, un segundo después estaba siendo envuelto por una baba negra hasta que quedó cubierto de negro con ojos blancos en forma de lágrimas y una araña blanca en su pecho y espalda. "Vamos a cazar".

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"Pet", Vernon Dursley llamó a su esposa desde su lugar favorito en la Tierra, su silla en la sala de estar. "¿Puedes traerme algo de beber?"

"En un minuto, Vernon", llamó mientras salía de la cocina. "Solo necesito conseguir algo de arriba". Le dijo antes de subir las escaleras, frotándose las manos contra el dobladillo de su delantal. Cuando llegó al último piso, entró en su habitación en busca del libro que había dejado aquí ayer.

"Lo encontré", dijo con voz complacida mientras lo recogía. Ella siempre disfrutó su tiempo cuando el monstruo estaba en la escuela, le encantaba tener a su familia en casa sin que nada de su monstruo la molestara. Ya era bastante malo para ella que su monstruosa hermana tuviera tal falta de naturalidad, pero luego la estúpida perra tuvo que explotar ella misma y pasárselo a su hijo.

"Petunia." Una voz profunda hizo eco en sus oídos, rápidamente se dio la vuelta y no vio a nadie detrás de ella.

"¿Vernon?" Ella preguntó en voz alta.

"Petunia." La voz volvió a hablar.

"¿Quién eres?" Preguntó bruscamente, su mirada moviéndose por toda la habitación.